Corsetería mental de Hacendado cercena el amor

Don_Poncio

Aborto de Forero
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5 Ago 2012
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Un viernes de diciembre del pasado año quedo con tindereña propicia que como yo, frisa la tardocuarentena. Sin demasiadas espectativas, dado el material gráfico que de ella disponía, acudo a la cita y para mi sorpresa, en persona la pava gana bastante, las cervezas vuelan por ambas partes (más las que me había tomado antes de salir), se produce el consabido chupifeeling y sin mayores problemas acabamos en mi casa.

La cantidad de alcohol ingerida impidió que mi micropene alcanzara el lucimiento deseable, cosa a la que la torda no pareció conceder mayor importancia, si bien me hizo una estampida de manual porque quería dormir a gusto en su cama. No fue hasta dos días después en que me invita a su casa, cuando materializamos un fornicio sin grandes alardes por ambas partes, pero que cumplía con los cánones exigidos en estas lides.

Nos despedimos acaramelados sobreentendiendo que nos volveríamos a ver a la vuelta de mis vacaciones, ya que me marchaba unos días fuera por Navidad. Pues hete aquí que la mañana del día de nochebuena me desayuno un audio suyo donde educadamente me decía que había un tema (según ella muy evidente) que nos separaba, y que por lo concerniente a ella nos iba a separar siempre, que no tenía sentido volver a quedar porque hay cosas que no se pueden cambiar, que era una pena y le sabía mal porque yo era un tío muy especial y bla bla bla. Todo en un tono que dejaba muy a las claras que no habria marcha atrás por su parte.

Aunque no soy de pedir explicaciones en estos casos, le pregunto cuál es ese tema tan importante que nos separa y la tía no suelta prenda. Como el partido se había jugado y ganado, y a pesar de que me apetecía prórroga y penaltis, decido pasar de ella y hasta hoy.

Lo gracioso del asunto es que sabía perfectamente a qué se estaba refiriendo en su audio, y salvo que su actuación, tanto en horizontal como en vertical, se postulara a actriz del año, sólo podía ser uno el motivo del fin de tan prometedor idilio: discrepancias ideológicas, y eso que en nuestros encuentros no hubo la más mínima referencia alguna acerca de estas cuestiones tan trascendentales para muchos.

Paso a enumerar los highlights con los que deduzco hice gala a sus ojos de un insoportable facherío.
  • Decir que me gusta el western y el cine de Clint Eastwood. Hay que aclarar que esta tía era una gafapasta de las de filmoteca en V.O. y cineforum posterior. De hecho, antes de quedar me pidió que le recomendara alguna peli. Mi elección fue Mantícora, del amigo Vermut (lolazo posterior que nos ha dado el hombre) y no solo se la tragó antes del encuentro, sino también Magical Girl. Entregada a la causa estaba la moza.
  • Decir que me gustan las películas clásicas de Semana Santa, aun dejándole claro que soy ateo.
  • Tener en mi Ipad un libro de Perez Reverte, que ni me había leído, del que ni me acordaba su existencia, pero cuyo descubrimiento hizo que a la tía se le hinchara la vena de la frente porque ella odiaba a Reverte.
  • Decir que me parece que una mujer está más atractiva con tacones que sin ellos.
  • Recomendarle los podcast de cine de Par Impar (muchos sabréis a qué grupo de comunicación pertenecen estos dos).
  • Comentar (con toda la intención para ver su reacción) que me parecía que en España pagábamos demasiados impuestos. La reacción fue descubrir en su cuello más venas ocultas a punto de explotar.
  • No haberme cagado las dos veces que nos vimos en los muertos de Sánchez Dragó, Bertín Osborne, Arturo Fernández o Pablo Motos.
Aportaciones por su parte a la turra ideológica de los cojones:
  • Decir que era de izquierdas en el perfil de Tinder.
  • Estar encantada de pagar impuestos.
  • Tener una foto de Stalin junto con los imanes de la nevera.

Y eso es todo amigos. A día de hoy en este país encantador que se nos está quedando bastan cuatro pinceladas inconexas para clasificar al personal, eliminarle de la partida y que pase el siguiente, que tengo una docena esperando, la vida es muy corta y no hay tiempo que perder con la menopausia a la vuelta de la esquina.

