ASESINOS EN SERIE... FRIKIS???

Os parezco guapo???? XD

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Pedro Alonso López

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Este es, hasta el momento, el considerado mayor asesino en serie d ela historia. Llamado popularmente el Monstruo de los Andes. Matómas de 300 personas.

Pedro Alonso López nació en Tolmia, Colombia, en 1949.El hijo de una prostituta, Pedro era los séptimos de 13 hermanos, y se puede describir como cualquier cosa a sus años tempranos pero nunca fue una infancia feliz. Su madre era una mujer dominadora quien dominó a sus niños con puño de hierro. Indiferente de su vida del hogar, cualquier lugar estaba mejor que le permitiera estar fuera de las calles. Violaciones de los derechos del humano por los guerrilleros, paramilitares, y miembros de las fuerzas nacionales eran comunes, y el incremento del crimen con respecto al resto de países era cincuenta veces más alto que el de otros países en el mundo.

En 1957 a la edad de 8 años, la madre de Pedro lo sorprendió manteniendo relaciones sexuales con su hermana más joven y su peor pesadilla llegó a ser una realidad; se desterró a las calles y juró no volver nunca al hogar de nuevo. Tan yermo como la situación, las cosas rápidamente empezaron a cambiar cuando un hombre más viejo lo recogió apartándolo de las calles, le ofreció comida y un lugar donde poder vivir. Pedro no podía creer en su suerte y rápidamente aceptó la oferta en fe ciega. No obstante, era algo demasiado bueno para ser verdadero. En lugar de imaginarse un hogar afelpado con comida y ropa de cama, el hombre le llevó a un edificio abandonado, donde le sodomizó en numerosas ocasiones antes de echarlo fuera hacia las calles de nuevo.


Después de su acontecimiento desafortunado con el hombre viejo, Pedro llegó a ser acosado por extraños. Durmió en las aceras y edificios abandonados, y sólo de noche, salía de su escondite en búsqueda de comida en los cubos de la basura y vertederos locales. Había transcurrido casi un año cuando Pedro finalmente obtuvo el suficiente valor para viajar por el país y eventualmente acabó en la ciudad de Bogotá. Después de unos días de mendigar por comida y recoger basura, un residente americano lo amparó. El individuo sintió pena por la apariencia de desnutrición de Pedro y por los ruegos por comida que hacía. El hombre, proporcionó una comida espléndida y le preguntó si deseaba venir a vivir con ellos.

Indiferente de la buena suerte de Pedro, como con todo en su vida, no se lo pensó dos veces. En 1963 a la edad de 12 años, un maestro lo agredió sexualmente durante un día de estudios. Todos los miedos previos de Pedro retornaban y el odio creció dentro de él. El paso siguiente fue robar dinero de la oficina de la escuela y huyó de hogar.

Pedro volvió al único lugar seguro que conocía, su primer hogar verdadero, las calles de Colombia. La guerra civil ya era una cosa del pasado y la guerra fría se instauró en el país. El gobierno reorganizaba, y fábricas, que se habían construido durante la represión, empezaban despacio a volver a abrir. No obstante, Pedro nunca había conseguido experiencia en ningún trabajo y tuvo sólo una educación mínima. Pasó los siguientes seis años en la mendicidad y comete robos pequeños para sobrevivir.

Por sus propios medios Pedro empezó a robar coches. Tenía poco que perder y un local compraba y pagaba por sus servicios. Era un ladrón de vehículos muy hábil y fue admirado por los aprendices más jóvenes del negocio.

A pesar de sus habilidades en 1969, Pedro, con 18 años de edad fue arrestado por autoridades por robo de vehículos y sentenciado a siete años de prisión. Permaneció en prisión y tan solo dos días después es violado por cuatro presos más viejos. En el siguiente ataque, Pedro se juró a sí mismo que nadie lo tocaría de nuevo. En venganza, construyó un cuchillo con los utensilios de la prisión y dos semanas más tarde cumple su venganza y asesina a cada uno de los cuatro hombres que lo habían violado. Autoridades no juzgaron el caso como defensa propia y por el cargo de asesinato, simplemente se le agregó un adicional dos años a la condena inicial de Pedro por el robo del vehículo.

La prisión, combinó con sus penalidades previas, un daño irreparable a la mente de Pedro y pareció haber sido empujado a transformar su mente. Debido al abuso mental que soportó a las manos de su madre durante sus años tempranos, había crecido temeroso de las mujeres. La comunicación social con ellas era impracticable, y satisfacía sus deseos con libros pornográficos y revistas. En la mente de Pedro su madre tenía la culpa de todo el sufrimiento de su vida y dolor de su corazón.


