Don Provenzano
Novato de mierda
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- 16 Nov 2009
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Me acabo de enterar que mi "ex" está embarazada. Cuando me lo dijeron he de reconocer que sentí un escalofrío dificil de describir. Me temblaron las piernas y me recorrió por el cuerpo una sensación análoga a la que se tiene cuando el cerebro duda si está despierto o sufriendo un mal sueño que pronto tendrá fin.
No es la primera vez que se queda. Hace dos años, mientras estabamos intentando retomar la relación, se puso de manifiesto que previamente había hecho lo que se preveía que es follarse a todo bicho viviente, y en una de esas se quedó embarazada. Decidió abortar no sin antes sembrarme la duda de si la cosa era mía o no. Quedó claro que no lo era y tambien que eso le habia dado la puntilla a la relación.
La cuestión y el motivo del hilo es la siguiente. Tengo una lucha interna entre una parte que desea su más estrepitoso fracaso en todos los ámbitos de la vida, la que quiere que cuando se crucen nuestras miradas no pueda sino bajar los ojos ante mi presencia; y otra, influida por mi nacionalcatolicismo que trata de desear el bienestar y la felicidad ajena, más aun si se trata de una persona a la que se ha querido, que ha formado parte de lo único que en realidad tenemos que es la vida, y como tal ha influido en quienes somos hasta ahora. Además de eso, y aunque puedo estar errado, tengo el presentimiento de que desearle el mal a alguien daña más al que lo desea que al que lo ha de padecer. Generándose el efecto radicalmente opuesto del pretendido.
Hay una tercera opción plausible: la indiferencia. Esto es, que cualquier cosa que le pase a una ex nos la resbale absolutamente, de modo que no se sienta alegria ni tristeza sino absoluta indiferencia. Como la que siente el león de las cebras. Como la que siente una planta respecto de otra. No osbtante, creo que esa indiferencia no es posible pues son esos sentimientos y esas luchas internas las que nos hacen hombres, forman parte esencial de nosotros de modo que no puede entenderse la condición humana sin ellas.
Que creeis vosotros? Que hacer cuando se producen esas luchas? Quien ha de vencer? Debo matar al niño antes de que nazca y comerme su corazon? Estoy seguro que me vais a dar unas respuestas tan buenas que ni el mismisimo Sócrates aunque se levantara solo para ello. Quedo a la espera de ellas.
Quiero aclarar que mi exnovia no es una choni poligonera como vuestras putas novias, aunque igual de puta naturalmente.
No es la primera vez que se queda. Hace dos años, mientras estabamos intentando retomar la relación, se puso de manifiesto que previamente había hecho lo que se preveía que es follarse a todo bicho viviente, y en una de esas se quedó embarazada. Decidió abortar no sin antes sembrarme la duda de si la cosa era mía o no. Quedó claro que no lo era y tambien que eso le habia dado la puntilla a la relación.
La cuestión y el motivo del hilo es la siguiente. Tengo una lucha interna entre una parte que desea su más estrepitoso fracaso en todos los ámbitos de la vida, la que quiere que cuando se crucen nuestras miradas no pueda sino bajar los ojos ante mi presencia; y otra, influida por mi nacionalcatolicismo que trata de desear el bienestar y la felicidad ajena, más aun si se trata de una persona a la que se ha querido, que ha formado parte de lo único que en realidad tenemos que es la vida, y como tal ha influido en quienes somos hasta ahora. Además de eso, y aunque puedo estar errado, tengo el presentimiento de que desearle el mal a alguien daña más al que lo desea que al que lo ha de padecer. Generándose el efecto radicalmente opuesto del pretendido.
Hay una tercera opción plausible: la indiferencia. Esto es, que cualquier cosa que le pase a una ex nos la resbale absolutamente, de modo que no se sienta alegria ni tristeza sino absoluta indiferencia. Como la que siente el león de las cebras. Como la que siente una planta respecto de otra. No osbtante, creo que esa indiferencia no es posible pues son esos sentimientos y esas luchas internas las que nos hacen hombres, forman parte esencial de nosotros de modo que no puede entenderse la condición humana sin ellas.
Que creeis vosotros? Que hacer cuando se producen esas luchas? Quien ha de vencer? Debo matar al niño antes de que nazca y comerme su corazon? Estoy seguro que me vais a dar unas respuestas tan buenas que ni el mismisimo Sócrates aunque se levantara solo para ello. Quedo a la espera de ellas.
Quiero aclarar que mi exnovia no es una choni poligonera como vuestras putas novias, aunque igual de puta naturalmente.
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