Pues resulta que cuando a alita la reparan y se despierta y sale a conocer ese nuevo mundo, se le acerca un perrino y ella le hace unas carantoñas.
Más tarde, ese perrino está en el bar de los cazadores-guerreros.
(Ahí con un actor durante un descanso del rodaje)
De repente, allí entra un androide como una montaña de grande para destrozar a alita, y todos se quedan pillados, salvo el perro que le pega un par de cómicos ladridos. El malote procede entonces a hacer papilla al héroe perruno, provocando la ira de alita, que se acerca al charco de sangre del suelo y la utiliza como pintura de guerra.
Huelga decir que inmediatamente se organiza ahí una ensalada de hostias de padre y muy señor mío.