Karen: danza kuduro
Me vais a perdonar esta forma de contar una experiencia, heredada de una época pasada de este foro, que muchos de vosotros no conocisteis. Hace ya mucho, mucho tiempo que no me he puesto a escribir un relato como tenía por costumbre antaño. Creo que, desde los tiempos (revueltos) de la gran Afrika de Bilbao, no he vuelto a hacerlo. Y es que, de la mujer que os voy a hablar hoy, es un fenómeno de la Naturaleza, igual que lo fue Afrika. Amantes extraordinarias que son como diamantes de muchos kilates; sólo aparece una cada mucho tiempo.
Un día no muy lejano, mi cabeza estaba enfrascada en mil asuntos de trabajo, mientras mi coche y yo nos desplazábamos angustiosamente lentos por el desesperante tráfico de las calles del centro de Donosti. En la radio sonaba Don Omar y su canción Danza Kuduro...
"La Mano Arriba
Cintura Sola
Da Media Vuelta
Danza Kuduro"
Danza Kuduro... baila kuduro... ¿sabéis que es un juego de palabras? Kuduro = cú duro en portugués, culo duro. ¡ Oh si, culo duro ! Era un día de otoño cálido y yo sólo tenía en mente terminar con mis obligaciones laborales y encontrarme con el "cú duro" más hermoso que he visto en mi vida. Esa tarde yo iba a ver bailar a un culito duro brasileño, bronceado, redondo y sexy.
Por fin aparqué el coche en un estacionamiento subterráneo de Gros y salí corriendo hacia su piso. Llegué en frente de su portal en la Avenida de Ategorrieta e hice la llamada de rigor: 681-228 416. Me abrió y subí en el ascensor, con el pulso agitado y algo sudoroso por la carrera... o quizás porque me imaginaba las delicias que me esperaban...
"No Te Canses Ahora
Que Esto Sólo Empieza
Mueve La Cabeza
Danza Kuduro"
Se abrió la puerta y detrás, en la penumbra, al resguardo de las miradas de los vecinos, estaba ella, recibiéndome con un par de besos y una sonrisa. Es difícil explicar las sensaciones que tienes cuando ves a Karen. Casi desnuda, con sus zapatos de tacón y unas medias de red negras, su limpio olor a hembra caliente, es como un tarro de miel ofreciéndose delante tuyo. Nunca mejor dicho, porque a partir de ese momento tú ya te has convertido en una mosca (cojonera) o en otro insecto peor, totalmente enloquecido por probar ese dulce que tienes delante. Ella comienza a hablar y a hablar, porque no calla esta mujer ni debajo del agua. Pero, a diferencia de otras, no me molesta en absoluto porque, mientras lo hace, te quita la ropa, con la misma naturalidad que lo haría tu novia, tu esposa, una amiga. Y mientras tu mente es abducida por la alegre conversación de Karen, tu cuerpo va entrando en calor con sus suaves caricias, sus dulces besos, el tacto de esa piel suave y dorada que tanto cuida ella con manteca de mango. Ya estás perdido, a partir de ese momento pierdes la noción del tiempo. Ya no te acuerdas de que ella, en realidad, es una prostituta. Porque ¿realmente lo es?. Si no fuera porque le acabas de pagar 130 €, yo diría que no. No, ella no es una prostituta; porque ella no se conforma con follar tu cuerpo, ella folla tu mente, folla tu alma. Se convierte en tu amiga, tu confidente, tu amante, tu novia, tu compañera... con una naturalidad y un saber hacer que no te das cuenta de lo que está pasando. Y cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde: eres su esclavo, has sucumbido a sus artes y volverás una y otra vez, como un adicto. Sabes que en el fondo todo eso no es verdad, pero no te importa. Prefieres gozar esa fantasía tan vívida que despertar a la realidad. ¿Para qué?, ¿quién quiere realidad si este sueño plantero es tan intenso, tan delicioso, tan real, que nunca quisieras despertar?
Ya estás dentro de la ducha caliente y el agua se lleva el cansancio del día. Ella está allí desnuda, su piel mojada brilla, las gotitas de agua corren por ese cuerpo dorado de amplias curvas, un cuerpo femenino, pero esculpido por horas de playa y surf. La sirena de la Zurriola te enjabona con sus manos de niña, que ella ha adornado con unas provocadoras uñas pintadas de rojo sangre, recordándote que hace tiempo es una mujer adulta, hecha y derecha. Te besa con sus labios carnosos y su lengua busca la tuya. Sientes el calor de su saliva en tu boca, mientras su cuerpo enjabonado se restriega contra el tuyo. En esos momentos vuelves a tener un momento de cordura y piensas para tí mismo: "contrólate, tranquilo, poco a poco". Es difícil no sentirte como un caballo desbocado cuando ves y sientes y ese culo hermoso, duro, perfecto, esos muslos voluptuosos, sus pechos de bocado, sus manos por todo tu cuerpo y su boca en la tuya, mientra cae el agua tibia y resbala por su cuerpo jabonoso.
