Justo en este instante en el que le doy a enviar, a la 1: 23h del 26 de abril de 1986, se cumplen 30 años del desastre de Chernobil. Posteen posteen, que recuerdan, dónde les tocó la radiación, que secuelas les quedaron?
Yo estaba en mi puesto en Sheremetyevo, de guardia. Noche de viernes a sábado, como yo era joven me tocaba pringar, pese a tener ya un cierto mando. La primera notificación llegó pasadas las 4 de la mañana. A esas horas uno solía estar bastante ocupado tras la pausa de la cena. Recuerdo la cena, cordero, como recuerdo la mirada de Anatoly, mi colaborador de entonces y que en paz descanse, tras la lectura del aviso.
El aviso decía algo como "incidente en central de Chernobyl, manténganse alerta en sus puestos hasta nueva notificación".
La primera parte preocupaba, aunque no teniendo más detalles tampoco uno se iba a poner a especular. Por una parte, incidente podría ser cualquier cosa, pero yo ya había estado en Chernobyl en un par de ocasiones y, pese a que aquella era una central de lo mejor que podíamos fabricar, las típicas dudas siempre florecían. Lo mosqueante era, sin duda, lo de mantenerse alerta en el puesto. Ese mensaje lo habré visto máximo cuatro o cinco veces en mi carrera, la última de ellas el 1 de septiembre de 2004, un par de meses antes de que cambiase de destino y fuese enviado en misión diplomática.
Mantenerse en el puesto significaba cortar toda comunicación exterior, cerrar cualquier acceso, posicionar a la guardia con órdenes de disparar a cualquier intruso (y cualquier intruso quiere decir cualquiera que no fuese anunciado con antelación, aunque se tratase de tu propio ejército), y plantarse frente a la consola y la pantalla con una mano cerca del interruptor.
Intenté llamar a un amigo que creía podría estar allí, sin conseguirlo. Eso es algo que no se ha dicho, pero cualquier intento de comunicación con la central o con la ciudad había sido bloqueado. Con lo que estábamos sin más conocimiento que "incidente", los ojos como platos (dentro de lo que cabe), y a verlas venir.
Salí de trabajar entrada la tarde del día 27. Las comidas y cenas se hacían en la guardia, estábamos equipados, y allí medio dormitábamos por turnos. El 26 por la tarde llegó un refuerzo, un tal Leo del que no supe más. Venía enviado por Moscú. Tampoco es que hiciese mucho, por otra parte.
El anuncio del Kremlin al público llegó el día 28, mi cumpleaños. El 14 de mayo, otra vez estando yo de guardia, se hizo público el mensaje de Gorbachov. Otro coñazo, aunque esta vez sin duda mucho más relajado.