Anecdotario escolar

Cuando iba a 8º, había un parvulito en el colegio cuya madre era mulata (y no valía una mierda físicamente, pero bueno, en aquella época tendría su exotismo con su pelo afro). Un día alguien descubrió que, cuando se le preguntaba sobre lo que hacía su madre, el chavalín respondía que se estaba en casa y había señores que iban a visitarle. La noticia se extendió por los cursos superiores, y antes de acabar la hora de patio del comedor el niño ya se había dado cuenta de que algo en su respuesta era especialmente llamativo para los mayores y valía más salir con evasivas.

Aquel fue el día en el que perdió la inocencia. Aquel día aprendió que, a veces, es mejor no decir toda la verdad.
 
es que aqui nadie se ha inflado el coco a pastillas y porros? como foreros lo daba por sentado, pero tenéis el cerebelo fresco como una lechuga, toda persona de bien no se acuerda ni de lo que ha comido para desayunar y hoye crujidos cuando intenta recordar
 
Cerberus rebuznó:
Tambié estaba el gran minigame, la sillita, se seleccionaba una victima, tu ibas a hablar con ella para distraerla, otro se ponia detras de ella pero a cuatro patas, bueno hahahha que no eramos geins eh hihiih..grrrrfff, entonces tu le empujabas hacia atrás y la ostia resultaba minina, brechas por doquier se han abierto de esa forma tan suculenta.

La primera vez que descubrí aquel minijuego, fue porque a dos hijos de la gran puta les entró en gana hacérmelo. Me caí con una soberana hostia en el codo en el suelo, y cuando me levanté ambos se habían esfumado. Tras acabar el colocazo general que llegaba, tuve la suerte de localizar al aberrante cerebro de tan despreciable acto terrorista (El que me había empujado, ya que el que hacía la silla nunca lo llegué a conocer) y le metí un puñetazo en la cara del que al recordarlo ahora, me sorprendo.

Desde luego eran buenos tiempos. Ahora creo que murió de sobredosis, me dijeron :lol:
 
Esta paso en mi primer año de la extinta F.P.

Primer año en mecanica en un instituto cerca de un barrio chungo = primer año lleno de futuros inquilinos del penal de Aranjuez y muchos de ellos muy cabrones.

Teniamos un compañero de clase que se llamaba Abel (Abelino para los "amigos) que le debian de faltar como unas 20 vueltas en la sarten para parecer medio normal. Nadie se explicaba muy bien como un tio asi podia caminar y respirar al mismo tiempo.

Un dia, dos de los delincuentes habituales se llevaron a Abelino a dar una vuelta, y todos pensando "ala, que se olvide de la cartera", pero no. Los muy cabrones le habian dicho que para ser un hombre y andar con ellos, tenia que beber calimocho.

De 11 y media a 12 de la mañana que era lo que duraba el descanso de aquella, le hicieron pimplarse 2 litros a el solito y los otros hacian que bebian pero no probaron ni gota. Recuerdo al chico tirado en las escaleras esperando para entrar en clase de Tecnologia, balbuceando

Entro en clase y todo bien hasta que empezo a quedarse dormido y el profesor lo puso en la "silla de los elegidos", que era donde ponia a los que armaban follon o no atendian, y se pasaba la clase acribillandolo a preguntas. El tipo semi inconsciente le respondia a todas las preguntas con una risa tonta y bandeando para los lados... resultado, fuera del aula (raro que no dijera nada, por que echaba una peste a vino que tiraba para atras, pero el profesor de debio hacer el loco)

El extasis final fue cuando tambien lo metieron en la siguiente clase, que era dibujo. A los 10 minutos de empezar la clase oigo a un tio gritar "ostias!!!" y al mirar para atras, observo a Abelino vomintando todo. Ver esa catarata rojiza emanando de su boca mas que pena nos dio a todos un ataque de risa inimaginable.

