TORBE
Frikazo
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Tamara, el ocaso de la reina del 'cutre-lux'
Ya no es portada de revistas ni de programas de televisión y, según dice, 'me vetan todos los discos'.
Tamara, la diva que cautivó a España con su look de reina de la laca –gasta un bote por semana– y su tema No cambié –fue número uno de las listas de ventas en 2000–, está viviendo su decadencia en Madrid. Se recupera de otro intento de suicidio.
Contar su historia es como contar la de la Cenicenta, pero con más giros, menos recatos y príncipes de medio pelo reconvertidos en sapos. Nació en Barakaldo en 1975 y se llamó Mari Mar hasta que saltó a la fama como novia del vidente verdulero Paco Porras, de quien aseguró que estaba embarazada, aunque éste lo negara hasta el insulto. Entonces se alió con Leonardo Dantés y Toni Genil, el histórico trío calavera. Fue el primero quien compuso el famoso y polémico No cambié que tanto la enriqueció: llegó a cobrar un millón de pesetas por show. Ya contaba con el apoyo, entre otros, de Alaska y de su marido, Mario Vaquerizo (su mánager promocional), y programas como Crónicas marcianas la terminaron convirtiendo en el icono del cutre-lux, con imitación de Latre incluida. Mientras, Arlequín difundía un vídeo porno de la cantante, Loli Álvarez la acusaba de apropiarse de su voz y viejos amigos, de ser travesti...
La debacle | Ante este panorama, la rosa púrpura del Sepu –la llegaron a llamar así– informó de varios intentos de suicidio y denunció palizas y amenazas. Y, sin el optimismo que le podría haber procurado su disco Superstar –junto con Carlos Berlanga y Nacho Canut–, su operación de pecho y labios, y ya olvidada su revitalización en Hotel Glam, Tamara ha vuelto a caer.
'Harta de humillaciones', Tamara se recupera de un intento de suicidio con 16 pastillas. Y, mientras pasea en compañía de su madre, la todo-carácter Margarita Seisdedos –de quien no se separa ni para dormir–, escucha piropos y sueña con que la reconozcan como 'la chica trabajadora que soy'.
Ya no es portada de revistas ni de programas de televisión y, según dice, 'me vetan todos los discos'.
Tamara, la diva que cautivó a España con su look de reina de la laca –gasta un bote por semana– y su tema No cambié –fue número uno de las listas de ventas en 2000–, está viviendo su decadencia en Madrid. Se recupera de otro intento de suicidio.
Contar su historia es como contar la de la Cenicenta, pero con más giros, menos recatos y príncipes de medio pelo reconvertidos en sapos. Nació en Barakaldo en 1975 y se llamó Mari Mar hasta que saltó a la fama como novia del vidente verdulero Paco Porras, de quien aseguró que estaba embarazada, aunque éste lo negara hasta el insulto. Entonces se alió con Leonardo Dantés y Toni Genil, el histórico trío calavera. Fue el primero quien compuso el famoso y polémico No cambié que tanto la enriqueció: llegó a cobrar un millón de pesetas por show. Ya contaba con el apoyo, entre otros, de Alaska y de su marido, Mario Vaquerizo (su mánager promocional), y programas como Crónicas marcianas la terminaron convirtiendo en el icono del cutre-lux, con imitación de Latre incluida. Mientras, Arlequín difundía un vídeo porno de la cantante, Loli Álvarez la acusaba de apropiarse de su voz y viejos amigos, de ser travesti...
La debacle | Ante este panorama, la rosa púrpura del Sepu –la llegaron a llamar así– informó de varios intentos de suicidio y denunció palizas y amenazas. Y, sin el optimismo que le podría haber procurado su disco Superstar –junto con Carlos Berlanga y Nacho Canut–, su operación de pecho y labios, y ya olvidada su revitalización en Hotel Glam, Tamara ha vuelto a caer.
'Harta de humillaciones', Tamara se recupera de un intento de suicidio con 16 pastillas. Y, mientras pasea en compañía de su madre, la todo-carácter Margarita Seisdedos –de quien no se separa ni para dormir–, escucha piropos y sueña con que la reconozcan como 'la chica trabajadora que soy'.