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Es que es por esto mismo. Intento que el chico no se piense que va a follar conmigo de buenas a primeras para que no haga bailecitos de cortejo y se muestre tal y como es.
¡Pero cómo no va a hacer bailecitos de cortejo si le niegas el sexo! ¿Pero es que no te das cuenta de la contradicción que hay en ese comportamiento? Si el sexo se lo das más tarde en función de lo que haga o deje de hacer lo que haga o deje de hacer va a ser, por cojones, bailecitos de cortejo para conseguirlo.
También es un buen razonamiento el que tú dices de que si ya tiene sexo no hace falta que se comporte de una manera diferente para conseguirlo porque ya lo tiene. Pero ya te digo que yo, casi siempre, una vez que echo un polvo con un recién conocido no me apetece volver a saber de él ,y me da miedo que le pase lo mismo a un chico de verdad me interesa.
No sé si es una administración de recursos, pero es lo que hago. Y no lo hago porque sólo tenga mi coño para ofrecer... que yo creo que puedo ofrecer muchas otras cosas.
Pues entonces, querida, el problema lo tienes tú, y se lo traspasas al otro. Tú cuando te acuestas con un tío sales por patas, ergo tú crees que un tío cuando se acuesta contigo va a salir por patas. Proyectas tus comportamientos en el otro, le castigas a él sin sexo por una cosa que está en tu misma cabeza; de alguna manera tú lo que estás haciendo es castigar ese comportamiento tuyo en cabeza ajena, cuando él igual si se acostase contigo se quedaría a tu lado aún con más fuerza.
Y si los tíos que se acuestan contigo salen por patas siempre de nuevo el problema lo tienes tú, y no es otro que una mala elección, una falta de puntería y de visión, valoras a los que no te convienen.
Este es el puto problema, señores. Cuando un comportamiento poco sincero e inconsecuente determina otro comportamiento poco sincero; una tía niega el sexo a alguien que le gusta para algo más, este otro a su vez finge otra cosa para conseguir el sexo, y nos encontramos con que dos personas están haciendo lo contrario a lo que desean hacer y todo es un fárrago, un juego de imposturas, de falsedades, un baile de máscaras para conseguir algo. Y luego nos preguntamos "¿qué ha pasado aquí, por qué no ha salido bien, en qué he fallado?" Pues en todo, joder, en todo, porque desde el primer momento ha concurrido la falsedad, la mentira, la impostura, el juego y el engaño y todo se ha basado en la HIPOCRESÍA.