El profesor mosqueado se levanta y ante el espectaculo encontrado de una mancha de vomito rojo y olor a taberna, procedio a llevar al alumno frente al director diciendo "ya informare del sospechoso olor que desprende este liquido". Uno de los que lo habian emborrachado, para ganar mas su gran momento de fama dijo "profesor, como se pone, ¿no ve que eso es zumo de uva? (no iba mal encaminado)

Resultado final, expulsion una semana por ir borracho a clase y el padre corriendolo a collejas hasta montarlo en el coche y el pobre chaval entre la borrachera y las ostias lo unico que articulaba a decir era "en la cabeza no que despues no me doy concentrado para estudiar (jamas pense que una frase asi, repetida en mil y un chistes, la iba a escuchar en vivo y en directo)" :137

Pd: Instituto "El Politecnico" en A Coruña, por si alguien es de aqui, para que tome referencias
 
Recuerdo a un niño que estaba varios cursos por debajo del nuestro. Se parecía muchísimo al ser superior que hacía de Cheswick en Alguien voló sobre el nido del cuco.

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-MAC...MAC!!!!

Esto lo aprecié con los años, claro. El muchacho tenía problemas para aguantar la mierda y no se le ocurrió otra que cagar en las fuentes de los niños. Que no es que estuvieran ocultas, estaban a la vista de todo Dios en formato abrevadero.

Lo vio la mitad de la muchachada y con Cagoncete se quedó para los restos. Luego le quisieron linchar porque ya nadie quería beber allí, pero eso es otra historia.
 
Un día uno que llevaba pantalones cortos se cagó encima. Presa de la vergüenza se iba sentando en diferentes rincones del patio y dejando en cada uno de ellos una pequeña plasta fruto de su ida de najas.

También tuve una profesora hija de puta que daba reglazos en la mano y otro, apodado el molécula por su diminuto tamaño, que arreaba dolorosos capones.

También he tenido siempre la sana afición de obsequiar a los demás generosamente con mis hedores gaseoso/anales. Pero aquél día en la sala de proyecciones del colegio fue diferente, aquel pedo no era otra cosa que puré de caca que inundó de manera inmediata mis gallumbos y un poco el pantalón. Y todos se rieron de mí.


Eran otros tiempos, todavía no hacía gifs con destellos ni nada de eso. Y ya no más.
 
Tunak Tunak Tun rebuznó:
prosa palotismica

joder, que recuerdos.

El diablo cuando no sabe que hacer mata moscas con el rabo, y en todas los institutos de barriobajo como el de este señor no hay una, sino varias que se divierten y gozan de sonrojar y avergonzar a prepuberes que tienen a su alrededor.

Cuando iba a 7º de egb nos comunicaron que el año siguiente, modificaban el plan de estudios a la logse esa, y que por tanto, en lugar de hacer 8º con nuestros amiguitos de siempre, iriamos a parar, con 13 años, al instituto.

El sentimiento de "voy a ser carne de matadero" que me inpiro aquella noticia, no fue fiel a lo que despues fue el instituto que se reflejaria mas como "voy a ser carne de tortura inquisidora", porque el menda, como tunak por aquella epoca era el cliche de protoforero, salvo que no estaba gordo.

Aun no habia pegado el estiron, llevaba gafas, me peinaba a raya al lado, iba con vaqueros, camisa de cuadros, jersey con un caballo en el pecho y zapatos.

El unico chandal que tenia era de la marca Reybol, era de tactel y llevaba una rodillera debajo del culo de un dia que mi madre intento plancharlo y aprendio que no se podia.

Era el ser mas capullo de mi clase, y para colmo, empollon si no hubiera sido porque habia uno de mi estilo, que ademas era testigo de Jehova y tenia un hermano sordo. Utilizandolo como mi milhouse me fui librando de algunas chanzas ya que el pillaba casi siempre, salvo cuando los malotillos se aburrian de la monotonia y les apetecia cambiar.

