Los Inmaculados son antiguos muchachos esclavos elegidos a temprana edad por su tamaño, rapidez y fuerza. El entrenamiento es brutal, diseñado no sólo para enseñarles cómo pelear, sino para despojarles de toda individualidad, empatía o auto-valoración. Son totalmente castrados (pene y testículos removidos) y su hombría es quemada en el altar de la Dama de las Lanzas.
Regularmente consumen un elixir llamado Vino del Coraje para quitarles cualquier sensibilidad al dolor. Cada día eligen nombres nuevos de placas al azar en una cubeta, cada placa consistente en un color y un tipo de sabandija. Los esclavos que fallan en cualquier aspecto del entrenamiento son asesinados. Sólo un tercio de los esclavos que comienzan el entrenamiento se convertirá en Inmaculado.[3]
En el día que el niño es castrado, se le entrega un cachorrito para criar. Al final del primer año, el niño debe estrangular al cachorrito. Si falla en hacerlo, es asesinado y dado de comer a los perros sobrevivientes. Durante el entrenamiento, el muchacho es castigado si falla en alguna tarea, ya sea corriendo todo el día al sol, escalando una montaña de noche o caminando sobre una cama de carbón ardiente. Para ganar su casco con punta, símbolo del estatus como Inmaculado, cada muchacho debe tomar una moneda de plata e ir al mercado de esclavos, comprar un niño recién nacido y matarlo delante de su madre, pagándole la plata al dueño del niño.[4]