A mí la posición política o ideológica de esta señora es que me la trufa, no tengo nada en contra de ella, ya sea adquirida en una tómbola o porque Franco le fusilara a los abuelos. Lo que ya no me parece tan divertido es que ese hooliganismo de trinchera que a duras penas pudo ocultar, me impida repaladear un culo partenueces como mis ojos no van a volver a ver en una tía de su edad y de bastantes menos.

Superado el duelo, ruego al foro plasme historias en las que los desencuentros en la manera de pensar hayan truncado posibilidad o continuidad de folleteo. O bien al contrario, ejemplos reales o inventados donde la pasión desbordó al cuñadismo. Cuenten la vez que esa podemita irredenta succionó un rabo cayetano de manera devota y despreocupada, o cómo el señor del cortijo se desanudó el jersey al hombro para sumergir su cabeza en tremenda pelambrera morada y sobaquil.
 
A mí es que me rechazan directamente por feo asqueroso, no tengo oportunidad de sacar a pasear la bandera feixiista.

Edito: soy un mindundi.
 
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Un viernes de diciembre del pasado año quedo con tindereña propicia que como yo, frisa la tardocuarentena. Sin demasiadas espectativas, dado el material gráfico que de ella disponía, acudo a la cita y para mi sorpresa, en persona la pava gana bastante, las cervezas vuelan por ambas partes (más las que me había tomado antes de salir), se produce el consabido chupifeeling y sin mayores problemas acabamos en mi casa.

La cantidad de alcohol ingerida impidió que mi micropene alcanzara el lucimiento deseable, cosa a la que la torda no pareció conceder mayor importancia, si bien me hizo una estampida de manual porque quería dormir a gusto en su cama. No fue hasta dos días después en que me invita a su casa, cuando materializamos un fornicio sin grandes alardes por ambas partes, pero que cumplía con los cánones exigidos en estas lides.

Nos despedimos acaramelados sobreentendiendo que nos volveríamos a ver a la vuelta de mis vacaciones, ya que me marchaba unos días fuera por Navidad. Pues hete aquí que la mañana del día de nochebuena me desayuno un audio suyo donde educadamente me decía que había un tema (según ella muy evidente) que nos separaba, y que por lo concerniente a ella nos iba a separar siempre, que no tenía sentido volver a quedar porque hay cosas que no se pueden cambiar, que era una pena y le sabía mal porque yo era un tío muy especial y bla bla bla. Todo en un tono que dejaba muy a las claras que no habria marcha atrás por su parte.

Aunque no soy de pedir explicaciones en estos casos, le pregunto cuál es ese tema tan importante que nos separa y la tía no suelta prenda. Como el partido se había jugado y ganado, y a pesar de que me apetecía prórroga y penaltis, decido pasar de ella y hasta hoy.

Lo gracioso del asunto es que sabía perfectamente a qué se estaba refiriendo en su audio, y salvo que su actuación, tanto en horizontal como en vertical, se postulara a actriz del año, sólo podía ser uno el motivo del fin de tan prometedor idilio: discrepancias ideológicas, y eso que en nuestros encuentros no hubo la más mínima referencia alguna acerca de estas cuestiones tan trascendentales para muchos.

