Dos semanas después del inicio de la tregua, el 2 de octubre, Aznar ya planteó en una declaración pública la posibilidad de emprender una fase de diálogo con la banda.
A pesar de las voluntades negociadoras, este intento de los 'populares' por terminar con la violencia tampoco consiguió dar frutos. ETA se negó a seguir adelante con los contactos y, en noviembre, anunció a través de un comunicado que rompía la tregua. En él atribuía la responsabilidad de la ruptura del camino a la paz al PNV y EA por "no avanzar en los objetivos de la construcción nacional", que la banda quiso compaginar con las conversaciones con el Ejecutivo sobre los presos
Ahora, seis años después de las negociaciones de Zúrich, José María Aznar ha asegurado públicamente que sus gobiernos nunca negociaron con ETA. "Jamás el Gobierno que yo presidí dio instrucciones a nadie de negociar, y menos con terroristas", afirmó el pasado 14 de mayo en Santander. En alusión a los contactos con ETA mantenidos durante la tregua, el ex presidente añadió que las únicas órdenes que emitió durante su mandato eran para comprobar si los terroristas "estaban dispuestos a rendirse.