Y todo eso que comentáis le quita realismo, bravura a la acción. Muy bonito, sí, pero la estética es consecuencia de la acción, no al revés (sí, ya sé que se trata de plasmar un comic, pero una vez todo está en su sitio, los actores deberían ser algo más que viñetas). Eso es lo que me ha dejado frío, la falta de emociones un poco más bestias. Si cuando la cortan la cabeza a un menda me quedo como si tal cosa, pensando que en Black Rain la escena de la decapitación agobia cienes de veces más, si todo parece una enorme coreografía, más que una trágica y abrumadoramente bárbara narración cinematográfica (lo que yo esperaba), sólo me puedo quedar con el trailer o los diferentes montajes musicales que se puedan hacer con pequeños fragmentos aquí y allá, carne de Youtube. Los piños de Leónidas y la bella estética no compensan la falta de dramatismo, de verdadera entrega espiritual a la brutalidad de la historia por parte del director, demasiado ocupado en calcar milimétricamente el tebeo, en crear cuadros en vez de darle verdadero aliento de pasión a la historia. Mira, en eso la peli me recuerda a Alatriste, otra gran decepción. Sin embargo una película opresiva y agobiante como Los Hijos de los Hombres, que a priori no esperaba muy ilusionado, me sorprendió gratísimamente por su lucidez y dramática belleza, propiciadas por el impresionante criterio fílmico de Cuarón y la perfecta ubicación e implicación de cada uno de los actores en el paisaje visual y musical, desoladoramente hermoso, dándonos Arte verdadero en mi opinión.