Paso a enumerar los highlights con los que deduzco hice gala a sus ojos de un insoportable facherío.
  • Decir que me gusta el western y el cine de Clint Eastwood. Hay que aclarar que esta tía era una gafapasta de las de filmoteca en V.O. y cineforum posterior. De hecho, antes de quedar me pidió que le recomendara alguna peli. Mi elección fue Mantícora, del amigo Vermut (lolazo posterior que nos ha dado el hombre) y no solo se la tragó antes del encuentro, sino también Magical Girl. Entregada a la causa estaba la moza.
  • Decir que me gustan las películas clásicas de Semana Santa, aun dejándole claro que soy ateo.
  • Tener en mi Ipad un libro de Perez Reverte, que ni me había leído, del que ni me acordaba su existencia, pero cuyo descubrimiento hizo que a la tía se le hinchara la vena de la frente porque ella odiaba a Reverte.
  • Decir que me parece que una mujer está más atractiva con tacones que sin ellos.
  • Recomendarle los podcast de cine de Par Impar (muchos sabréis a qué grupo de comunicación pertenecen estos dos).
  • Comentar (con toda la intención para ver su reacción) que me parecía que en España pagábamos demasiados impuestos. La reacción fue descubrir en su cuello más venas ocultas a punto de explotar.
  • No haberme cagado las dos veces que nos vimos en los muertos de Sánchez Dragó, Bertín Osborne, Arturo Fernández o Pablo Motos.
Aportaciones por su parte a la turra ideológica de los cojones:
  • Decir que era de izquierdas en el perfil de Tinder.
  • Estar encantada de pagar impuestos.
  • Tener una foto de Stalin junto con los imanes de la nevera.

Y eso es todo amigos. A día de hoy en este país encantador que se nos está quedando bastan cuatro pinceladas inconexas para clasificar al personal, eliminarle de la partida y que pase el siguiente, que tengo una docena esperando, la vida es muy corta y no hay tiempo que perder con la menopausia a la vuelta de la esquina.

A mí la posición política o ideológica de esta señora es que me la trufa, no tengo nada en contra de ella, ya sea adquirida en una tómbola o porque Franco le fusilara a los abuelos. Lo que ya no me parece tan divertido es que ese hooliganismo de trinchera que a duras penas pudo ocultar, me impida repaladear un culo partenueces como mis ojos no van a volver a ver en una tía de su edad y de bastantes menos.

Superado el duelo, ruego al foro plasme historias en las que los desencuentros en la manera de pensar hayan truncado posibilidad o continuidad de folleteo. O bien al contrario, ejemplos reales o inventados donde la pasión desbordó al cuñadismo. Cuenten la vez que esa podemita irredenta succionó un rabo cayetano de manera devota y despreocupada, o cómo el señor del cortijo se desanudó el jersey al hombro para sumergir su cabeza en tremenda pelambrera morada y sobaquil.

Hay que ver que películas se monta la gente para no admitir que lo rechazan por tenerla pequeña.

Que a mi alguna ya me ha contado eso, que no le cuadro un tío pq no se podía...

Lo de la ideología se las sopla, si eres atractivo, masculino y haces que se corran les da igual que seas de vox o de sumar.
 
Hay que ver que películas se monta la gente para no admitir que lo rechazan por tenerla pequeña.

Que a mi alguna ya me ha contado eso, que no le cuadro un tío pq no se podía...

Lo de la ideología se las sopla, si eres atractivo, masculino y haces que se corran les da igual que seas de vox o de sumar.

Yo pienso lo mismo.

Si es para solo follar basta con ser lo suficientemente atractivo para ella (o sea físicamente). Pero si es para algo serio ahí ese tipo de cosas si importan mucho.
 
Última edición:
Yo pienso lo mismo.

Si es para solo follar basta con ser lo suficientemente atractivo para ella (o sea físicamente). Pero si es para algo serio ahí ese tipo de cosas si importan mucho.
Discrepo. Si le haces correrse como las cataratas del Iguazú tratará de plantearse poder cambiarte en caso que simpatices con algún partido "de bien".

Si le das un polvo sobre la media sin más, pasará de tu culo y te tolerará pero no mas allá.

Si tu micropene no satisface sus expectativas puede que se plantee inmiscuirte con temas de "vio gen".

Si tienes pasta, y lo primero, tratará de presentarte a sus padres y romperá en secreto las fotos con La Yoli y La Cajera.
 
Bueno, si no hubiera sido por esas excusas habría sido por otras. Son tordas tan encantadas de conocerse que siempre encuentran un defecto. La pareja perfecta no existe. Siempre habrá algo que no te encaje. Y este tipo de gente de izquiemierdas, que ven fascistas por cualquier cosa, tienen una mierda metida en la cabeza que les impide ver más allá de su puta nariz y por supuesto, de ser felices. Te libraste de una buena.

@Don_Poncio, no me jodas, una foto del hijo de puta de Stalin, pero en qué puta cabeza cabe eso.
 
