En el terreno de lo laboral predomina la vagancia de las autoridades, la lentitud y las pajas.
Me refiero a que cuando se pone la demanda no te dejan ir a juicio si antes no te presentas a una mediación. En la mediación pueden ocurrir tres cosas:
1.- El trabajador se arrepiente de haber puesto la demanda y se va a su casa sin más dinero. (Poco probable, esto no lo hace casi ninguno).
2.- El trabajador acojona al empresario con pruebas que tiene contra la empresa (por ejemplo: fraude fiscal, trabajadores sin dar de alta, lo que sea...), entonces el empresario pone el culo y paga lo que sea con tal de que firme el despido, que se calle y no verlo nunca más, entonces ya no hay juicio y el currante se va a su casa con la pasta más dos años de vacaciones de regalo. (Esto es lo que más sucede)
3.- El empresario está seguro de que puede sodomizar al trabajador y se niega a soltar un céntimo.
La consecuencia de esta tercera vía es ir a juicio varios meses después. La consecuencias pueden ser gravísimas, teniendo en cuenta que los juicios laborales pueden tardar de 6 meses a un año, si el empresario pierde, tiene que pagar esos meses como si el trabajador hubiera trabajado, más la indemnización, más el finiquito y el trabajador se va al INEM a cobrar hasta dos años de prestación por desempleo.
Otra cosa que puede ocurrir es que el empresario readmita al trabajador para no soltar la indemnización, esto es como poner un zorro a cuidar gallinas, lo más seguro es que el trabajador tome nota de todas las irregularidades y esté siempre denunciando a la empresa, o monte un sindicato o se dedique a cogerse todas las bajas médicas que pueda para fastidiar al empresario.
Y finalmente si el juez reconoce un despido procedente, el currante se va a su casa sin indemnización pero con el regalo de cobrar hasta dos años de prestación.
En el caso de Irene Montero si la escolta ha sido lista, se supone que guardará SMS, whatsapp, facturas de compra, tickets y llevará testigos que ratifiquen su presunta explotación laboral, de lo contrario la única carta que tiene a su favor es asustarla en la conciliación y que Irene ponga un buen cheque encima de la mesa para zanjar el asunto.