Ella comienza a agacharse mientras te mira fijamente con esos ojos vivarachos y se sonríe. No hace falta que pidas nada ni que digas nada: ella sabe lo que quieres y te lo dá en el momento justo. Ella te lee la mente y sabe por tu cara y por tu polla dura, hinchada, que estás preparado para la siguiente delicia. Su lengua ahora se desliza a lo largo de tu miembro, hasta que sus labios atrapan la punta mezclando el agua tibia con su saliva. Lentamente ella va aumentando la profundidad de sus acometidas, hasta que ves como tu miembro desaparece completamente dentro de su boca. Su ritmo aumenta y una y otra vez ves como engulle hasta el último centímetro sin apenas inmutarse, mientras sientes el calor de su boca, sus labios, su lengua y su garganta. Ella lleva el control y de vez en cuando saca tu pene chorreante de saliva de su boca, lo mira y lo lametea con su lengua de arriba a abajo como si fuera un helado. Y se detiene, con mirada lasciva, para observarte. Porque su juego es llevarte hasta el borde del placer y detenerse justo a tiempo, para mantenerte en esa agonía placentera todo el tiempo posible.
En el dormitorio, ya secos, continúa con ese juego, hasta que no puedo más y le pido un preservativo, momento que aprovecho para volver a recomponerme, pensando en los Teletubbies o en Falete. Me cabalga, pero su cuerpo atlético y su fogosidad me hacen temer que voy a perder el control, o en el peor de los casos, que me va a romper el hueso de la cadera. Así que cambiamos de posición varias veces y la follo de todas las maneras posibles, mientras la beso, devoro su cuello, lamo sus pechos o me deleito con las pecas de algunos pliegues de su cuerpo. Me esfuerzo por resistir todo lo que puedo y todo el tiempo vivo en una agonía en la que estoy a punto de estallar, pero logro contenerme en el último minuto y cambio de posición para recobrar el aliento. Me dice "mi novio me dejó porque me dijo que yo era mucha mujer para él". Sospecho que empiezo a tener una vaga idea de lo que su novio quería decir.
"Quien Puede Domar La Fuerza Del Mar Que Se Mete Por Tus Venas
Lo Caliente Del Sol Que Se Te Metió Y No Te Deja Quieta, Nena"
Ella me reanima sacándome el condón y practicándome otra felación de vértigo. Eso si, no para de hablarme otra vez; a ratos Karen es la diosa Afrodita del sexo, pero a veces se convierte en una humorista digna del "Club de la Comedia", sobre todo cuando te muestra algunas habilidades suyas, como seguir hablando con la mitad de tu polla dentro de la boca :-) Pero estoy convencido que nada de lo que hace es por casualidad, la maestría de Karen es un prodigio, y a buen seguro esos momentos los usa para darte una oportunidad de recuperar el resuello y prolongar tu placer. Porque está claro que, si esta ninfa del sexo quisiera, podría acabar contigo en menos de 5 minutos, como si fueras un adolescente.
Pero todo tiene su fin y ella, como el torero, ha decidido que ya no va a prolongar esta deliciosa tortura. Y como el matador de toros, saca su espada para darte un golpe mortal con ella. Te dice: "yo soy muy anal". Y allí se pone a cuatro patas, como una perrita, y te enseña su "cú duro". Y tu pene inflamado, duro, excitado, entra de una estocada en ese agujero apretado pero flexible como pocos he visto, caliente, lubricado.
"Quien Puede Parar Eso Que Al Bailar Descontrola Tus Caderas (Sexy...!)
Y Ese Fuego Que Quema Por Dentro Y Lento, Te Convierte En Fiera"
Y la penetras hasta dentro, y la embistes una y otra vez, la empotras con fuerza contra la cama, que tiembla al ritmo de las embestidas. Y si te paras, ella te embiste a tí con ese culo grande, redondo, duro, mientras vez su pelo ondear y sientes el golpeteo de sus muslos chocando contra los tuyos, mientras acaricias sus tetas, muerdes su cuello o ella gira para que le comas la boca, mientras su culo te tritura, te revienta. Ella grita: "mais forte, más fuerte, más, más". Dios !, no puedes más y estallas dentro de su culo, sientes las contracciones de tu polla palpitando dentro de su culo y no estás seguro si estás echando semen o se te está saliendo parte de tu cerebro también. En realidad no sabes nada, en ese momento ni siquiera tu nombre. Son unas sacudidas tan fuertes y prolongadas que te da miendo pensar que el preservativo haya salido disparado adentro de su vientre. Correrte así o hacerlo en esa carita guapa de niña inocente y golfa a la vez, son dos experiencias que hay que
vivir para entenderlo.
"Cintura Sola
Da Media Vuelta
Sacude Duro"
Ya ha pasado largamente la hora que habías pactado con Karen y, con el cuerpo temblando, te lavas e intentas vestirte. Ella no te invita a que te vayas ni te mete prisa alguna, tan sólo charla amigablemente como siempre. Pero sabes que debes irte, porque si por una rara jugada de la fortuna, ella te regala más tiempo y te vuelve a follar, es muy probable que no salgas vivo de allí. Tenía razón su ex-novio: es mucha mujer. ¿Pero a quién no le hubiera gustado ser su novio para haberlo comprobado por uno mismo? Hubiera merecido la pena. ¿Acaso alguien conoce una mejor manera de morir? ¿Quién no se enamoraría de una mujer así? ¿Quién no desearía llegar a casa todas las noches y bañarla en semen, adorarla, follarla, penetrarla, idolatrarla y hacerla madre de tus hijos?
"Balançar que é uma loucura
Morena vem ao meu lado
Ninguém vai ficar parado
Quero ver mexe Kuduro"
Estoy de acuerdo; "bailar" con Karen es una locura. Y ella no va a dejar a ninguno vivo. :-)