P
pulga
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Qusis, un rey poco demostrativo, alcanzó fama en su reino cuando inventó la prohibición secular.
Nadie, ni siquiera él mismo, sabía de qué se trataba esta susodicha prohibición pero lo importante era que un rey, para ser rey, debe prohibir siempre.
El pueblo adoraba a Qusis, lo idolatraba por sus actos benignos, olvidando o esquivando el autoritario y despótico modo con el que este rey enfrentaba la toma de decisiones.
Qusis, padre de dos hijas vírgenes, no tenía la cultura propia de un rey, por eso tal vez, cuando escuchó que sus hijas pensaban pasar un fin de semana en el campo con dos jovenes nobles, y cuando una de ellas en lengua medio trabada dijo a la otra: Los jovenzuelos quieren demostrarnos cómo "secula", Qusis prohibió lo relacionado con esta actividad. Para él el verbo era secular. Yo seculo, tu seculas, el secula, nosotros seculamos, vosotros seculais, ellos secul(e)an...
per secula seculorum... amen
Nadie, ni siquiera él mismo, sabía de qué se trataba esta susodicha prohibición pero lo importante era que un rey, para ser rey, debe prohibir siempre.
El pueblo adoraba a Qusis, lo idolatraba por sus actos benignos, olvidando o esquivando el autoritario y despótico modo con el que este rey enfrentaba la toma de decisiones.
Qusis, padre de dos hijas vírgenes, no tenía la cultura propia de un rey, por eso tal vez, cuando escuchó que sus hijas pensaban pasar un fin de semana en el campo con dos jovenes nobles, y cuando una de ellas en lengua medio trabada dijo a la otra: Los jovenzuelos quieren demostrarnos cómo "secula", Qusis prohibió lo relacionado con esta actividad. Para él el verbo era secular. Yo seculo, tu seculas, el secula, nosotros seculamos, vosotros seculais, ellos secul(e)an...
per secula seculorum... amen