ilovegintonic
Muerto por dentro+
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En Netflix hay una serie que estoy viendo y no está mal. Se titula The One (en inglés la expresión "The one" se refiere a esa persona que es la definitiva, tu media naranja, el amor de tu vida). Se trata de una serie policíaca ambientada en un futuro cercano. Gira en torno a un asesinato, con diferentes subtramas. La fuente de todo esto es el descubrimiento de unos científicos que, investigando el comportamiento de las hormigas, dan con la clave de por qué estas reconocen a las que son de su nido, las defienden y tienen entre sí esa ligazón que hace que hasta den la vida las unas por las otras y se sacrifiquen por el bien de las demás. Estos procesos químicos tienen que ver con ciertas secuencias del ADN. Extrapolan esto al ser humano y encuentran que funciona de la misma manera. Ven que es posible cruzar datos de personas y ver quiénes comparten esas mismas secuencias de ADN. Si las compartes, es que es tu pareja ideal, tu media naranja, el amor de tu vida. Un simple análisis de ADN te encuentra al amor de tu vida. Y esto no falla. Funciona siempre. Si eres el "match" de alguien, ese alguien es el amor de tu vida y viceversa.
Esto, naturalmente, dinamita las relaciones humanas para siempre. Jóvenes que buscan a su match desde que empiezan a sentir la necesidad de relacionarse con otros y evitándose los dolores de las rupturas, los desamores, la búsqueda estéril de ese "one". Adultos solitarios y sin éxito en el amor ahora lo encuentran con un simple análisis de ADN. El éxito de la compañía que vende este servicio es total. Millones y millones de personas se lanzan a buscar a su media naranja mediante este método infalible. Y la encuentran. Cuando conoces a tu match inmediatamente reconoces en él o en ella a esa mitad. Casi instantáneamente lo tienes delante y sabes que es él. Lo sabes con cada célula de tu cuerpo, porque tu ADN lo reconoce. Nunca la gente ha sido tan feliz con su pareja como lo son con su match. La conexión, la complicidad, el deseo entre ambos es siempre y en todo caso mágica, perfecta, ideal, como de leyenda o de cuento de hadas. Los matcheados que se encuentran son absoluta y plenamente felices el uno con el otro. Una nueva dimensión de felicidad se abre ante el ser humano. ¿Para todos? No, no para todos. Millones de matrimonios aparentemente felices se rompen porque descubren que hay otro que sí es el amor de tu vida y no con quienes están casados. Muchos ven la ocasión perfecta para emprender una nueva vida al lado de una nueva persona. Millones de personas dudan de si realmente están con quien deben. Unos cierran los ojos y tiran para adelante. Otros no, y buscan a su match. Hay quien quiere comprobar si con quien duerme es su match y les hacen el test a sus espaldas para encontrarse, en muchos casos, con una respuesta que no les gusta. El miedo se instala en las parejas. No en todas. O no en las dos partes de la pareja. El tema deja muchos cadáveres por el camino. Mucho resentimiento, mucha pena, mucho dolor. Esto, naturalmente, incluye a los niños de esas parejas.
No sé, chavales. Me ha dado que pensar. De existir... ¿me haría yo este test? ¿Comprobaría si es mi pareja mi match? De ser soltero ¿buscaría a mi match, tiraría a lo fácil o iría por el camino tradicional? ¿Y vosotros?
Esto, naturalmente, dinamita las relaciones humanas para siempre. Jóvenes que buscan a su match desde que empiezan a sentir la necesidad de relacionarse con otros y evitándose los dolores de las rupturas, los desamores, la búsqueda estéril de ese "one". Adultos solitarios y sin éxito en el amor ahora lo encuentran con un simple análisis de ADN. El éxito de la compañía que vende este servicio es total. Millones y millones de personas se lanzan a buscar a su media naranja mediante este método infalible. Y la encuentran. Cuando conoces a tu match inmediatamente reconoces en él o en ella a esa mitad. Casi instantáneamente lo tienes delante y sabes que es él. Lo sabes con cada célula de tu cuerpo, porque tu ADN lo reconoce. Nunca la gente ha sido tan feliz con su pareja como lo son con su match. La conexión, la complicidad, el deseo entre ambos es siempre y en todo caso mágica, perfecta, ideal, como de leyenda o de cuento de hadas. Los matcheados que se encuentran son absoluta y plenamente felices el uno con el otro. Una nueva dimensión de felicidad se abre ante el ser humano. ¿Para todos? No, no para todos. Millones de matrimonios aparentemente felices se rompen porque descubren que hay otro que sí es el amor de tu vida y no con quienes están casados. Muchos ven la ocasión perfecta para emprender una nueva vida al lado de una nueva persona. Millones de personas dudan de si realmente están con quien deben. Unos cierran los ojos y tiran para adelante. Otros no, y buscan a su match. Hay quien quiere comprobar si con quien duerme es su match y les hacen el test a sus espaldas para encontrarse, en muchos casos, con una respuesta que no les gusta. El miedo se instala en las parejas. No en todas. O no en las dos partes de la pareja. El tema deja muchos cadáveres por el camino. Mucho resentimiento, mucha pena, mucho dolor. Esto, naturalmente, incluye a los niños de esas parejas.
No sé, chavales. Me ha dado que pensar. De existir... ¿me haría yo este test? ¿Comprobaría si es mi pareja mi match? De ser soltero ¿buscaría a mi match, tiraría a lo fácil o iría por el camino tradicional? ¿Y vosotros?