Aquí nadie está diciendo que no tenga uno derecho a follarse lo que quiera, ni se le está pretendiendo despojar del derecho a comerse lo que le salga del nurzo.
Estamos hablando de las consecuencias que tiene el que haya por ahí numerosísimos tíos que no tienen ni el más mínimo criterio ni listón, como es el caso de Thorndike. No es una cuestión de que a buen hambre no hay pan duro, es una cuestión de que aun ahíto de comer y sin hambre, come mierda y eso hace que la mierda nos la intentan vender como manjar y la cobran como manjar, y por tanto todo lo demás que está por encima de la mierda también sube su precio.
Es EVIDENTE que hay gente más atractiva que otra. Pero cuando empieza a írsete la olla con los cincos y los ochos, y las categorías cerradas de gente según atractivo en los que los de un grupo no pueden ni respirar el mismo aire que los de otro más "bajo", no sea que se les contagie fealdad, es cuando empieza a írsete la olla como a Sureño. En mi opinión gente resentida que desearía ser como Truño pero que no le puede ser, y les solivianta que él no actúe como ellos actuarían.
Otra cosa que está por ver es que el atractivo sea la ÚNICO que tenga que tener que ver a la hora de relacionarse dos personas, entiendo que sea un factor, pero de ahí a que veáis aberrante que una persona más atractiva se relacione con otra que lo es menos, como si no pudiera influir nada más, pues otro en fin como una casa de grande.
Primero de todo: es exactamente la misma cosa decir "hay gente más atractiva que otra" que decir "hay cincos y ochos". Es lo mismo decir "está tres escalones por debajo en atractivo" que decir "tú eres un ocho y ella un cinco". El concepto es exactamente el mismo: señalar la evidente gradación de atractivo que hay y las diferencias que hay entre quienes en ese espectro están en un extremo y quienes están en el otro. Decirlo con palabras o decirlo con números es irrelevante, y no es mejor lo uno que lo otro, sino una preferencia estilística. Se habla de lo mismo.
A partir de ahí, cada uno puede acostarse con quien le salga de la punta del nabo, como regla general. Sobre lo que dices de que el atractivo sea lo único o no, correcto: ocurre que, además, en relaciones uno puede valorar muy positivamente otros aspectos de la personalidad de la otra parte que compensen la diferencia de atractivo y no pasa nada y está bien, porque no sólo de atractivo físico vive el hombre.
Lo que estamos hablando es sobre el resultado que produce el que haya numerosísimos tíos del calado de Thorndike lamiéndole el culo y el coño e invitando a casa a tías que son absolutos desechos de tienta, y es que estas se crecen y empiezan a reclamar que la excepción sea norma y a ver normal que una fea, vieja, gorda y sin estudios y muerta de hambre pida un guapo, joven, atlético, con tres másters y pasta. Este es el puto tema: que si vemos a pedorras que no valen el pedo de una puta exigir poco menos que semidioses es porque tienen acceso a tíos como Thorndike sin ningún problema. Como segunda derivada de esto, se tiene que tías no tan feas, no tan viejas, no tan gordas y no tan analfabetas pidan aún más, claro, y como tercera derivada se tiene que las tías que son la puta polla ya pidan ultradioses. Es decir, que la escala corre y se deja fuera del mercado a una cantidad ingente de tíos porque las tías tienen el listón por las putas nubes. Y luego a llorar. Pero a llorar todos: unos porque están expulsados del mercado y las otras porque con cuarenta y cinco años no han encontrado a nadie "a su nivel" y entonces vienen los gatos, el satisfier y el lexatín.