He coñocido hasta la fecha hembras de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Cuba*. Aparte, he conocido a chilenas, argentinas y colombianas. Las únicas con las que conversé de temas medianamente interesantes fueron la cubana y la chilena (aunque ésta última estaba absurdamente loca), por lo que suscribo que la media intelectual de las hispanoamericanas es inferior a lo visto en España, que tampoco es para sentirse orgulloso. El motivo no es racial ni geográfico: donde hay menos dinero hay menor formación.
Por otra parte, atravesar el charco para buscarse la vida implica una acuciosa necesidad, por lo que difícilmente entre las inmigrantes conoceremos los mejores especímenes de aquellas tierras. Aquí por lo general suelen venir las creciditas niñas que en la secundaria jugaban a culear con sus compañeros en los cambios de clase, temerosas del chupacabras y con un instinto jinetero de amarrar a su príncipe de rojo y gualda.
A favor suyo diré que en inteligencia práctica y modales están a años-lulz de muchas de nuestras vecinas.
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Por otra parte, atravesar el charco para buscarse la vida implica una acuciosa necesidad, por lo que difícilmente entre las inmigrantes conoceremos los mejores especímenes de aquellas tierras. Aquí por lo general suelen venir las creciditas niñas que en la secundaria jugaban a culear con sus compañeros en los cambios de clase, temerosas del chupacabras y con un instinto jinetero de amarrar a su príncipe de rojo y gualda.
A favor suyo diré que en inteligencia práctica y modales están a años-lulz de muchas de nuestras vecinas.
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Nunca realizo transacciones económicas a cambio de fornicio. Cuando perforo hembras no sólo alimento a mi verga sino también a mi ego al conquistarlas