Te lo resumo con una cancion.

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PD: ten un par de cojones y mándasela.
 
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Un viernes de diciembre del pasado año quedo con tindereña propicia que como yo, frisa la tardocuarentena. Sin demasiadas espectativas, dado el material gráfico que de ella disponía, acudo a la cita y para mi sorpresa, en persona la pava gana bastante, las cervezas vuelan por ambas partes (más las que me había tomado antes de salir), se produce el consabido chupifeeling y sin mayores problemas acabamos en mi casa.

La cantidad de alcohol ingerida impidió que mi micropene alcanzara el lucimiento deseable, cosa a la que la torda no pareció conceder mayor importancia, si bien me hizo una estampida de manual porque quería dormir a gusto en su cama. No fue hasta dos días después en que me invita a su casa, cuando materializamos un fornicio sin grandes alardes por ambas partes, pero que cumplía con los cánones exigidos en estas lides.

Nos despedimos acaramelados sobreentendiendo que nos volveríamos a ver a la vuelta de mis vacaciones, ya que me marchaba unos días fuera por Navidad. Pues hete aquí que la mañana del día de nochebuena me desayuno un audio suyo donde educadamente me decía que había un tema (según ella muy evidente) que nos separaba, y que por lo concerniente a ella nos iba a separar siempre, que no tenía sentido volver a quedar porque hay cosas que no se pueden cambiar, que era una pena y le sabía mal porque yo era un tío muy especial y bla bla bla. Todo en un tono que dejaba muy a las claras que no habria marcha atrás por su parte.

Aunque no soy de pedir explicaciones en estos casos, le pregunto cuál es ese tema tan importante que nos separa y la tía no suelta prenda. Como el partido se había jugado y ganado, y a pesar de que me apetecía prórroga y penaltis, decido pasar de ella y hasta hoy.

Lo gracioso del asunto es que sabía perfectamente a qué se estaba refiriendo en su audio, y salvo que su actuación, tanto en horizontal como en vertical, se postulara a actriz del año, sólo podía ser uno el motivo del fin de tan prometedor idilio: discrepancias ideológicas, y eso que en nuestros encuentros no hubo la más mínima referencia alguna acerca de estas cuestiones tan trascendentales para muchos.

Paso a enumerar los highlights con los que deduzco hice gala a sus ojos de un insoportable facherío.
  • Decir que me gusta el western y el cine de Clint Eastwood. Hay que aclarar que esta tía era una gafapasta de las de filmoteca en V.O. y cineforum posterior. De hecho, antes de quedar me pidió que le recomendara alguna peli. Mi elección fue Mantícora, del amigo Vermut (lolazo posterior que nos ha dado el hombre) y no solo se la tragó antes del encuentro, sino también Magical Girl. Entregada a la causa estaba la moza.
  • Decir que me gustan las películas clásicas de Semana Santa, aun dejándole claro que soy ateo.
  • Tener en mi Ipad un libro de Perez Reverte, que ni me había leído, del que ni me acordaba su existencia, pero cuyo descubrimiento hizo que a la tía se le hinchara la vena de la frente porque ella odiaba a Reverte.
  • Decir que me parece que una mujer está más atractiva con tacones que sin ellos.
  • Recomendarle los podcast de cine de Par Impar (muchos sabréis a qué grupo de comunicación pertenecen estos dos).
  • Comentar (con toda la intención para ver su reacción) que me parecía que en España pagábamos demasiados impuestos. La reacción fue descubrir en su cuello más venas ocultas a punto de explotar.
  • No haberme cagado las dos veces que nos vimos en los muertos de Sánchez Dragó, Bertín Osborne, Arturo Fernández o Pablo Motos.
Aportaciones por su parte a la turra ideológica de los cojones:
  • Decir que era de izquierdas en el perfil de Tinder.
  • Estar encantada de pagar impuestos.
  • Tener una foto de Stalin junto con los imanes de la nevera.

Y eso es todo amigos. A día de hoy en este país encantador que se nos está quedando bastan cuatro pinceladas inconexas para clasificar al personal, eliminarle de la partida y que pase el siguiente, que tengo una docena esperando, la vida es muy corta y no hay tiempo que perder con la menopausia a la vuelta de la esquina.

