¿Cómo lo haría Lubitsch? El que hoy en día no se hagan esta pregunta los directores -como hacía el gran Billy Wilder- hace que las películas, como la última entrega de Star Wars, no sean más que un capitulo caro, y para todos los públicos, de una serie de TV.
El guion parece conformado y retocado por un grupo de niñatos (dando el perfil del adolescente medio) que ven la película una y otra vez para dar su opinión decisiva de usuario de PlayStation IV.
Sería una maldición gitana, pero ya desde el comienzo nos impidieron, a mi sobrino y a mí, entrar en la sala con la espada láser. Parecía un western en que el sheriff obliga a los cowboys a dejar el revolver en su oficina hasta que abandonen Dog city. Pero luego la película tiene un guion ñoño, es decir, el director cuanto tuvo dudas no se preguntó qué haría Lubitsch, se preguntó que harían los descerebrados adolescentes, cómo les gustaría que muriese el bueno, de qué color debe ser el actor principal o si besarían a la chica, etc.
Lo que no es cinematográfico es que pasen casi cuatro décadas y pongas a Harrison Ford corriendo patéticamente como Indiana Jones y vistiendo como hace 30 años. Un director con oficio, un genio como Henry Ford, haría de Han Solo un hombre amargado, de aspecto descuidado y abandonado; estaría borracho o drogado para olvidar que está solo y que su hijo es su vergüenza. Entonces es cuando Chewbacca, la princesa Leia y la lucha contra el imperio del mal le harían dar su vida por la república, volviendo a ser el héroe de antaño. Y el hijo descarriado traidor debería ser más juapo; las mujeres se pasan media película diciendo: Qué hijo más feo le pusieron a Harrison Ford.
Y Luke, que debería tener aspecto jovial y buena forma, sale irreconocible; es clavado, igual igual a Oliver Reed, el actor inglés que hacía de lanista en Gladiator. En fin, que pobre la imagen de Luke acabado por los años e irreconocible (viviendo en un lugar que parece Malpica o Finisterre). La película tiene restos (como dicen de los embutidos) de series como Juego de Tronos, del Señor de los anillos y hasta de Max Max.
Resumiendo, poco cinematográfico el guion y demasiado estilo capítulo de serie o vídeo-clip. La mano de Disney es muy alargada.