Por lo unico que di gracias y sigo dandolas por ser semejante capullo y de apellidarme como me apellido, fue por el curso que me pase sentado al lado de Sandra, chica que hace 15 años ya encajaba perfectamente en el prototipo de lo que hoy se llama "jenny".

Era pelirroja, tenia los paletos separados, los ojos verdes, unas tetas como dos cabezas de mongolo y estaba como una puta regadera.
Supongo que ella se pensaria que me incomodaba cuando hacia ciertas cosas, que imagino incomodarian a antiguos compañeros de pupitre de años atras.

Se mantenia al dia del tema que estabamos dando, con la unica motivacion de abrir mi libro por el, rascarse el coño, depositar los pelos caidos de el entre las paginas, cerrarlo y meterlo en la mochila. Se descojonaba cuando abria el libro y los veia, fingiendo que me aburrian sus chiquillerias, cuando en realidad los echaba asi como para un lado, cuando en realidad los metia en el estuche para luego olerlos.
Me metia los calcetines usados de gimnasia(nos obligaban a cambiarnos, ya que a aquella edad ya empezabamos a cantar a choto) en mi mochila y se desgüevaba de la risa cuando se los daba al dia siguiente, otra vez con mi cara de aburrimiento por su comportamiento infantil, despues, eso si, de masturbarme con profusion usando dichas prendas de ropa para protegerme como si de un ataque con anthrax se tratase.

se tiró casi todo el año haciendo cosas por el estilo, aunque al 4 mes ya nos hablamamos desde algo proximo a la cordialidad, hasta que un dia de abril, que yo ya llevaba una megatrempera incomodisima bajo mis pantalones de pinzas y ella se metio un dedo en la canaleta del culo mientras estabamos haciendo una redaccion. Me acerco el dedo a la nariz, diciendome, "anda, mira como huele el culo de una mujer, marica, que eres un marica" a lo que yo ya no aguante mas, me meti su dedo entero en la boca y me lo saque como si chupara una polla. Sandra abrio los ojos como platos abriendo muchisimo la boca en señal de tremenda sorpresa. Se limpio el dedo en los pantalones y se quedo mirandome con una sonrisa de incredulidad, empezaba a comprender que aquello lejos de darme asco me habia gustado, al igual todas las cosas que me habia hecho durante un año.

Las siguientes dos semanas, nada de aquellas cosas que tanto me gustaban volvio a tener lugar, no habia pelos de coño en mis libros, ni calcetines en mi mochila, no me intento arrebatar el bocata para lamerlo y intentando darme asco, hasta que un dia en clase de lengua, no pudo aguantar el picor que le producia la curiosidad, y me empezo a preguntar cosas:

"cuando te hago esas cosas... te gusta?"

"Si"

"Todo?"

"Si"

"Tambien lo de los calcetines"

"Si"

"Si te escupiera tambien te gustaria?"

"Claro"

"Eres un guarro"

Y a los dos dias, abri el libro de historia por la ultima leccion, y alli estaba un manojo de pelo de coño de color naranja, mire a Sandra disimular mientras intentaba contener una sonrisa. Nunca volvio a mirarme con los mismos ojos de "pobrecico gañan" ni a llamarme por mi nombre, a partir de aquel curso siempre se refirio a mi por el sobrenombre de "Guarro" el cual genero una rumorologia acerca de mis gustos sexuales por la que tuve que responder ante no pocas curiosas que me preguntaban cosas tal que "Es verdad que te gusta que las chicas te meen?" y cosas por el estilo.
 