A mí la posición política o ideológica de esta señora es que me la trufa, no tengo nada en contra de ella, ya sea adquirida en una tómbola o porque Franco le fusilara a los abuelos. Lo que ya no me parece tan divertido es que ese hooliganismo de trinchera que a duras penas pudo ocultar, me impida repaladear un culo partenueces como mis ojos no van a volver a ver en una tía de su edad y de bastantes menos.

Superado el duelo, ruego al foro plasme historias en las que los desencuentros en la manera de pensar hayan truncado posibilidad o continuidad de folleteo. O bien al contrario, ejemplos reales o inventados donde la pasión desbordó al cuñadismo. Cuenten la vez que esa podemita irredenta succionó un rabo cayetano de manera devota y despreocupada, o cómo el señor del cortijo se desanudó el jersey al hombro para sumergir su cabeza en tremenda pelambrera morada y sobaquil.
No eres el único.

Creo recordar si la memoria no me falla que hace un tiempo en el programa de First Dates una tía rechazó a un tío porque ella le preguntó su ideología, y él le contestó que era de Podemos.

Cuándo se lo dijo, inmediatamente ella se levantó de la mesa y se marchó, ni siquiera empezaron a cenar.

Así que tranquilo no te rayes, porqué las tías son así de raras
 
Última edición:
Sin ir más lejos para mi toda la que tenga esto en su perfil es un no-go.

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Discrepo. Si le haces correrse como las cataratas del Iguazú tratará de plantearse poder cambiarte en caso que simpatices con algún partido "de bien".

Si le das un polvo sobre la media sin más, pasará de tu culo y te tolerará pero no mas allá.

También discrepo. Leyendote parece que la gente como tu piensa que la cosa fluye en un solo sentido en temas de política e ideología (en este contexto).

Me pregunto que pasaría si fuera ella de derechas y el de izquierda y se gustaran físicamente.

Accedería ella a tener un polvo (o algo más) con el?
 
También discrepo. Leyendote parece que la gente como tu piensa que la cosa fluye en un solo sentido en temas de política e ideología (en este contexto).

Me pregunto que pasaría si fuera ella de derechas y el de izquierda y se gustaran físicamente.

Accedería ella a tener un polvo (o algo más) con el?
Sí pq habría atracción física, para empujar claro que sí.
 
También discrepo. Leyendote parece que la gente como tu piensa que la cosa fluye en un solo sentido en temas de política e ideología (en este contexto).

Me pregunto que pasaría si fuera ella de derechas y el de izquierda y se gustaran físicamente.

Accedería ella a tener un polvo (o algo más) con el?
Partimos de la base que la inmensa de problemas de ideología fluyen de izquierda a derecha y no viceversa.

Una mujer de derechas no tiene reparos en tirarse a un perro flauta si este le hace tilín. Si éste, le folla duro y con Graciejo no le supondría grandes hándicaps a la hora de entablar relación estable.

Por el contrario una de izquierdas tendría más hándicaps a consecuencia de la podredumbre y dogmatismo fanático propiciado por los círculos y grupos a los que decide retirarse " Twitter, Facebook, etc" no obstante, la clave radica en comer habitualmente algo de picante y follar como un ANIMAL 🦍. El resto es sabido.
 
Partimos de la base que la inmensa de problemas de ideología fluyen de izquierda a derecha y no viceversa.

Una mujer de derechas no tiene reparos en tirarse a un perro flauta si este le hace tilín. Si éste, le folla duro y con Graciejo no le supondría grandes hándicaps a la hora de entablar relación estable.

Por el contrario una de izquierdas tendría más hándicaps a consecuencia de la podredumbre y dogmatismo fanático propiciado por los círculos y grupos a los que decide retirarse " Twitter, Facebook, etc" no obstante, la clave radica en comer habitualmente algo de picante y follar como un ANIMAL 🦍. El resto es sabido.
Casualmente son esas que se definen open minded, exigen respeto, que si no aportas y tal... Y son incapaces de respetar a nadie que no comparta sus ideas políticas.

