La verdad es que llegué a esta película por completismo geek de cara al llamado
cine adolescente, género del que soy fan absoluto, resultando ser luego un notable film que en forma si puede ser adscrito a dicho género, pero que presenta un fondo con múltiples lecturas, guiños y referencias. La historia podría ser descrita con el consabido y arquetípico
chico conoce chica y pasan cosas, pero es mucho más que este lugar común: una reflexión acerca del origen y propagación de las ideas, un homenaje al pensamiento, una alabanza a la importancia que tiene la actitud en todas las facetas vitales y una concatenación de gags visulaes y sketches narrativos muy interesante. Lo malo, como de costumbre en este país de chirigota y misa de doce, la sustitución del título (
Bickford Shmeckler's Cool) por el horrísono
Superfrikis.
En el reparto, encabezado por el muy competente Patrick Fugit (que también tiene la muy meritoria
Wristcutters en su currículo) y la por aquí desconocida Olivia Wilde (harto azotable), destaca la reunión de secundarios ilustres del cine y la televisión que se reunen: Mathew Lillard, John Cho, Clark Gregg, Cheryl Hines y algún otro que se me escapa. Joder, si hasta el director hace un cameo a lomos de una silla de ruedas en un sketch amérrimo!! En cuanto a las referencias, veladas o no, las tenemos a espuertas, y siempre insertadas con coherencia y pleno sentido: Bergman, la contracultura, la difusión de panfletos subversivos, Descartes, la dronja... y luego los subtextos acerca de la enfermedad mental, tratada de modo dual (serio, con mención al haloperidol y el litio incluida, y de forma tuna, con el Lillard con sombreros a lo bol de enslada con espejos), la mercantilización de las ideas y el pensamiento (¿conocerá Scott Lew el situacionismo?) y la obtención de lo que realmente importa en la vida, la diversión. Esto último, como brillante corolario que deja de lado la perogrullada fácil.
En definitiva, toda una sorpresa que ofrece muchísimo más de lo que pudiera parecer a simple vista. Porque cuando en una película suenan The Violent Femmes sabemos que no podrá bajar del notable. Ojalá Scott Lew pueda continuar haciendo películas.
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