En mi remota EGB, tuvimos una profesora que intentó en un pueblo de Madrid, que sus alumnos aprendieran Sevillanas. Al día siguiente varios padres acudieron raudos a ver al Director Don Francisco para que esa tipejo dejara de obligar hacer el ridículo a sus hijos madrileños. Por supuesto Don Francisco tuvo una charla con la Charo y evitar un motín en quinto de EGB.
Si esto hubiese ocurrido en Parla, Móstoles o Alcorcón, la Charo maestra se hubiese salido con la suya y llevado una ovación de toda la inmigración andalu-extremeña que colonizó la "costa marrón".