Una de las cosas que leí hace un par de años en materia de tractores, es que por lo visto lo interesante de vender un tractor no es en sí la máquina, sino el software que lleva la máquina. Hubo polémica con el asunto, gente quejosa con el mamoneo de piezas que han de ser cambiadas por alertas en pantalla (aún sin estar desgastadas o rotas). Pero sobre todo, la idea de John Deere de imponer una suscripción al uso de software de sus máquinas, es decir, una licencia, un pago periódico por el uso de la tecnología del tractor o máquina de turno. En EE.UU ya funcionan así, no sé como andarán por la vieja Europa.