Benito rebuznó:
rascarse el coño, depositar los pelos caidos de el entre las paginas, cerrarlo y meterlo en la mochila. Se descojonaba cuando abria el libro y los veia
SUPONGO QUE EL ENCONTRAR DICHOS PELOS EN EL LIBRO VENDRÍA ACOMPAÑADO DEL INEVITABLE SONIDO DEL BOTÓN ROJO QUE LLEVA EN LA FIRMA.
n
 
Undertaker rebuznó:
SUPONGO QUE EL ENCONTRAR DICHOS PELOS EN EL LIBRO VENDRÍA ACOMPAÑADO DEL INEVITABLE SONIDO DEL BOTÓN ROJO QUE LLEVA EN LA FIRMA.
n

Evidentemente, dado que mi pupitre tenia cajonera por debajo, motivo por el que mi pene al sufrir una espasmodica ereccion chocaba primero con el metal y a posteriori con tablero de la mesa, provocando dicho ruido.
 
Lo que me estoy dando cuenta es que 9 de cada 10, tuvimos un compañero que se cago encima o hizo alguna guarrada fecal.

En mi curso, en 8º de Egb, pasaron dos sucesos relacionados con la mierda

1º. A algun guarro se le debio de pasar por la cabeza que jugar con sus propios excrementos seria divertido y una profesora casi se desmaya. Al abrir la puerta de los baños habia tropezones de heces por techo, paredes, suelo, lavamanos.....todo, absolutamente todo impregnado de mierda semi liquida

2º A un compañero se ve que le dio un apreton imprevisto, y en lugar de pedir permiso para ir al baño (que no se por que coño en aquellos tiempos parecia que a la gente le daba verguenza ir durante una clase) pues se cago encima. El olor aun lo tenemos algunos en la pituitaria, eso no era mierda, era una mezcla entre huevos podridos, cañeria de wc rota y vertedero. El desgraciado en cuestion, ante las quejas de todos y hasta los mismos profesores diciendo que "por favor, quien haya sido que lo diga, que se vaya para casa y que no se preocupe que no pasa nada". El tio aguanto las 2 clases antes del recreo (casi hora y media de olor, en ese momento me senti como un judio en las duchas de Austwitch). Cuando salimos todos, vimos como uno iba dejando a su paso un reguero marron que salia de sus tobillos. Desde aquel dia lo llamaron Julito Gi Gi (de Giñar, N.del Autor)
 
En 8º de EGB(ya tocabamos tetas,fumabamos e ibamos a recreativos a jugar al futbolo tipo pokerstars)teniamos un retarded en clase que tenia una forma caracteristica de hablar,evidentemente todos los profesores la conocian.

Pues un dia en clase de historia con nuestro agradable profesor de 64 años deseando perdernos de vista a todos(estaba de mala hostia todo el dia)hubo un iluminado que imito el tono de voz del susodicho y le llamo por su apodo a nuestro adorable teacher.

El hombre enfurecido,se levanto y le metio tal colleja que sono en todo el colegio.
Evidentemente el retra,nego los echos y se reboto con el profe,pero al cabo de 2 minutos,nuestro fan de Jose Luis Moreno,solto un Hijo de PUTA.
El profe,con los ojos encendidos,salto de la mesa y comenzo a darle tal samanta de hostias que hubo que avisar a direccion para que lo pararan.

Total,que al profe lo expulsaron por una temporada y el mongui mazado como un pulpo una semana.
 
Esto ocurrió hace unos años cuando cursaba 1 de ESI en el instituto, teniamos un compañero que era bajo y narigudo lo llamábamos "El Buda", desprendía unos olores a ojete inaguantables y mas aun en invierno ya que no podíamos abrir las ventanas debido al instenso frío, pues bien el chaval este era capaz de esparcir su olor a mierda desde la clase hasta los pasillos.
Los primeros meses fuimos aguantandolo como podíamos hasta que un día de camino a casa pasamos por un sitio que olia a mierda y solto un compañero:
"Por qué huele a mierda si no esta el buda?" empezamos a partirnos pero lo que no sabíamos es que ahí empezaría una nueva era de loles y owneds al pobre buda que termino por dejar el curso.
A mediados de curso ya los profesores no aguantaban y entraban diciendo uff que mal huele, han abonado?, uno de mis compañeros arto de tanto suplicio una tarde se acerco a el le cogió de los hombros y dijo, Duchate buda! duchate coño que nos apestas, el chaval no dijo nada y siguió con lo suyo, las siguientes semanas continuamos con el cachondeo con cosas como "Huele a gambas muertas" o quien lleva una parte de su abuelo en el bolsillo y cosas así.
 
