Buenos días, hamijos. Ya asentado en mi puesto laboral, me tomaré unos minutos para narrar mi cita de ayer.
La rusa resultó ser un ser de luz super simpático. No sé qué coño se echaría en la cara (capas y capas de maquillaje, supongo) que no lucía tan jodidamente arrugada como en la foto.
Tenía un cuerpo bastante foshable y unos ojos preciosos. De esto que la ves y dices (coño, pues me la follaría)
Por lo visto llevaba dos meses viajando por el mundo y su anterior parada había sido Kenia, estuvo en el Masai Mara ese de los cojones viendo bichos.
Ella es de la taiga rusa, de una ciudad no muy grande, pero con 18 tacos se fue a Canadá.
Como buen gentleman la invité a comer y le enseñé las bondades de esta bonita ciudad que es Sevilla. Había estado en 50 países, una tía bastante interesante y viajada. En un momento dado me confesó que era la tercera vez que estaba en Sevilla.
Muy agradable todo, la verdad. Hacía un día estupendo y el paseo fue delicioso.
Pero ya saben lo qué me pasa. Tanto buen rollo y happy flower aplacan mi instinto killerfolletil y llegado un momento le dije que me tenía que ir. Admito que la piba puso cara de sorpresa, en fin...
PUTAPENISMO.