Orígenes (I Origins), de Mike Cahill.
Un científico que estudia la formación de los ojos y su evolución conoce a una individua, la dueña de los ojos que más arriba aparecen, (a mi entender bastante insoportable, pero también atractiva) y se enamora perdidamente de ella. Inician así una relación de estas de amorlocoparatodalavía, pero un hecho inesperado lo cambiará todo. Partiendo del hecho de que no hay dos personas con los ojos iguales, igual que no hay dos con las mismas huellas dactilares, ¿qué significa que de repente dos personas tengan exactamente los mismos ojos? A partir de ahí, el científico se afana en entender qué es lo que está ocurriendo, cuestionando sus propias creencias y dejando la puerta abierta a lo trascendente. El científico frente al hecho espiritual, las preguntas que se hace y las implicaciones que todo esto tiene en su vida personal son el eje central de la trama, en una película que plantea las cosas de un modo diferente, bastante bien dirigida y muy bien interpretada. Conviene no perderse la escena de después de los títulos de crédito, que aumenta y expande los interrogantes que se dejan abiertos al final de la película.
Una película notable, cine fantástico pero con los pies en la realidad bastante bien hecho.
Supongo que la mayoría de vosotros la habréis visto, pero no hay debate específico al respecto, así que si queréis lo podemos tener.
Salen tetas.