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Atención: Ladrillo incoming

El instituto en el que cursé la ESO está considerado el más duro de la provincia, tanto por su nivel académico como por su particular idiosincrasia.

Patrimonio cultural de la institución es el conocido como "Día de los borregos", o día en que los alumnos de primer año son recibidos y orientados. O mejor aún, día en que el resto de alumnos tiene vía libre para hacer todo aquello por lo que sería expulsado el resto del año.

Imaginen, señores, a esos tiernos infantes de segundo de ESO, que dejan por vez primera el cálido regazo del colegio en el que se criaron para salir al cruel mundo. Imaginenlos avanzando por las calles en tensión, atentos a las miradas de gustosa anticipación que "los mayores" (hablo de una época en que esta palabra daba miedo y respeto) nos regalaban, conocedores de que tendrían su ocasión.

Si han visto "Tiburón", la escena les sonará familiar (si no, corran, insensatos). Aproximadamente 300 alumnos se apiñaban a las puertas del instituto, deseando que se abrieran, mientras los crueles predadores rondaban a sus espaldas. Pronto comenzó la intimidación, y los gritos de "¡BORREGOS!" o los terribles y siniestros balidos nos ponían cada vez más nerviosos.

Sin aviso previo, la primera víctima fué atacada.

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Con estupor vimos como cuatro de nuestros verdugos, que previamente lo habían rodeado con sibilino disimulo, agarraron al pobre chaval de piernas y brazos y, tras un pequeño trayecto en el que no pudo emitir sonido alguno bloqueado por el miedo, lo arrojaron a la fuente.

La ya de por sí apiñada masa frente a las puertas se apretó aún más, no queriendo ninguno ser el último, el que dejaba las espaldas desprotegidas.

Así transcurrió una hora.

Cada vez que se llevaban a uno de nosotros, cientos de disimuladas miradas se dirigian al menos afortunado. En ellas se reflejaba la tristeza, la rabia o el miedo. Sensaciones todas impostadas, pues lo que cada uno de nosotros sentía en su interior no era sino alegría, consuelo por saber que el que se veía conducido al abismo era otro.

Cuando abrieron las puertas, quedaban allí 293 almas. Lo peor estaba por llegar.

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Un par de horas más tarde salimos del instituto. Nuevos profesores, clases, futuros compañeros, libretas y diverso material necesario para el curso que comenzaba desaparecieron de nuestras mentes. Lo principal era regresar a casa con vida.

La policía municipal vigilaba las cercanías del centro, pero no había nada que pudieran hacer para salvarnos. Estabamos solos. Había que tomar una decisión. Un pequeño grupo de valientes decidimos que el trayecto más apartado y campestre nos alejaría de los núcleos de batalla, por lo que nos separamos del grueso de nuestras tropas y corrimos como galgos entre sembrados y paratas. No se había perdido aun la silueta de la autoridad cuando los asesinos mostraron su rostro.

Era de prever. Una tradición tan antigua tiene previstas todas las alternativas, por lo que nuestra inteligente maniobra se tornó cruel emboscada. El primero de nosotros cayó atrapado. No nos quedamos para averiguar su suerte y corrimos con la fuerza que da la desesperación, sin miedo, sin pensar y sin ninguna orientación. Tanto es así, que en determinado momento nos dimos cuenta que estabamos en un patio privado, piscina incluida. El momentaneo estupor desapareció con la llegada de las hambrientas bestias. Una caida de unos dos metros y medio nos separaba de la libertad. Tres personas saltamos, el resto se quedó allí.

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Estabamos en terreno enemigo, aunque a salvo momentaneamente. Una tranquila caminata por las veredas nos sirvió para templar ánimos, recuparar el resuello y dejar claras las normas. Cada hombre por sí mismo. Todo valía.

