nikilauda
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Último día en Mandalay, Estancia en Ko Samet y vuelta para casa. FIN
Vamos a seguir. A medio post acelero un poco el ritmo porque lo último que hicimos fue estar en una isla de putísima madre, y no quiero poner los dientes largos a la forisma.
El día después de recorrer Mandalay en el motocarro ese, hicimos nuestras maletas, abandonamos el hotel Yadanarbon y nos dirigimos al aeropuerto de Mandalay.
Al llegar al aeropuerto y sacar los billetes de la bolsita donde llevábamos todo el papeleo del viaje (seguros, billetes y movidas varias) nos dimos cuenta de que eran para el día siguiente.
Esto, que podríais llamar ser tonto del culo, se debe más bien al efecto que un viaje de este tipo tiene sobre personas tan felicianas como mi señora y yo. No somos muy de planificación militar, que digamos, y a veces me bailan las letras (ella simplemente va donde digo y ya, no se molesta por más).
La cuestión es que no teníamos transporte ni alojamiento en Bangkok para ese día, ni habíamos reservado el hotel de la isla en la que queríamos acabar las vacaciones, así que tampoco era tan grave el problema.
Con todo, intentamos cambiar los billetes en Air Asia y nos dijeron que no había sitio para ir a Bangkok. Miramos para ir a la zona de Phuket y luego subir hasta una isla llamada Ko Thao (que era nuestro primer objetivo), pero no había vuelos.
Al final, gracias a esto y a la dificultad para encontrar tren cama, decidimos ir a Ko Samed. Una isla más cercana a Bangkok y con mucho turismo nacional.
La cuestión es que pillamos un taxi y le dijimos que nos llevase al mejor hotel que salía en la Lonely Planet, con su piscinuca y todo. El Ayarwaddi River View Hotel. Por el camino reservé con booking. Error.
Al llegar no había piscina, así que al menos le pedimos un upgrade de las habitaciones (tienen con la puerta abierta las que no están ocupadas). Aceptaron.
Esta era otra zona completamente diferente al centro. Era una zona donde había movimiento de barcos en el río, con sus cargas y descargas. Había mercados, un parque acuático frecuentado por la muchachada local, un par de restaurantes pijos a la orilla del río y... poco más.
Nos fuimos acercando al centro a pata, parando a echar unas risas con la gente de los puestos de bebida y comida, que son muy salaos.
Después de la pateada, decidimos ir hacia el sur, hacia el Lago Kandawgiy. Por supuesto, andando.
Gasolinera para motorinos.
Por el camino vimos negocios locales, una calle en la que había muchos autobuses de estos que van a petar (un tipo baja gritando y si te convence donde te lleva, para arriba) y se veía que era una especie de carretera de salida hacia el sur.
Estos fijo que van de gorra o tienen descuento.
Vimos que por ahí no llegábamos al lago y nos desviamos un poco a la derecha. Acertamos.
Cruzamos por una zona de chabolas que era como una mini ciudad entre Mandalay y el Lago. Era andar 50mt y todo cambiaba. El ruido, el asfalto, daban lugar a calles de tierra y gente sorprendidísima de vernos allí. Los niños de la escuela nos saludaban, la gente nos miraba, nos dejaba hacerles fotos, se hacían fotos con nosotros...
No hablaban inglés, pero eran la mar de salaos. Nos indicaron por señas el camino a seguir.
El gorrino es como el búfalo de agua en la India.
Esta mierda les encanta, y sin red también.
Por fin, llegamos a la parte del lago. Estaba anocheciendo. Nos hicimos fotos ahí y entramos en uno de los garitos que recomienda la Lonely Planet. Era un "karaoke" de los que tienen por ahí. Muchachas ligeras de ropa destrozando hits occidentales y señores gordos como cebones en las mesas con otras jovencillas sentadas en sus piernas. El whisky volaba.
Nos tomamos una birra y se hizo de noche. Los mosquitos nos estaban devorando y nunca nos tomamos el fockin malarone (aquí se supone que NO hay riesgo, pero hay picotazos que te dejan medio tonto).
La cuestión es que se hacía de noche y ahí no había taxis. Sólo había mosquitos. Anduvimos unos metros y un tipo con MUY mala pinta nos dijo que adónde íbamos. Que nos llevaba en su moto (un puto scooter de 49cc). No había otra cosa, así que viendo que tampoco tenía media hostia, aceptamos y nos montamos en la moto los tres. Nos llevó por caminos oscuros, chabolas, callejuelas llenas de baches... Yo iba preparado por si aparecían colegas suyos con ganas de festival, pero nada más lejos de la realidad.
Cuando salimos a la vía principal que llevaba al hotel, la cosa se puso fea porque el jodío debía tener la vespino trucada o algo, ya que aquello llevaba buena marcha y frenaba poco.
