rigaton rebuznó:
en mi opinion a nivel iberico estariamos incluso entre los de piel mas blanca y con bastante gente con ojos azules y rubios .
"""En San Sebastián se llegará a hablar gascón junto al euskara, tras la repoblación con francos de San Sebastián de Hernani, nombre anterior de la capital gipuzkoana, como se verá más adelante, dejando topónimos como Urgull, Ayete, Polloe o el cabo Higuer. Se habla gascón desde el siglo XIV hasta el 1919.
También se habló gascón en Pasajes, Sangüesa, estella o en Bermeo.""""
""Las características de este tipo vasco serían en general y como curiosidad, ortognatismo: perfil recto de la cara prescindiendo de la nariz. Rino-prosapia: gran desarrollo vertical de la cara con relación a la longitud de la boca. Estrechez maxilar y mesocefalia, es decir, cara triangular con sienes abultadas, frente a los acrocéfalos de Catalunya o branquicéfalos del occidente cantábrico. Orificio occipital oblicuo, de modo que el borde anterior se encuentra muy metido o hundido; la mandíbula inferior es más bien estrecha y la barbilla recogida.""
Telesforo Aranzadi (arqueólogo)
""Si la proximidad entre beréberes y vascos ya es comúnmente aceptada, las cuestiones que concitan la polémica entre los investigadores son, por un lado, cuándo habrían llegado esos íberos-vascos a la Península y, por otro, de dónde procedían. La corriente vasquista afirma que eran los pobladores originales de la Península, los auténticos íberos, asentados desde la época del hombre de cromañón, y habrían compuesto la raza “pirenaica occidental”, asociada al idioma eúskaro y que se caracterizaría por su altura, corpulencia, pelo y ojos oscuros, tez clara y coloración rojiza de las mejillas, facciones afiladas y mentón, nariz y orejas prominentes. El jugador francés de origen beréber Zinedine Zidane sería un buen prototipo de este fenotipo. Para otros, sin embargo, los vascos habrían llegado alrededor del 228 antes de Cristo y se habrían asentado en territorios celtas.""
el inmunólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Luis Arnaiz, y su colega Jorge Martínez Laso, publicaron un estudio genético sobre las poblaciones ibéricas. Comparando los genes “alelos” –utilizados para garantizar la viabilidad de las transfusiones de órganos– se podía determinar la cercanía genética de diferentes poblaciones o grupos humanos. El resultado de estas investigaciones con unas muestras de población europeas, “españolas”, norteafricanas y vascas, determinó que los vascos estaban más cercanos genéticamente al resto de habitantes de la Península y a los norteafricanos de origen beréber que al resto de poblaciones europeas. La teoría acerca de su origen caucásico se venía abajo y se corroboraba la tesis de que los vascos serían los descendientes de los íberos, los primeros pobladores de la península Ibérica
"". El nombre de Provincias “Vascongadas”, utilizado comúnmente hasta hace sólo treinta años, significaría “vasconizadas”. Lo que quiere decir que fueron convertidas en vascas, porque no lo eran hasta entonces. Y esto fue lo que ocurrió para el profesor Solana Sainz, en el siglo V después de Cristo –ver su artículo “Várdulos” publicado en Hispania Antigua, Universidad de Valladolid, vol. XXVII, 2003–. Para Carretié, esta vasconización se produjo a partir del siglo VIII después de Cristo.
La tesis de este último es que los vascos serían los descendientes de los destacamentos cartagineses (fenicios) que cruzaron la península Ibérica para atacar Roma en la famosa expedición de Aníbal y sus elefantes. El general cartaginés habría dejado unos retenes en los pasos pirenaicos como Roncesvalles que corresponderían con esas poblaciones “beréberes” y habrían conservado ese idioma emparentado con el íbero. Después de ocupar los Pirineos durante siglos, se habrían expandido en nuestra era para alcanzar la zona del Cantábrico, de ahí lo de “provincias vascongadas” o “vasconizadas”.
Numerosos topónimos que contienen el morfema “mor” –moro– recuerdan ese origen, como Murguía (Guipuzcoa), Murueta y Maruri. Carretié también ha encontrado nombres de poblaciones vascongadas que recuerdan a poblaciones de Oriente Medio. Concretamente, el pueblo portuario de Ea (Vizcaya) tiene su correspondiente en el puerto tripolitano de Oea. El origen mesopotámico de otras poblaciones vendría determinado por el dios de la guerra Baal, contenido en los nombres de los líderes cartagineses Asdrú-bal o Aní-bal, y que habría quedado en localidades como Za(bal), en Navarra y Za(bal)a, pueblo cercano a Guernica.
En el año 400 de nuestra era, el historiador romano Rufus Festus Avienus, en su obra Ora Maritima y recogiendo datos de autores que le precedieron, habla de la existencia de un grupo de población en la Península llamado “libiofenicios”. Mientras, Apiano, que vivió entre el 95 y 165 después de Cristo, los llama “blastofenicios” y dice que reciben tal nombre porque Aníbal introdujo entre ellos colonos africanos.
De ahí se deduce que “blasto” significa “libio”. Después de sometida la península Ibérica y convertida en “Hispania” como provincia del Imperio Romano, los geógrafos denominarán bástulos y bastetanos a esta población anteriormente denominada “blastofenicia”. La zona donde habitaban estos bastetanos es el valle del Baztán, una de las comarcas donde se habla el euskera más puro. El nombre corresponde a tierra de los “bast”, según Carretié, posteriormente conocidos como “vascos” o “bascones”.
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