En un chamizo de colegas tuvimos un tiempo una cocker spaniel. Por lo general era una santa con los los dj residentes, pero cuando venían elementos anómalos, sobre todo si eran mujeres, se podían llevar una advertencia. lo cómico era que la perra del demonio solo las atacaba cuando no estábamos mirando.
La primera vez que pasó fue con una chica que se quedó momentaneamente sola conmigo y la perra (tenía dos alturas aquel centro de operaciones). Me di la vuelta un instante, y ni el más leve sonido, y la chica
"AY AYYY, que me ha mordido en la manooo" y yo en plan
"a ver, si esta perra ni ladra, que me estas contando". Luego la tía se me pegaba como una cría de mono, me pedía que no la dejase sola con aquella criatura del demonio, una cosa tal que así:
Desde aquel día ocurrió numerosas veces a unos y otros. Nunca ninguno de los colegas la pillamos en sus ataques. Excepto un día que ocurrió exactamente lo mismo, salvo que la victima fue el hermano adolescente de un colega, al cual le mordió en la jeta no sé muy bien como. Lo único que sé es que pegó un chillo y cuando me giré este le arreó un patadón a la perra como para haberla reventado por dentro. Se fue para casa jurando en arameo y sangrando del labio. Todavía no me explico como una perra tan tranquila se las arregló para volar hasta la cara del chaval aquel, morderle, y aterrizar de nuevo en silencio ninja, dispuesta a poner la cara de las mil millas como siempre.