Gina Gross
Clásico
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- 4 Mar 2006
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Espero en la sala de espera. Espero. Un mamut de unos 85 años pronuncia mi nombre invitándome a pasar a una salita más pequeña aún. Me da un bote de un litro y medio lleno de un extraño líquido y me dice que para hacerme el TAC tengo que bebérmelo sin orinar. Le digo que es imposible, que ni en mis mejores botellones con Jimi cola he bebido tanto, pero él insiste. Comienzo a beber, sabe raro. Es una mezcla entre colacao turbo y la orina mañanera. Mi vejiga va a estallar, después de tres cuartos de hora, vienen a por mi. El mismo mamut octogenario me da ahora una bata verde y me pide que me desnude para él (bueno, no fue así exactamente). El caso es que me desnudo en una habitación-zulo poco iluminada. En las paredes se pueden leer mensajes de los anteriores pacientes: "Desnúdate o muere", "queremos ver tu shosho". Mensajes que me intimidan.
Salgo con la bata puesta, en ese mismo instante me percato de que la prenda es casi transparente y parezco sacada de la peor película del destape español con Nadiuska.
Me tumbo donde ellos me piden y compruebo como faltan los dos últimos botones de la bata, ésta se abre y con la perfecta visibilidad de mis piernas, queda patente que me depilo menos que Chewaka.
Ni siquiera me llamaron para darme los resultados.
Tampoco era para tanto. Así les pasó a los médicos, que no te depilas en unos días, te notan la lija del tres en las pantorrillas y se asustan.
Pero eso si, si los hombres no se cuidan, no pasa nada, que son hombres ibéricos y lo contrario es de maricones. Tu novio comenzó siendo un muchacho atractivo, se cuidaba, hacía deporte etc.. Pero un día, le observas tumbado en el sofá de tu casa, y te das cuenta de que se ha convertido en tu padre. De ser un muchacho atlético, ha pasado a ser el doble de Cachuli. Ya no tiene un corte de pelo socialmente definido y de la nariz le salen unos pelos negros que se asemejan a las patas de una araña tropical.
Su forma de vestir también ha variado, ahora acostumbra a utilizar una camiseta naranja que reza “repuestos Reyes” y otra del Getafe C.F que no se quita ni para el coito.
Sin contar que ya no tiene ningún problema en dejar que sus flatulencias campen a sus anchas por tu habitación. En este sentido, el novio contemporáneo suele utilizar los pedos disonantes para hacer la gracia, son aquellos que aunque suenan a traca valenciana, en un primer momento no huelen. En un primer momento. Es todo una quimera. Es acabar de pronunciar el “eres un guarro, tio” y ese maldito gas lacrimógeno inunda tus fosas nasales sin compasión alguna. Es la pestilencia de quince vertederos europeos acumulada en su recto.
Y todo esto si tienes la suerte de que no sea el zar de los pedos pintores y sea de los que dejan los ya famosos palominos en los gallumbos.
Pero eso si, quédate en su casa e intenta darte una ducha, que vas a coger el bote de champú y en vez de Timotei, te encuentras un champú llamado TIMBOTEY. ¿Donde compra su madre eso?.
Es curioso como después de unos años, algunos pierden la coquetería y la zalamería en la pareja y se dejan llevar por la rutina y el "si con mi novia hay confianza, no se va a asustar" y me vuelvo a plantar la camiseta del Getafe.
Por tu bien, por mi bien, por el de todos. Ponte guapo, vaquero.
Salgo con la bata puesta, en ese mismo instante me percato de que la prenda es casi transparente y parezco sacada de la peor película del destape español con Nadiuska.
Me tumbo donde ellos me piden y compruebo como faltan los dos últimos botones de la bata, ésta se abre y con la perfecta visibilidad de mis piernas, queda patente que me depilo menos que Chewaka.
Ni siquiera me llamaron para darme los resultados.
Tampoco era para tanto. Así les pasó a los médicos, que no te depilas en unos días, te notan la lija del tres en las pantorrillas y se asustan.
Pero eso si, si los hombres no se cuidan, no pasa nada, que son hombres ibéricos y lo contrario es de maricones. Tu novio comenzó siendo un muchacho atractivo, se cuidaba, hacía deporte etc.. Pero un día, le observas tumbado en el sofá de tu casa, y te das cuenta de que se ha convertido en tu padre. De ser un muchacho atlético, ha pasado a ser el doble de Cachuli. Ya no tiene un corte de pelo socialmente definido y de la nariz le salen unos pelos negros que se asemejan a las patas de una araña tropical.
Su forma de vestir también ha variado, ahora acostumbra a utilizar una camiseta naranja que reza “repuestos Reyes” y otra del Getafe C.F que no se quita ni para el coito.
Sin contar que ya no tiene ningún problema en dejar que sus flatulencias campen a sus anchas por tu habitación. En este sentido, el novio contemporáneo suele utilizar los pedos disonantes para hacer la gracia, son aquellos que aunque suenan a traca valenciana, en un primer momento no huelen. En un primer momento. Es todo una quimera. Es acabar de pronunciar el “eres un guarro, tio” y ese maldito gas lacrimógeno inunda tus fosas nasales sin compasión alguna. Es la pestilencia de quince vertederos europeos acumulada en su recto.
Y todo esto si tienes la suerte de que no sea el zar de los pedos pintores y sea de los que dejan los ya famosos palominos en los gallumbos.
Pero eso si, quédate en su casa e intenta darte una ducha, que vas a coger el bote de champú y en vez de Timotei, te encuentras un champú llamado TIMBOTEY. ¿Donde compra su madre eso?.
Es curioso como después de unos años, algunos pierden la coquetería y la zalamería en la pareja y se dejan llevar por la rutina y el "si con mi novia hay confianza, no se va a asustar" y me vuelvo a plantar la camiseta del Getafe.
Por tu bien, por mi bien, por el de todos. Ponte guapo, vaquero.