Al llegar al hotel no había luz en la calle y nos informaron de que el View Point (un garito para cenar y beber) estaba cerrado. Cenamos en el hotel y nos fuimos al catre, que habíamos andado un huevo.
Al día siguiente fuimos al aeropuerto y la mamasan de Air Asia se alegró de vernos en el día y hora correctos.
La noche anterior, en el hotel, habíamos reservado una habitación en Bangkok con cancelación gratuita por si no podíamos marchar directamente a nuestro siguiente destino sin pernoctar ahí. No nos hizo falta usarla.
Al llegar a Don Muang hicimos el recorrido inverso al día de la ida y estábamos en el centro enseguida. Pasamos de las furgonetas de la Plaza de la Libertad y nos fuimos en busca de la estación de autobuses de Shukumvit Road (Ekamai, se llama).
Tomamos un bus a las 17:30 en dirección a Ban Phe, desde donde debíamos coger un barco a Ko Samet (o Ko Samed, como lo vimos escrito en varios sitios).
La botella del otobús tiene forma de otobús. Jijij.
Al llegar a Ban Phe estaba todo cerrando. No había sitio donde cenar y sólo quedaban abiertos un par de gogo bar y un sitio regentado por un europeo casado con una local. El Coconut, creo que se llamaba. Entramos a cenar, a lo que el viajeles accedió y enseguida nos hablaron en español desde otra mesa.
Era una familia cordobesa que se había mudado Bangkok y tenían casa de veraneo por ahí. Se dedicaban a fabricar joyas y, según me contó, les iba de putifa. El tío me acercó a buscar el hotel en su coche y estuvo contándome un poco sus historias. Un tío majo.
Dormimos en un hotel cutre y a la mañana siguiente salimos como alma que lleva el diablo a pillar el Ferry a Ko Samet. Pillamos uno chano de cojones, en el que iban los Tetes de la zona. Una familia que mezclaba Cristianos Ronaldos con Sergios Ramos pero con el triple de peso. Qué cuadrilla, copón.
Al llegar a la isla nos metimos en una pick up verde (son los taxis ahí) y nos fuimos para el hotel. Habíamos pillado uno bueno para acabar en condiciones. El Samed Pavillion Resort, o algo así.
Aquí había mucho turismo de tailandeses y coincidimos con unas jovenzanas que nos tuvieron entretenidos. Tendrían veintitodos, pero ahí siempre aparentan menos, y se pasaban el día haciendo el pavo en la piscina y bebiendo como estibadores irlandeses. Se ponían pifo y nos lo hacían pasar jijij a todos (aparte de que se veía cacha porque se les iba cayendo el bikinini).
También había muchas parejas de europedos viejos con muchacha local. Pocas en las que los dos fuésemos occidentales.
Un día nos alquilamos una motoreta para ver la isla y llegar a playas desérticas.
Otro día hicimos una excursión en barco a ver islas cercanas, no habitadas. Lo típico. Cerveza, snorkel, arena, sol y blao.
Y así, comiendo, bebiendo, chingando y sin hacer grandes esfuerzos, finalizaron nuestras vacaciones en Tailandia y Birmania.
Nos dimos mogollón de masajes y por la noche tomábamos copichuelas en la misma playa, en unas tumbonas con mesas que preparaban los de los baretos que durante el día despachaban currys a toneladas.
La verdad es que me puse cerdísimo.
Para volver, pillamos un combo que era ferry y fragoneta que nos dejaba directamente en el aeropuerto de Shuvarnabumi, desde donde pillamos otro avionaco de China Airlines (o Air China, no me acuerdo) para regresar a Ejpaña vía Amsterdam.
Tailandia no lo puedo valorar mucho porque sólo he visto Bangkok y la isla esta, pero Birmania sí que me pareció un lugar interesante, aunque creo que se está masificando y cambiando a toda mecha. La lonely que llevábamos tenía un par de años y la cosa había cambiado bastante con respecto a lo que esta decía. El tema de cajeros, teléfonos móviles, etc. se veía modificado con respecto a lo que la guía contaba.
En cualquier caso, me quedo con las ganas de ver Tailandia por la zona norte y quizá ir al meollo del sur, aunque debe de ser un poco agobiante con tantísimo turismo.
Hay una zona central del golfo que es frecuentada por turistas nórdicos, lo cual implica que es más cara, pero también más tranquila.
Ko Chang también sería una buena alternativa. Incluso combinándolo con Camboya. Es una isla algo más grande que Ko Samet y nos la recomendaron varios locales y gente que vivía ahí.
Bueno, pues eso. Espero que os hagáis una idea y os sirva de algo si váis por la zona. Este finde recuperaré el hilo de Malasia y Vietnam.