No sé, deberían ser las primeras en hacer un análisis objetivo de sus convicciones, y si eres una totalitaria asumirlo.
 
Partimos de la base que la inmensa de problemas de ideología fluyen de izquierda a derecha y no viceversa.

Una mujer de derechas no tiene reparos en tirarse a un perro flauta si este le hace tilín. Si éste, le folla duro y con Graciejo no le supondría grandes hándicaps a la hora de entablar relación estable.

Por el contrario una de izquierdas tendría más hándicaps a consecuencia de la podredumbre y dogmatismo fanático propiciado por los círculos y grupos a los que decide retirarse " Twitter, Facebook, etc" no obstante, la clave radica en comer habitualmente algo de picante y follar como un ANIMAL 🦍. El resto es sabido.

Casualmente son esas que se definen open minded, exigen respeto, que si no aportas y tal... Y son incapaces de respetar a nadie que no comparta sus ideas políticas.

No sé, deberían ser las primeras en hacer un análisis objetivo de sus convicciones, y si eres una totalitaria asumirlo.

Yo pienso más bien lo contrario; una mujer de derechas ni se acercaría a alguien de izquierda, y posiblemente sea más extractable en este sentido.

Si es solo para follar no hay tanto problema, luego para algo más sería complicado.

Hay ejemplos por los dos lados y lo que queda claro es que la ideología y cosas de la personalidad son más importantes de lo que parece y además determinantes para una relación seria.

Los ejemplos también demuestran que por lo general las cosas buscan lo semejante para asociarse (esto funciona en casi todos los aspectos del universo como una ley natural).
 
Última edición:
  • Tener en mi Ipad un libro de Perez Reverte, que ni me había leído, del que ni me acordaba su existencia, pero cuyo descubrimiento hizo que a la tía se le hinchara la vena de la frente porque ella odiaba a Reverte.

Cuando hubo el escándalo ese en el que una imbécil en tacones se quejaba de que Reverte le había abierto la puerta, discutí con varias que aplaudían a ella y odiaban a él. Ella era malísima, incluso le echaba la culpa al universo por obligarle a elegir tacones entre toda la variedad de calzado femenino y la respuesta de Reverte fue bastante contundente.

En esas discusiones yo sibilinamente decía que Reverte no era mal escritor y que me gustaba. No me gusta discutir y no iba a decirlas que cómo pretendían opinar de un escritor de quien no habían leído una sola palabra, que como leyendo un par de artículos de "feministas" podían juzgar a alguien, no les iba a decir que si eran subnormales.

Luego el bueno de Reverte sacó un libro (este no me lo he leído) en el que la protagonista era una mujer, ya sabéis todo muy feminista. Obviamente le mandé la reseña de dicho libro a todas con las que había discutido sobre Reverte y pasó exactamente lo que sabía que iba a pasar. Todas y cada una me dijeron que era un librazo y que se lo acababan de pillar, que qué bueno Reverte.

Hay gente que pasa por la vida y no sabe ni cómo. Yo apunté los nombres de estas personas en un cuaderno que tengo donde documento los retrasados mentales que me voy encontrando y a otra cosa.

A estas alturas la opinión de alguien no debería afectarnos ni lo más mínimo. Si no quieren follar pues que no follen. A mi me mandan un audio de esos y me parto el culo, la doy las buenas noches, le digo que qué lastima porque era lo mejor que me había pasado en la vida, le mando la carita del beso y me vuelvo a partir la polla.
 
Un viernes de diciembre del pasado año quedo con tindereña propicia que como yo, frisa la tardocuarentena. Sin demasiadas espectativas, dado el material gráfico que de ella disponía, acudo a la cita y para mi sorpresa, en persona la pava gana bastante, las cervezas vuelan por ambas partes (más las que me había tomado antes de salir), se produce el consabido chupifeeling y sin mayores problemas acabamos en mi casa.

La cantidad de alcohol ingerida impidió que mi micropene alcanzara el lucimiento deseable, cosa a la que la torda no pareció conceder mayor importancia, si bien me hizo una estampida de manual porque quería dormir a gusto en su cama. No fue hasta dos días después en que me invita a su casa, cuando materializamos un fornicio sin grandes alardes por ambas partes, pero que cumplía con los cánones exigidos en estas lides.

