Supongo que conoce el caso de los universitarios que se estrellaron en los Andes y estuvieron 70 días perdidos de la mano de Dios. Según la versión oficial, sólo 13 de los 29 muertos de un total de 45 pasajeros murieron como consecuencia del choque inicial, 8 más en un alúd que tuvo lugar unas dos semanas después justo cuando los supervivientes creían que iban a morir de hambre entre los restos del avión, y los 8 restantes fueron muriendo paulatinamente a lo largo de los meses. Una vez rescataron los cadáveres sepultados bajo la nieve de la avalancha los supervivientes tomaron la determinación de alimentarse de ellos. El caso es que resulta imposible que consiguieran sobrevivir únicamente con la carne de los 13 fallecidos en el siniestro inicial, lo sé yo, lo sabían ellos y lo sabe cualquiera que haya tenido que hacer vida en alta montaña. Por lo tanto mi duda es hasta qué punto es cierto que empezaran a madurar la idea antropófaga después del alúd, y si realmente existió y las muertes de los pasajeros no debidas al choque se debieron realmente a la inclemencia de la montaña o la del ser humano en situaciones límite. Si no recuerdo mal entre los fenecidos en y después del alúd hubo un matrimonio de mediana edad, una mujer, un joven esmirriado y lisiados o enfermos a causa del accidente o la climatología de la primavera austral, rivales de poca categoría frente a los 16 supervivientes finales que casualmente eran todos jugadores amateur de rugby de una corpulencia considerable. Y además estaban todos perdidos enmedio del infierno helado, quién cojones se iba a enterar de lo que pasara allí. Probablemente ni siquiera tenían la esperanza de ser rescatados con vida.