Vamos a seguir. A medio post acelero un poco el ritmo porque lo último que hicimos fue estar en una isla de putísima madre, y no quiero poner los dientes largos a la forisma.
El día después de recorrer Mandalay en el motocarro ese, hicimos nuestras maletas, abandonamos el hotel Yadanarbon y nos dirigimos al aeropuerto de Mandalay.
Al llegar al aeropuerto y sacar los billetes de la bolsita donde llevábamos todo el papeleo del viaje (seguros, billetes y movidas varias) nos dimos cuenta de que eran para el día siguiente.
Esto, que podríais llamar ser tonto del culo, se debe más bien al efecto que un viaje de este tipo tiene sobre personas tan felicianas como mi señora y yo. No somos muy de planificación militar, que digamos, y a veces me bailan las letras (ella simplemente va donde digo y ya, no se molesta por más).
La cuestión es que no teníamos transporte ni alojamiento en Bangkok para ese día, ni habíamos reservado el hotel de la isla en la que queríamos acabar las vacaciones, así que tampoco era tan grave el problema.
Con todo, intentamos cambiar los billetes en Air Asia y nos dijeron que no había sitio para ir a Bangkok. Miramos para ir a la zona de Phuket y luego subir hasta una isla llamada Ko Thao (que era nuestro primer objetivo), pero no había vuelos.
Al final, gracias a esto y a la dificultad para encontrar tren cama, decidimos ir a Ko Samed. Una isla más cercana a Bangkok y con mucho turismo nacional.
La cuestión es que pillamos un taxi y le dijimos que nos llevase al mejor hotel que salía en la Lonely Planet, con su piscinuca y todo. El Ayarwaddi River View Hotel. Por el camino reservé con booking. Error.
Al llegar no había piscina, así que al menos le pedimos un upgrade de las habitaciones (tienen con la puerta abierta las que no están ocupadas). Aceptaron.
Esta era otra zona completamente diferente al centro. Era una zona donde había movimiento de barcos en el río, con sus cargas y descargas. Había mercados, un parque acuático frecuentado por la muchachada local, un par de restaurantes pijos a la orilla del río y... poco más.
Nos fuimos acercando al centro a pata, parando a echar unas risas con la gente de los puestos de bebida y comida, que son muy salaos.
Después de la pateada, decidimos ir hacia el sur, hacia el Lago Kandawgiy. Por supuesto, andando.
Gasolinera para motorinos.
Por el camino vimos negocios locales, una calle en la que había muchos autobuses de estos que van a petar (un tipo baja gritando y si te convence donde te lleva, para arriba) y se veía que era una especie de carretera de salida hacia el sur.
Estos fijo que van de gorra o tienen descuento.
Vimos que por ahí no llegábamos al lago y nos desviamos un poco a la derecha. Acertamos.
Cruzamos por una zona de chabolas que era como una mini ciudad entre Mandalay y el Lago. Era andar 50mt y todo cambiaba. El ruido, el asfalto, daban lugar a calles de tierra y gente sorprendidísima de vernos allí. Los niños de la escuela nos saludaban, la gente nos miraba, nos dejaba hacerles fotos, se hacían fotos con nosotros...
No hablaban inglés, pero eran la mar de salaos. Nos indicaron por señas el camino a seguir.
El gorrino es como el búfalo de agua en la India.
Esta mierda les encanta, y sin red también.
Por fin, llegamos a la parte del lago. Estaba anocheciendo. Nos hicimos fotos ahí y entramos en uno de los garitos que recomienda la Lonely Planet. Era un "karaoke" de los que tienen por ahí. Muchachas ligeras de ropa destrozando hits occidentales y señores gordos como cebones en las mesas con otras jovencillas sentadas en sus piernas. El whisky volaba.
Nos tomamos una birra y se hizo de noche. Los mosquitos nos estaban devorando y nunca nos tomamos el fockin malarone (aquí se supone que NO hay riesgo, pero hay picotazos que te dejan medio tonto).
La cuestión es que se hacía de noche y ahí no había taxis. Sólo había mosquitos. Anduvimos unos metros y un tipo con MUY mala pinta nos dijo que adónde íbamos. Que nos llevaba en su moto (un puto scooter de 49cc). No había otra cosa, así que viendo que tampoco tenía media hostia, aceptamos y nos montamos en la moto los tres. Nos llevó por caminos oscuros, chabolas, callejuelas llenas de baches... Yo iba preparado por si aparecían colegas suyos con ganas de festival, pero nada más lejos de la realidad.
Cuando salimos a la vía principal que llevaba al hotel, la cosa se puso fea porque el jodío debía tener la vespino trucada o algo, ya que aquello llevaba buena marcha y frenaba poco.
