Nueces rebuznó:
A mí me gusta mucho más Schopenhauer; brillante pensador, pesimista, misántropo, misógino y uraño: luz de Occidente.
Y su misoginia vital es todavia mas divertida que la literaria. Condenado a pagar una pension de por vida a una mujer anciana a la que habia lisiado arrojandola por unas escaleras, el dia que la buena señora la palmo escribio en su diario: "Vieja muerta. Fin de los pagos"
De todas formas no me parece un misogino sino un adelantado a su tiempo: cuando los genes y sus instintos programados eran desconocidos, retrato a las mujeres como seres compulsivos dominados por el afan de reproduccion y al amor como un mero imperativo biologico.
Nueces rebuznó:
Por culpa de esa presión, es complicadísimo encontrar a una mujer que no haya perdido su vida metida en un cuarto de baño delante de un espejo, mientras que los Alphas nos la hemos pasado disfrutando de las obras maestras que otros Alphas hicieron previamente. La brecha espiritual se hace insalvable, la misoginia inevitable. Ya crecerá, hamijo.
Y a veces las grandes verdades, como las que usted acaba de exponer, no se encuentran relatadas en la gran literatura, sino en obras aparentemente menores. Esto nos dice el protagonista de "Lo mejor que le puede pasar a un cruasan":
No me interesa tu mundo ni mi interesa tu gente. Puede que a veces le tome cariño a alguien, pero casi siempre es como tomarle cariño a una tortuga acuática: puedes observarla al sol de la terraza pero no puedes sentirte acompañado por ella, ¿me sigues? Yo no necesito a nadie, tú si: tu necesitas un público que te admire, espejitos que reflejen las distintas facetas de tu grandeza: mujer, hijos, amante, padres, amigos, clientes, empleados, viajar en primera, ganar medallas, tocar a Debussy, conducir un Lotus, satisfacer sexualmente a las mujeres. Yo no: ¿Y sabes por qué? Porque la única manera en que el común de la gente puede admirar es solo una forma velada de envidia, y yo no quiero que me envidien: me da asco, me da vergüenza, me repatea. Y te voy a decir más: es posible que durante un tiempo sí estuviera enfermo: enfermo de soledad, como el patito feo, o como el neandertal erguido y lampiño en un mundo de cromañones; tan enfermo que llegué incluso a recorrer el planeta tratando de encontrar al resto de los cisnes. Pero descubrí que no hay cisnes, apenas uno o dos por cada cien patos, lo mismo aquí que en Jakarta, y me costó aceptarlo, pero terminé por hacerme a la idea. Desde entonces siento preferencia por aislarme de ese mundo que habéis inventado tan mal. ¿Qué me propones? ¿sustituir la cerveza por el gimnasio, el Metaphysical por un coche llamativo, las putas por una esposa a la que solo le interese como progenitor, y una amante que me la chupe de vez en cuando para compensar? Gracias pero ya estoy hecho a lo mío. Disfruto de la vida a mi manera y eso es mucho más de lo que puede decir la mayoría..