FlorianSotoPeña
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- 16 Ago 2009
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Ayer por la noche vi dos películas, una italiana, protagonizada por Alberto Sordi y un elenco de actores franceses entre los que destacan Michel Simon y Pierre Brasseur, y dirigida por Ettore Scola. La película se llama "La noche más hermosa de mi vida" (1972). El argumento va de un empresario rico y potentado (Alberto Sordi), propietario de una gran empresa milanesa que se dedica a desviar los beneficios obtenidos a través de la banca suiza. Durante su estancia en Suiza, donde envía el dinero a escondidas para luego depositarlo en una cuenta bancaria, tiene un imprevisto, y es que el banco está cerrado, y cuando decide marcharse con su coche y volver después, se encuentra un obstáculo tras su lamborghini, una moto de gran cilindrada que le impide salir del aparcamiento. Al poco tiempo llega una moza con unas pezuñicas de infarto, vestida con un traje de cuero de una pieza, y que no muestra su rostro, para llevarse la moto. La indignación del protagonista se transforma en trempamiento y en chorizo de salamanca bien gordo y duro. Entonces decide seguirla, a partir de ese momento lo lleva por carreteras secundarias hasta que se le estropea el coche y se ve obligado a refugiarse en un castillo. Una vez allí, un grupo de jubilados, todos ellos antiguos jueces le propondrán un juicio en el que tratarán de construir una acusación en torno a hechos "oscuros" de su vida, aquellos relacionados con su riqueza, y con la llegada a la presidencia de la empresa que posee en esos momentos. Como atractivo principal, hay un desnudo de una buena moza sueca de la época, Janet Agren, que está para rellenarla de pastel ad infinitum. La película contiene mucho diálogo, y aunque se deja ver, no terminó de convencerme. Le pondría un 5, porque tampoco es que esté mal hecha, pero resulta un poco tostón. Alberto Sordi tiene otras películas mejores.
La otra película que también vi ayer, y que me gustó bastante más que esta, fue Oro (1934), una película alemana producida por UFA, que hizo cosas muy interesantes durante la época. Protagonizada por actores famosos de la época como Hans Albers y Brigitte Helm, entre otros, cuenta una historia que podría enmarcarse en la ciencia ficción. Unos científicos están trabajando en un experimento consistente en transformar el plomo en oro, al modo de los antiguos alquimistas, y para ello se sirven de una máquina capaz de escindir los átomos del plomo a través de un rayo con una potencia descomunal de 15.000 voltios. Un gran empresario británico, sin escrúpulos y ávido por la ganancia económica, muy habichuelo en sus prácticas, trata de boicotear ese experimento, que en parte ya ha copiado a través de un técnico infiltrado en el laboratorio de los científicos. La intención es que no consume su experimento y que fracasen, y para ello instruyen al técnico con ese fin. Finalmente, el asunto se les va de las manos, y las manipulaciones del técnico producen una explosión en el laboratorio que matan a uno de los científicos y al técnico traidor, pero el otro científico, un ingeniero, sobrevive milagrosamente a la explosión.
Una vez que la noticia de que ha sobrevivido llega al empresario británico, éste envía a dos miembros de su empresa para proponerle que trabaje con ellos, con una máquina que es la copia del proyecto original del científico muerto, con la intención de que pueda llevar a término el experimento con éxito. El citado científico superviviente cederá finalmente, pero sabiendo que ellos son responsables de la muerte de su amigo y compañero de profesión, y con la intención de urdir una venganza.
La película es una evidente crítica hacia el capitalismo y el orden liberal, donde la mercantilización de todos los órdenes de la vida y su puesta al servicio de intereses espurios son evidentes. Hay un desprecio al oro, que simboliza ese poder y ese hechizo bajo un aspecto de corrupción del alma y envilecimiento deshumanizador. Es totalmente funcional al discurso del naciente régimen nacionalsocialista, con ese desprecio hacia el oro que siempre se profesó, y ese rechazo hacia la sociedad burguesa y capitalista, decadente, materialista y degenerada. Lo que venimos viviendo en nuestros días en definitiva.
La película está muy bien hecha, tiene incluso aspectos que resultan muy modernos en la construcción del argumento, que es cuidadoso, en la representación de las escenas y en los propios escenarios. Ni un atisbo de cutrez ni de caspa, dada la antigüedad del filme, y de principio a fin es bastante consistente. Y es que en la Alemania de esa época se hacía buen cine, y me viene a la memoria "El Ángel azul" de Marlene Dietrich o las películas de Fritz Lang, que son una maravilla. Yo le daría un 7.
La otra película que también vi ayer, y que me gustó bastante más que esta, fue Oro (1934), una película alemana producida por UFA, que hizo cosas muy interesantes durante la época. Protagonizada por actores famosos de la época como Hans Albers y Brigitte Helm, entre otros, cuenta una historia que podría enmarcarse en la ciencia ficción. Unos científicos están trabajando en un experimento consistente en transformar el plomo en oro, al modo de los antiguos alquimistas, y para ello se sirven de una máquina capaz de escindir los átomos del plomo a través de un rayo con una potencia descomunal de 15.000 voltios. Un gran empresario británico, sin escrúpulos y ávido por la ganancia económica, muy habichuelo en sus prácticas, trata de boicotear ese experimento, que en parte ya ha copiado a través de un técnico infiltrado en el laboratorio de los científicos. La intención es que no consume su experimento y que fracasen, y para ello instruyen al técnico con ese fin. Finalmente, el asunto se les va de las manos, y las manipulaciones del técnico producen una explosión en el laboratorio que matan a uno de los científicos y al técnico traidor, pero el otro científico, un ingeniero, sobrevive milagrosamente a la explosión.
Una vez que la noticia de que ha sobrevivido llega al empresario británico, éste envía a dos miembros de su empresa para proponerle que trabaje con ellos, con una máquina que es la copia del proyecto original del científico muerto, con la intención de que pueda llevar a término el experimento con éxito. El citado científico superviviente cederá finalmente, pero sabiendo que ellos son responsables de la muerte de su amigo y compañero de profesión, y con la intención de urdir una venganza.
La película es una evidente crítica hacia el capitalismo y el orden liberal, donde la mercantilización de todos los órdenes de la vida y su puesta al servicio de intereses espurios son evidentes. Hay un desprecio al oro, que simboliza ese poder y ese hechizo bajo un aspecto de corrupción del alma y envilecimiento deshumanizador. Es totalmente funcional al discurso del naciente régimen nacionalsocialista, con ese desprecio hacia el oro que siempre se profesó, y ese rechazo hacia la sociedad burguesa y capitalista, decadente, materialista y degenerada. Lo que venimos viviendo en nuestros días en definitiva.
La película está muy bien hecha, tiene incluso aspectos que resultan muy modernos en la construcción del argumento, que es cuidadoso, en la representación de las escenas y en los propios escenarios. Ni un atisbo de cutrez ni de caspa, dada la antigüedad del filme, y de principio a fin es bastante consistente. Y es que en la Alemania de esa época se hacía buen cine, y me viene a la memoria "El Ángel azul" de Marlene Dietrich o las películas de Fritz Lang, que son una maravilla. Yo le daría un 7.