Al llegar al hotel no había luz en la calle y nos informaron de que el View Point (un garito para cenar y beber) estaba cerrado. Cenamos en el hotel y nos fuimos al catre, que habíamos andado un huevo.
Al día siguiente fuimos al aeropuerto y la mamasan de Air Asia se alegró de vernos en el día y hora correctos.
La noche anterior, en el hotel, habíamos reservado una habitación en Bangkok con cancelación gratuita por si no podíamos marchar directamente a nuestro siguiente destino sin pernoctar ahí. No nos hizo falta usarla.
Al llegar a Don Muang hicimos el recorrido inverso al día de la ida y estábamos en el centro enseguida. Pasamos de las furgonetas de la Plaza de la Libertad y nos fuimos en busca de la estación de autobuses de Shukumvit Road (Ekamai, se llama).
Tomamos un bus a las 17:30 en dirección a Ban Phe, desde donde debíamos coger un barco a Ko Samet (o Ko Samed, como lo vimos escrito en varios sitios).
La botella del otobús tiene forma de otobús. Jijij.
Al llegar a Ban Phe estaba todo cerrando. No había sitio donde cenar y sólo quedaban abiertos un par de gogo bar y un sitio regentado por un europeo casado con una local. El Coconut, creo que se llamaba. Entramos a cenar, a lo que el viajeles accedió y enseguida nos hablaron en español desde otra mesa.
Era una familia cordobesa que se había mudado Bangkok y tenían casa de veraneo por ahí. Se dedicaban a fabricar joyas y, según me contó, les iba de putifa. El tío me acercó a buscar el hotel en su coche y estuvo contándome un poco sus historias. Un tío majo.
Dormimos en un hotel cutre y a la mañana siguiente salimos como alma que lleva el diablo a pillar el Ferry a Ko Samet. Pillamos uno chano de cojones, en el que iban los Tetes de la zona. Una familia que mezclaba Cristianos Ronaldos con Sergios Ramos pero con el triple de peso. Qué cuadrilla, copón.
Al llegar a la isla nos metimos en una pick up verde (son los taxis ahí) y nos fuimos para el hotel. Habíamos pillado uno bueno para acabar en condiciones. El Samed Pavillion Resort, o algo así.
Aquí había mucho turismo de tailandeses y coincidimos con unas jovenzanas que nos tuvieron entretenidos. Tendrían veintitodos, pero ahí siempre aparentan menos, y se pasaban el día haciendo el pavo en la piscina y bebiendo como estibadores irlandeses. Se ponían pifo y nos lo hacían pasar jijij a todos (aparte de que se veía cacha porque se les iba cayendo el bikinini).
También había muchas parejas de europedos viejos con muchacha local. Pocas en las que los dos fuésemos occidentales.
Un día nos alquilamos una motoreta para ver la isla y llegar a playas desérticas.
Otro día hicimos una excursión en barco a ver islas cercanas, no habitadas. Lo típico. Cerveza, snorkel, arena, sol y blao.
Y así, comiendo, bebiendo, chingando y sin hacer grandes esfuerzos, finalizaron nuestras vacaciones en Tailandia y Birmania.
Nos dimos mogollón de masajes y por la noche tomábamos copichuelas en la misma playa, en unas tumbonas con mesas que preparaban los de los baretos que durante el día despachaban currys a toneladas.
La verdad es que me puse cerdísimo.
Para volver, pillamos un combo que era ferry y fragoneta que nos dejaba directamente en el aeropuerto de Shuvarnabumi, desde donde pillamos otro avionaco de China Airlines (o Air China, no me acuerdo) para regresar a Ejpaña vía Amsterdam.
Tailandia no lo puedo valorar mucho porque sólo he visto Bangkok y la isla esta, pero Birmania sí que me pareció un lugar interesante, aunque creo que se está masificando y cambiando a toda mecha. La lonely que llevábamos tenía un par de años y la cosa había cambiado bastante con respecto a lo que esta decía. El tema de cajeros, teléfonos móviles, etc. se veía modificado con respecto a lo que la guía contaba.
En cualquier caso, me quedo con las ganas de ver Tailandia por la zona norte y quizá ir al meollo del sur, aunque debe de ser un poco agobiante con tantísimo turismo.
Hay una zona central del golfo que es frecuentada por turistas nórdicos, lo cual implica que es más cara, pero también más tranquila.
Ko Chang también sería una buena alternativa. Incluso combinándolo con Camboya. Es una isla algo más grande que Ko Samet y nos la recomendaron varios locales y gente que vivía ahí.
Bueno, pues eso. Espero que os hagáis una idea y os sirva de algo si váis por la zona. Este finde recuperaré el hilo de Malasia y Vietnam.