A las puertas del pueblo, presencié con horror la escena que me persegurá en mis pesadillas para siempre. Cuando el grupo al que se habían sumado algunos efectivos pusimos un pie en asfalto, el estruendo de cientos de scooters arrancando nos profetizó que las carreras no se habían acabado aún.

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Fuí testigo de cosas horribles. Vi a Hobbes, vi a Jung, vi el Horror de Kurtz, la Sombra de Herr. Yo mismo fuí herido. Las armas que usaban contra nosotros no habrían sido aceptadas por ninguna corte marcial. Huevos podridos, mayonesa, ketchup y mostaza mezclados con todo tipo de elementos tóxicos y orgánicos, cosechada al sol durante todo el verano ante la ávida mirada de quien espera que se habra la veda.

Me porté como un valiente, esquivando, corriendo, luchando y vendiendo cara mi piel, y mi estado era razonable cuando la meta estaba cerca.

En una céntrica calle desierta, me topé con un compañero. Conocidos sólo de vista, instantaneamente establecimos un vínculo de amistad y simpatía mutuas, pues ambos acabábamos de cruzar el infierno. Él, también hay que decirlo, con soltura mayor, a juzgar por su inmaculada presencia.

Tal vez la cercanía de la meta nos confió. Tal vez al sentirnos más fuertes juntos nos despreocupamos, o tal vez el destino simplemente nos tenía reservado algo especial. En un instante, la situación cambió por completo. Dos enemigos a lomos de un vehículo de guerra (código clave Yamaha Jog)

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nos localizaron. El piloto puso rumbo a mí, mientras su artillero cargaba armas.

Fué entonces cuando pasó. El egoismo, la cobardía, el instinto de supervivencia... cualquier explicación es válida, pero lo cierto es que me derrumbé. Grité "¡A mí no, a él, que va limpio!". Traicioné mi amistad y a mí mismo. Pero cuando una persona se derrumba, sólo queda lo más vil de uno mismo, Winston Smith style.

El resto es historia.

Otro día os cuento como pillé a mis padres con los regalos de reyes.
 
Herodes rebuznó:
Sí, creo que está preparando su nuevo reportaje: 21 días haciendo cuadernillos Rubio.

Perdone usted,mongui con 4 carreras.Los palabros populares,estan precisamente para usarlos.

Ahora quotea otra vez,hijo de la gran puta,que aqui te espero.:lol::lol::lol:
 
lamparo rebuznó:
Perdone usted,mongui con 4 carreras.Los palabros populares,estan precisamente para usarlos.

Ahora quotea otra vez,hijo de la gran puta,que aqui te espero.:lol::lol::lol:


El problema es que es SOMANTA y no SAMANTA.


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.cansado. rebuznó:
El problema es que es SOMANTA y no SAMANTA.


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Ijo de la jran puta,¿esta bien escrito?,¿va a suspenderme usted?:lol::lol::lol:
Lo triste es que tenga que reconocer que tenga razon.Lapsus por hablar 30 idiomas.
 
Rondábamos los 12 años. Una de nuestras distracciones consistía en mearnos en el techo del lavabo del colegio. La argucia consistía, ya lo sabréis, en presionar en la punta del glande de forma que el chorro saliera con la suficiente fuerza para llegar lo más lejos posible. El campeón indiscutible era un tal Isidoro que alcanzaba distancias francamente increíbles.
El tal Isidoro, un buen día y en un alarde de facultades, quiso fundir una bombilla que teníamos sobre el espejo... y lo consiguió. El chispazo fue espectacular. Empezó como un tenue brillo alrededor de la bombilla. Pero en fracciones de segundo, lo recuerdo perfectamente, un brevísimo rayo recorrió el haz de pis hasta llegar al nabo del colega. Sí, saltó el térmico correspondiente, pero ya era tarde.
El mencinado Isidoro cayó al suelo entre gritos y aspavientos (Creo que debidos al susto más que a otra cosa) sujetándose con saña sus partes pudendas y revolcándose como si le estubieran matando.
La cosa no fue a mayores, pero nos reímos durante muchos años.
Gracias Isi, si estás por aquí, que sepas que nunca te hemos olvidado.
 
