No sabía donde meter esto y creo que este hilo es el que más se le acerca. No fue el primer amor pero si uno del pasado. Como soy subnormal quedo con ella de año en año para contarnos como va nuestra vida sin mayores pretensiones, ya que ella se ha convertido en un despojo humano. Estuvimos 6 meses al poco de cumplir la veintena, pero ella iba a otra velocidad. He contado cosas de aquella relación en este foro en multitud de ocasiones, y de ella aprendí lo que no quería: celos patológicos, adicciones, cambios de humor, lloreras... ¿Por qué quedo con ella aunque sea una vez cada año? no lo sé, me embarga la curiosidad, la pena, el morbo...
Una vez rota la relación estuvimos tiempo separados y volvió a contactar conmigo, quedábamos, tomábamos un café nos contábamos la vida y ya está. Ella seguía con sus problemas y sus movidas. Seguía con sus relaciones que no iban a ninguna parte, y cada vez que quedaba con ella, que era de año en año, veía que la cosa no podía acabar bien. Su círculo se estaba reduciendo a fumetas, okupas y chusma en general. Llegó un punto en que dejé de explicarle mi vida y que las cosas me iban bien para no hacerla sentir mal. La envidia de todo lo que le rodeaba la mataba. Si veía una pareja de enamorados por la calle se podía volver loca de rabia.
Ayer quedé con ella después de quizás... más de dos años. Y lo que vi fue un despojo humano. Un recuerdo de aquello que ella era. Su barriga se había inchado, tenía la mitad de su pelo, su cara parecía una bola, al hablar arrastraba las palabras. Me contó sus adicciones, que no podía salir de ellas, que su círculo social ya solo consistía en ex-toxicomanos y enfermos mentales. Tenía un grado de discapacidad, tenía paga, vivía con sus padres y me pidió ayuda. No podía dejar los porros y la cocaína. Estoy convencido de que se la proporcionaban a cambio de coño. Buscaba ayuda. Pero si los profesionales sanitarios de todo tipo no servían de nada imaginad la de un forero. Algo muy femenino, he fracasado, la culpa es de los demás, ayúdame.
Intenté que comprendiera que si siempre hacía lo mismo, lo que obtendría sería lo mismo, que al final el problema de adicciones era su culpa, que dejara de buscar responsabilidades a su situación entre ex-parejas, y ex-amigas que la habían dejado tirada. Se puso a llorar y me dijo que por favor la ayudara, que fuera una especie de guía.
Por un lado pensé que se merecía lo que le pasaba, pero por otro lado me dio mucha pena. Había tirado su vida por la borda. Ingresos en psiquiátricos intentos de suicidio y otras lindezas que me contó espeluznantes. Pensé en sus pobres padres, ya mayores, cuidando de una niña de casi 40 años. Quería trabajar, relacionarse con gente sana, hacer deporte y esas cosas.
Intenté ser tolerante, conciliador, pero en el fondo sabía que era un caso perdido, que no quería volver a verla porque no había nada que hacer y nuestros mundos eran infinitamente distantes. Al despedirla sentí como si me hubiera quitado un peso de encima. Luego me envió un wassap diciendo que le había hecho daño, que sentía cosas por mí y sabía que era imposible. No le contesté. Hoy me escribe diciendo que lo sentía y que olvidara todo, que necesitaba ayuda. Le he contestado que la única ayuda que puede obtener es de sí misma. Evidentemente ahora estará odiándome. No me siento mal. Ahora mismo me da igual, me gustaría saber de ella por curiosidad, por saber como acaba el libro, pero nada más.