Señores y "señoras" después de la estupidez manifiesta del 666..no se puede, ni se debe olvidar que se acerca una fecha especial en este insípido y malformado mundo..
El 11 de Junio de 2006 se cumple un año de la caída de un titán, de un Dios, de un líder creado para empujar a una minoría a unos valores de superación y mala ostia. El, que lo tubo todo con apenas 21 primaveras, que alterno lo más alto con lo más bajo, que realizo el papel para el cual fue creado, inició un proceso de autodestrucción pasando por su vía crucis particular donde sufrió dolor infinito, tanto físico como moral para que todos entendiéramos el proceso de la vida a fuerza de knock outs. Pero desde el suelo empapado en sangre con la mirada perdida y bajo un gigante de casi 2 metros supo que su camino había llegado a su fin, su dolor había terminado, su mito se había acabado, había cumplido su papel en un guión que empezó en la cocina del infierno del Bronx....el camino del ODIO.
“(A mis rivales) Trato de pegarles en la punta de la nariz porque intento meterles el tabique dentro del cerebro” Mike Tyson (1986).
EL FINAL.
https://img.epochtimes.com/i6/5061216271482.jpg
LA CREACIÓN DE UN MITO.
El amigo de las palomas
Lorna Tyson no confiaba del todo en el que decía ser el hombre de su vida, un tal Jimmy Kirkpatrick. Sabía que el hombre –un urso que se ganaba la vida en una fábrica– la dejaría en cualquier momento. La intuición femenina no le falló: el padre de su tercer hijo, Mike, se mandó a mudar cuando el pequeño aún no tenía dos años. De una zona pobre de Brooklyn a la miserable barriada de Brownsville, ése fue el camino que siguió la mujer. En esas calles violentas, entre drogones y pandilleros, Mike dio sus primeros pasos. Era un chico sensible, según la leyenda familiar. Inseparable compañero de su hermana Denise, tenía modales suaves y una voz aflautada que le valió el mote de Principito entre los vagos de la manzana. Se dice que era un grandote de buen corazón, y que lo que más amaba en el mundo era a su palomita. Se dice, también, que toda la agresividad que tenía guardada encontró su cauce cuando un grandulón del barrio ahorcó a su mascota. Y que esa(la del grandulón) fue la primera nariz que rompió, a la tierna edad de siete años.
Habrá sido la emoción, la adrenalina de la pelea, vaya uno a saber qué...El caso es que desde entonces, Mike mutó en un personaje a tono con el barrio. El resto de su infancia se le escurrió desandando el escalafón de la escuela del crimen. Se encandiló con la plata dulce de los negocios de la zona. Robó, huyó, lo pescaron más de una vez. A los 12años, cuando cayó en desgracia por robarle la cartera a una anciana ,ya tenía un interesante récord delictivo: robos con armas, hurtos, salideras.
Un juez lo envió a la escuela Tyron –un reformatorio–, donde volvió a demostrar alergia a la autoridad. Iba camino a la cárcel, cuando un profesor de educación reparó en su cuerpo fornido y fibroso, calibró su instinto asesino. Bobby Stewart, que había sido boxeador, vio al púgil que Tyson llevaba escondido y se propuso moldearlo. Un par de lecciones le alcanzaron para saber que el chico necesitaba un entrenador profesional.
Así entró en escena Cus D’Amato, quien sería un padre adoptivo para Mike. El entrenador –que había hecho a Floyd Patterson campeón de los peso pesado– obtendría la guarda legal de su pupilo en 1984. D’Amato hizo todo por Tyson: para alejarlo de las malas juntas, se lo llevó a vivir a su casona y entre fintas y jabs le dictó una filosofía de vida que más tarde le serviría en el ring. “Cus fue más que un padre para mí, fue mi columna vertebral. Me enseñó que los héroes y los cobardes son iguales, pero el héroe proyecta su miedo en su oponente en vez de correr”, lo recordó Mike alguna vez.
D’Amato murió en noviembre de 1985, de neumonía. Se fue en paz: unos meses antes, había visto cómo su niño mimado noqueaba a un tal Héctor Mercedes en el primer round de su primera pelea a nivel profesional.
Pronto, todo el ambiente del boxeo hablaba del chico de los puños de acero, del futuro campeón que tenía alma de gladiador. Que usaba su sed de sangre para demoler al rival y daba miedo. Realmente.