Nos despedimos acaramelados sobreentendiendo que nos volveríamos a ver a la vuelta de mis vacaciones, ya que me marchaba unos días fuera por Navidad. Pues hete aquí que la mañana del día de nochebuena me desayuno un audio suyo donde educadamente me decía que había un tema (según ella muy evidente) que nos separaba, y que por lo concerniente a ella nos iba a separar siempre, que no tenía sentido volver a quedar porque hay cosas que no se pueden cambiar, que era una pena y le sabía mal porque yo era un tío muy especial y bla bla bla. Todo en un tono que dejaba muy a las claras que no habria marcha atrás por su parte.

Aunque no soy de pedir explicaciones en estos casos, le pregunto cuál es ese tema tan importante que nos separa y la tía no suelta prenda. Como el partido se había jugado y ganado, y a pesar de que me apetecía prórroga y penaltis, decido pasar de ella y hasta hoy.

Lo gracioso del asunto es que sabía perfectamente a qué se estaba refiriendo en su audio, y salvo que su actuación, tanto en horizontal como en vertical, se postulara a actriz del año, sólo podía ser uno el motivo del fin de tan prometedor idilio: discrepancias ideológicas, y eso que en nuestros encuentros no hubo la más mínima referencia alguna acerca de estas cuestiones tan trascendentales para muchos.

Paso a enumerar los highlights con los que deduzco hice gala a sus ojos de un insoportable facherío.
  • Decir que me gusta el western y el cine de Clint Eastwood. Hay que aclarar que esta tía era una gafapasta de las de filmoteca en V.O. y cineforum posterior. De hecho, antes de quedar me pidió que le recomendara alguna peli. Mi elección fue Mantícora, del amigo Vermut (lolazo posterior que nos ha dado el hombre) y no solo se la tragó antes del encuentro, sino también Magical Girl. Entregada a la causa estaba la moza.
  • Decir que me gustan las películas clásicas de Semana Santa, aun dejándole claro que soy ateo.
  • Tener en mi Ipad un libro de Perez Reverte, que ni me había leído, del que ni me acordaba su existencia, pero cuyo descubrimiento hizo que a la tía se le hinchara la vena de la frente porque ella odiaba a Reverte.
  • Decir que me parece que una mujer está más atractiva con tacones que sin ellos.
  • Recomendarle los podcast de cine de Par Impar (muchos sabréis a qué grupo de comunicación pertenecen estos dos).
  • Comentar (con toda la intención para ver su reacción) que me parecía que en España pagábamos demasiados impuestos. La reacción fue descubrir en su cuello más venas ocultas a punto de explotar.
  • No haberme cagado las dos veces que nos vimos en los muertos de Sánchez Dragó, Bertín Osborne, Arturo Fernández o Pablo Motos.
Aportaciones por su parte a la turra ideológica de los cojones:
  • Decir que era de izquierdas en el perfil de Tinder.
  • Estar encantada de pagar impuestos.
  • Tener una foto de Stalin junto con los imanes de la nevera.

Y eso es todo amigos. A día de hoy en este país encantador que se nos está quedando bastan cuatro pinceladas inconexas para clasificar al personal, eliminarle de la partida y que pase el siguiente, que tengo una docena esperando, la vida es muy corta y no hay tiempo que perder con la menopausia a la vuelta de la esquina.

A mí la posición política o ideológica de esta señora es que me la trufa, no tengo nada en contra de ella, ya sea adquirida en una tómbola o porque Franco le fusilara a los abuelos. Lo que ya no me parece tan divertido es que ese hooliganismo de trinchera que a duras penas pudo ocultar, me impida repaladear un culo partenueces como mis ojos no van a volver a ver en una tía de su edad y de bastantes menos.