La que más recuerdo sin duda sin duda son las que me ocurrieron con Don Raimundo, el tío era viejo de cojones y se notaba porque a la mínima que te pasabas te soltaba una ostia.
Yo tuve suerte y solo me lleve una porque me saco para preguntarme no se qué mierdas y como no tenía ni puta idea le pregunte que si podía ir al baño y como me dijo que no me mee allí mismo le toco recogerlo y yo me pire a casa .
 
Yo jamás me cagué en el colegio, de hecho siempre desprecié a los que lo hacían, sin embargo un día a la hora del recreo tras un insonora ventosidad se me escapó una pequeña cantidad de mierda líquida que me resultaba tremendamente molesta a la hora de caminar. Pero yo, que siempre fui un niño espabilado para estas cosas decidí poner remedio a lo que pudo ser causa de burla general y trauma infantil (encima a la hora del recreo, con todo el alumnado del colegio de testigo). De modo que fui al baño, me desprendí de mis churretosos calzoncillos y me limpié el culo con ellos, los tiré al retrete y volví al patio como si nada hubiese ocurrido.

Aunque hubo algo que me preocupó durante los días siguientes, me atormentaba la idea de que la señora de la limpieza encontrara los calzoncillos y los pasara de clase en clase preguntando de quien eran, tal y como hacía con el resto de objetos perdidos con los que se topaba. Ya se que era algo hartamente inverosímil, pero yo era un niño de 3º de primaria y a esa edad se tiene mucha imaginación.




Lo más interesante que pasó en mi colegio en todo el tiempo que estuve allí fue un incendio que provocaron dos alumnos gamberros al quemar una papelera. Un piso entero de dos clases empezó a arder y la mayoría de los alumnos salieron rápidamente menos algunos que se quedaron atrapados en el fuego. Una escena que nunca olvidaré fue la de un alumno de tez blanquecina que rodeado de llamas asomó por una de las ventanas gritando -cuidaaaao, cuidaaaaao- una y otra vez. Nunca entendí a que vinieron esas palabras justo en ese momento, lo lógico hubiese sido que hubiera pedido auxilio gritando "socorro" o "ayudadme", pero únicamente dijo "cuidado", como queriendo alertar al resto de alumnos sin importarle su propia situación al borde de la muerte.

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Otra historia memorable que aconteció en mi colegio fue la de una niña que decía estar poseída por un espíritu. El hecho tuvo su origen un día después de que emitieran un capítulo de Compañeros que trataba el tema de la tabla de ouija. Era la serie de moda y ese capítulo traumatizó a muchos niños y muchachos, durante varios días el tema del espiritismo se puso de moda entre los alumnos, pero sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) entre las alumnas, que decían ver espíritus por todos lados e incluso practicaban lo que ellas creían que eran sesiones de espiritismo.

En una de esas ingenuas sesiones en las que las niñas se sentaban en círculos en el suelo del oscuro baño femenino, una de las muchachas empezó a gritar y a moverse de manera extraña, estaba obviamente fingiendo una posesión, aunque es posible que ella misma llegase a creese su propia mentira, ya que la llevó hasta el extremo de pegarle una patada en la tripa a otra niña bastante más menuda que ella, que cayó al suelo agonizando de dolor y empezó a vomitar y a cagarse. Al parecer se cagó y meó de tal manera que se cubrió entera de heces y orín, pero lo peor vino cuando le vomitó a otra niña en la cara y a consecuencia del asco que provocó la escena entre las allí presentes se desencadenó una reacción en cadena de expulsiones violentas y espasmódicas de contenido estomacal. El pánico entre las muchachas fue tal que tuvieron que venir varias ambulancias. Yo esta historia no la presencié, lo único que vi fue a varias niñas salir del baño impregnadas de vómito.
 
