Acabo de llegar a casa.
Pues sí, amigos. ME LA TUVE QUE FOLLAR.
Añado otra muesca al revólver.
Bastante exótico este capítulo ¿no os parece? Yo creo que ni Kramer se ha follado un tipa de Trinidad y Tobago.
La chavala es cojonuda. Esta tiene un puto perro, por cierto.
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Me ha costado sangre, sudor y lágrimas hacer que se corriera. Lo he conseguido a base de comerle el clítoris y penetrarla violentamente con un par de dedos, pero joder casi me da algo para mantener el ritmo.
Efectivamente, parece que tengo un nabo descomunal al penetrar ese cuerpito tan pequeño. Me he acordado del hijo de puta que lo mencionó aquí mientras la bombeaba (mi gente del foro siempre presente)
Después de uno de los polvos, cuando estábamos abrazados, se me pone a llorar (sí, amigos, no sé qué pasa que las tías se me ponen a llorar en ese momento) En este caso es porque tiene la espalda jodida y vive con un dolor crónico bastante cabrón. Ojalá yo pudiera ayudarla, pero no sabría cómo.
Me conocéis y sabéis que me encariño de las tipas que fako. Soy cariñoso y las trato muy bien, la verdad. Se ilusionan conmigo. Pero ahora viene lo de siempre "¿y ahora qué?" "¿Quiero volver a verla?" "¿Me meto una temporada de juego de tronos cuando venga a verme a Sevilla?" "¿me sigo follando señoras?"
Os preguntaréis "¿qué pasa con la milf?". Pues, tíos, cuando me iba a ir esta tarde de casa del pigmeo marrón, me ha trincado y nos hemos encamado otra vez. Así que he dejado a la otra tirada, porque ya no llegaba ni de coña a la hora acordada.
Después he visto que me ha enviado unon mensajes esperando confirmación y posteriormente, que como no respondía, que había quedado con otro.
Otra anécdota es que he abierto el Tinder al llegar a Sevilla, y tenía muchos matches de pibas gibraltareñas y de la zona. Pues tíos, muuuuy buen nivel. Acá un zorrón reclamando mi atención
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¿Qué putada, no? Fijo que voy pallá a fakarla, y me encuentro con la pequeñina.