Superado el duelo, ruego al foro plasme historias en las que los desencuentros en la manera de pensar hayan truncado posibilidad o continuidad de folleteo. O bien al contrario, ejemplos reales o inventados donde la pasión desbordó al cuñadismo. Cuenten la vez que esa podemita irredenta succionó un rabo cayetano de manera devota y despreocupada, o cómo el señor del cortijo se desanudó el jersey al hombro para sumergir su cabeza en tremenda pelambrera morada y sobaquil.
Menuda película más tonta te has montado tú solo.
La tía te pasó de ti porque dió con otro mientras tu estabas fuera y
a) Está más bueno que tú
b) Folla mejor que tú.
c) Es tan sectaria que prefiere la ideología a la persona
d) Todas las anteriores.
Acaso creías que ella no iba a seguir buscando en Tinder mientras tú estabas fuera?
 
Lo d elas ideologías son chorradas, si estás lo suficientemente por encima de su liga ella va a tragar.

La chica con la q estoy ahora es como todas, socialista, de sumar, etc... pues yo abiertamente le digo que soy de vox es más se lo susurro al oído mientras me la follo. Ellas no quieren aliades pusilánimes
 
No, si encima querrías aye besaras el suelo que pisas.

Hombre, aunque no todos lo consigan...es el objetivo.

Lo d elas ideologías son chorradas,

Todo lo que no sean imperios (o zapatos) son chorradas.

pues yo abiertamente le digo que soy de vox es más se lo susurro al oído mientras me la follo.
:lol:
Es la única manera, la única forma de tener la mínima livertad es no perdiendo ni una sola batalla. Si quieres una relación minimamente compensada y sana no tienes que cruzar la línea que te has puesto ni una micra, no transigir ni en la más mínima mierda. Y claro, cuanto más gordos vean que tienes los huevos mejor te va a ir en todo siempre.
 
Menuda película más tonta te has montado tú solo.
La tía te pasó de ti porque dió con otro mientras tu estabas fuera y
a) Está más bueno que tú
b) Folla mejor que tú.
c) Es tan sectaria que prefiere la ideología a la persona
d) Todas las anteriores.
Acaso creías que ella no iba a seguir buscando en Tinder mientras tú estabas fuera?

Exactamente, pero yo creo que hay dos datos que explican todo:

1º.- Primer encuentro = gatillazo
2º.- Segudno encuentro = polvete vulgar

Y encima te vas de vacaciones sin solución de continuidad y practicas aquello de "a la tercera va la vencida"

Por cierto, este hilo, si compartes el audio mejoraría mucho
 
Exactamente, pero yo creo que hay dos datos que explican todo:

1º.- Primer encuentro = gatillazo
2º.- Segudno encuentro = polvete vulgar

Y encima te vas de vacaciones sin solución de continuidad y practicas aquello de "a la tercera va la vencida"

Por cierto, este hilo, si compartes el audio mejoraría mucho
Totalmente de acuerdo. A esta le faltó tiempo para seguir buscando a otro en tinder
 
El folleteo no fue todo lo premium que ella esperaba, no le des más vueltas. A polvo malo, todo son pulgas.
 
Última edición:
El folleteo no fue todo lo premium que ella esperaba, no le des más vueltas. A polvo malo, todo son pulgas.

Sí claro, el folleteo. Sí, justo eso.

Puedes correrte en 10 segundos, llevar 3 días sin lavarte, peerla en la cara y no preocuparte si ella siente el más mínimo placer (esto último me lo estoy inventando, que a mí me gusta satisfacer a mis hembras)...si están enamoradas o el ratio zapatos/humillación las compensa van a ser ellas las que te estén buscando.
 
Última edición:
Sí claro, el folleteo. Sí, justo eso.

Puedes correrte en 10 segundos, llevar 3 días sin lavarte, peerla en la cara y no preocuparte si ella siente el más mínimo placer (esto último me lo estoy inventando, que a mí me gusta satisfacer a mis hembras)...si están enamoradas o el ratio zapatos/humillación las compensa van a ser ellas las que te estén buscando.

Según esta teoría tuya, entonces la muchacha no estaba enamorada. Y no existiendo ulteriores motivos como para perpetuar la jodienda, ha despachado al forero sin mayores problemas.

De todos modos, mirar con arrobamiento a semejante guarro no es enamoramiento; es desesperación.
 
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