Fuente.Diario Clarín
Gracias "Iron" Mike .
El 11 de Junio de 2006 se cumple un año de la caída de un titán, de un Dios, de un líder creado para empujar a una minoría a unos valores de superación y mala ostia. El, que lo tubo todo con apenas 21 primaveras, que alterno lo más alto con lo más bajo, que realizo el papel para el cual fue creado, inició un proceso de autodestrucción pasando por su vía crucis particular donde sufrió dolor infinito, tanto físico como moral para que todos entendiéramos el proceso de la vida a fuerza de knock outs. Pero desde el suelo empapado en sangre con la mirada perdida y bajo un gigante de casi 2 metros supo que su camino había llegado a su fin, su dolor había terminado, su mito se había acabado, había cumplido su papel en un guión que empezó en la cocina del infierno del Bronx....el camino del ODIO.
“(A mis rivales) Trato de pegarles en la punta de la nariz porque intento meterles el tabique dentro del cerebro” Mike Tyson (1986).
EL FINAL.
https://img.epochtimes.com/i6/5061216271482.jpg
LA CREACIÓN DE UN MITO.
El amigo de las palomas
Lorna Tyson no confiaba del todo en el que decía ser el hombre de su vida, un tal Jimmy Kirkpatrick. Sabía que el hombre –un urso que se ganaba la vida en una fábrica– la dejaría en cualquier momento. La intuición femenina no le falló: el padre de su tercer hijo, Mike, se mandó a mudar cuando el pequeño aún no tenía dos años. De una zona pobre de Brooklyn a la miserable barriada de Brownsville, ése fue el camino que siguió la mujer. En esas calles violentas, entre drogones y pandilleros, Mike dio sus primeros pasos. Era un chico sensible, según la leyenda familiar. Inseparable compañero de su hermana Denise, tenía modales suaves y una voz aflautada que le valió el mote de Principito entre los vagos de la manzana. Se dice que era un grandote de buen corazón, y que lo que más amaba en el mundo era a su palomita. Se dice, también, que toda la agresividad que tenía guardada encontró su cauce cuando un grandulón del barrio ahorcó a su mascota. Y que esa(la del grandulón) fue la primera nariz que rompió, a la tierna edad de siete años.
Habrá sido la emoción, la adrenalina de la pelea, vaya uno a saber qué...El caso es que desde entonces, Mike mutó en un personaje a tono con el barrio. El resto de su infancia se le escurrió desandando el escalafón de la escuela del crimen. Se encandiló con la plata dulce de los negocios de la zona. Robó, huyó, lo pescaron más de una vez. A los 12años, cuando cayó en desgracia por robarle la cartera a una anciana ,ya tenía un interesante récord delictivo: robos con armas, hurtos, salideras.
Un juez lo envió a la escuela Tyron –un reformatorio–, donde volvió a demostrar alergia a la autoridad. Iba camino a la cárcel, cuando un profesor de educación reparó en su cuerpo fornido y fibroso, calibró su instinto asesino. Bobby Stewart, que había sido boxeador, vio al púgil que Tyson llevaba escondido y se propuso moldearlo. Un par de lecciones le alcanzaron para saber que el chico necesitaba un entrenador profesional.
Así entró en escena Cus D’Amato, quien sería un padre adoptivo para Mike. El entrenador –que había hecho a Floyd Patterson campeón de los peso pesado– obtendría la guarda legal de su pupilo en 1984. D’Amato hizo todo por Tyson: para alejarlo de las malas juntas, se lo llevó a vivir a su casona y entre fintas y jabs le dictó una filosofía de vida que más tarde le serviría en el ring. “Cus fue más que un padre para mí, fue mi columna vertebral. Me enseñó que los héroes y los cobardes son iguales, pero el héroe proyecta su miedo en su oponente en vez de correr”, lo recordó Mike alguna vez.
D’Amato murió en noviembre de 1985, de neumonía. Se fue en paz: unos meses antes, había visto cómo su niño mimado noqueaba a un tal Héctor Mercedes en el primer round de su primera pelea a nivel profesional.
Pronto, todo el ambiente del boxeo hablaba del chico de los puños de acero, del futuro campeón que tenía alma de gladiador. Que usaba su sed de sangre para demoler al rival y daba miedo. Realmente.
Fuente.Diario Clarín
Gracias "Iron" Mike .