Colegio: Urdaneta (agustinos cabrones)
Edad: 10 años
Situación: estando en el comedor sentados en las mesas, dispuestos a degustar esos sabrosos bocatas de lechuga (lo único decente que te podías llevar a la boca), empezamos como de costumbre a tirarnos la comida. Estas miniguerras no eran como las que veías en las putas pelis yankies, eran mucho más amariconadas (los curas te soltaban una ostia por respirar).
Bueno, joder, que me desvío.

En esto que aparece un profe por allí y pregunta que por qué no nos comemos la comida, concretamente, esa pregunta se la hizo a Menendez (apodado Mr. Bean) y éste, levantando el pan que estaba encima de las lentejas se lo enseña mirando con esa caricatura de cara que tenía (y espero que siga siendo tan LOL como antaño). Pues bien, mecagonlaputa, a mí me pillo bebiendo el cola-cao, con tan mala suerte que el LOL vino cuando solté todo ese mágico liquido oscuro sobre el poco amistoso docente.

Castigo y ostias varias.
 
Pues en el cole un dia me lleve un destornillador plano y abrí la llave esa que tienen los radiadores para que salga de forma controlada el aire del radiador.
Ni corto ni perezoso, ni amante del recato y la moderación me pasé de rosca y un chorro de 3 metros dió a parar con el techo de la clase.

La clase se inundó, bla bla bla y hubo que desalojar.

¿ Castigo ?Fregar un poco el suelo ... y ya.
 
Todas esas anécdotas que narráis, mejor o peor según el caso, me suenan bastante de una teleserie de Antena Gñé llamada Compañeros, así como de alguna que otra morralla posterior de la misma infracadena protagonizada ya por cani o por lolis aculturales. Asi que dejad de mentir, hijos de puta, y en vez de poner tal o cual mote sin gracia de vuestros ficticios profesores escribid Francis Lorenzo. Para que nos entendamos. Y siguiendo con esto, cuando sea de temática geek la cosa decid que fuisteis agredidos por Quimi, si hay algún profesor chungo implicado mentad a Miguel RRellán aka El Bacterio, cuando haya sexo (para los más troleros), pues que os follásteis a Valle, y los de las historias de comedor tened un mínimo de verguenza o revisad la serie, que en el Azcona todo Cristo comía en su casa y a las 3 chapaba el bedel.

A Cancer de Colon si que le creo.

Por otra parte, a mi no me pasó nada jamás porque no fui escolarizado. Soy autodidacta y enseñé a mis padres a procrear viajando en un yogur del tiempo que inventé con 4 años.
 
Jark Prongo rebuznó:
Todas esas anécdotas que narráis, mejor o peor según el caso, me suenan bastante de una teleserie de Antena Gñé llamada Compañeros, así como de alguna que otra morralla posterior de la misma infracadena protagonizada ya por cani o por lolis aculturales. Asi que dejad de mentir, hijos de puta, y en vez de poner tal o cual mote sin gracia de vuestros ficticios profesores escribid Francis Lorenzo. Para que nos entendamos. Y siguiendo con esto, cuando sea de temática geek la cosa decid que fuisteis agredidos por Quimi, si hay algún profesor chungo implicado mentad a Miguel RRellán aka El Bacterio, cuando haya sexo (para los más troleros), pues que os follásteis a Valle, y los de las historias de comedor tened un mínimo de verguenza o revisad la serie, que en el Azcona todo Cristo comía en su casa y a las 3 chapaba el bedel.

A Cancer de Colon si que le creo.

Por otra parte, a mi no me pasó nada jamás porque no fui escolarizado. Soy autodidacta y enseñé a mis padres a procrear viajando en un yogur del tiempo que inventé con 4 años.


¡Mira este, que original!
 
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