George Costanza
Veterano
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Hallábame en estas soledades, viendo escenas de faciales, cuando vinieron a mi memoria esas leyendas de la chavalada, las tontás que de pequeños nos creemos a pies juntillas y que ahora nos parecen chorreces de campeonato.
Recuerdo a una compañera de colegio que aseguraba sin duda ninguna que los tíos nos la podíamos machacar un número determinado de veces antes de que se nos acabara la mascá. Según ella, con unas cien veces te quedabas seco y ya no podrías tener hijos.
Otro amigo daba por cierto que a las mujeres se las follaba por el ombligo y que los niños les salían por el culo, cosa que los demás veíamos con admiración y a ése se le trataba como a un Platón y paradigma de sabidurida.
Luego estaban los bizarros, como alguno que creía que si al pelártela se te caía el veneno al suelo tendrías un bebé mitad humano, mitad sintasol.
Narrad vuestros recuerdos de cuando aún erais proyectos de personas y no había caído sobre vosotros la molicie y la inmundicia humana.