Las putas rumanas son lo más inflado que existe. Tías con un físico normal, si bien la cara en algunas jóvenes les salva, pidiendo cantidades astronómicas a pringados tipo Truñike.
Lo de diferenciarlas en una discoteca sí es cierto que es difícil, de hecho, hace 20 años en mi época de estudiante, en Puerto Banús, en una discoteca, creyendo yo que había ligado con una tipa que ni siquiera tenía pinta de rumana, tras varios restriegos y sobeteos, cuando fui a comerle la boca me hizo la cobra, y me dijo sin ningún género de duda y totalmente convencida que podía besarla, pero que valía 300 euros (el euro no llevaba ni un año de circulación). Resumiendo, puta y de alto standing. Y de Rumanía.
Evidentemente salí como alma que lleva el diablo, primero porque iba con 20 pavos en la cartera, y segundo, porque el LOL fue tal que me dejó chocado.