A su salida de prisión en 1978, Pedro viajó extensamente por todas partes del Perú. Durante este tiempo, que él más tarde reconoció, había empezado a atacar violentamente y asesinar por lo menos 100 muchachas jóvenes de tribus locales por toda la región. La verdad es que es imposible verificar estas denuncias, pero lo que sí se sabe es que fue capturado por un grupo de Ayacuchos, en el norte del Perú, mientras intentaba secuestrar a una muchacha de tan solo 9 años de edad.

Los indios le despojaron de sus ropas, pertenencias y lo torturaron durante varias horas antes de decidir enterrarlo vivo. No obstante, tuvo la suerte de su lado, porque un misionero americano intervino y convenció sus captores que el asesinato era impío y que deben entregar a Pedro a las autoridades. Ellos consideraron esta posibilidad y entregaron a su prisionero a las autoridades peruanas. Las autoridades judiciales y policiales no quieren perder el tiempo en investigar la denuncia de las pequeñas tribus y el Gobierno peruano deporta a Pedro a Ecuador.



En su retorno a Ecuador, Pedro empezó a viajar alrededor de la región, incluso frecuentemente se detiene en Colombia. Las autoridades pronto empezaron a relacionar un acrecentamiento en casos de personas desaparecidas, mas concretamente a muchachas jóvenes, sin embargo, rápidamente concluyeron que se estaba produciendo debido al crecimiento de la demanda de esclavos sexuales y trata de blancas.

En abril de 1980, una riada inunda Ambato cerca de Ecuador, y esto causó que las autoridades tomaran de nuevo al archivo de casos de las personas desaparecidas cuando las aguas rabiosas desenterraron los restos de cuatro niñas. Mientras era difícil por los especialistas determinar las causas de muerte, concluyeron que las muchachas que habían encontrado, obviamente alguien se había tomado las molestias de esconder sus cuerpos a ojos entrometidos.

Días después de la riada, una mujer de la localidad, Carvina Poveda, se dirigía a realiza sus compras a un supermercado local con su hija Marie, de 12 años de edad, cuando un hombre desconocido intentó raptar a la muchacha. Carvina pidió ayuda para detener al hombre que trataba huir del supermercado con su hija en brazos. Comerciantes locales acudieron rápidamente a prestar su ayuda, capturaron al hombre antes de que pudiera escapar, y lo retuvieron hasta la llegada las autoridades.

Pedro se encontraba muy tranquilo cuando policía llegó a la escena. Cuando regresaron a la comisaría principal con su sospechoso, su primera conclusión fue que tenían a un loco en custodia.

Una vez en la oficina principal de la comisaría, Pedro se negó a cooperar con las autoridades y permaneció en silencio en todas las preguntas del interrogatorio. Los investigadores pronto se dieron cuenta de que tendrían que emplear una estrategia diferente para hacer hablar a su sospechoso. Uno de los funcionarios pronto sugirió que llamaran a un sacerdote, el Padre Córdoba Gudino, que conoció en prisión y mantuvo conversaciones en una celda con Pedro. El diseño de la estrategia de la policía era que el Padre Gudino se ganara la confianza del sospechoso y reconociera sus crímenes.

Al momento, Pedro empezó a hablar, y al día siguiente, ya había revelado actos tan repulsivos de violencia al Padre Gudino, que podría este no pudo oír ninguno más y pidió que le sacaran de la celda. Las siguientes y breves entrevistas con el Padre Gudino, proporcionaron a los investigadores pruebas contra Pedro acerca de las recientemente evidencias de asesinatos y maltratos. Pedro confesó a los investigadores que había asesinado por lo menos a 110 muchachas en Ecuador, 100 en Colombia, y "muchas más de 100" en Perú.

"A mí me caen bien a las muchachas en Ecuador," dijo, "son más dóciles y más confiadas e inocentes, no son como las muchachas colombianas que sospechan de extraños."

En el curso de sus confesiones, Pedro justificó sus crímenes a su dura vida y a una adolescencia difícil y solitaria.

"Perdí mi inocencia a la edad de ocho años," explicó, "así que decidí hacer lo mismo a tantas muchachas jóvenes como pudiera."

Cuando se le preguntó cómo seleccionaba y convencía a sus víctimas para después cometer sus crímenes, Pedro explicó que a menudo buscaba sus blancos con "una mirada segura de inocencia." Siempre buscaba sus víctimas a la luz del día, porque no quería que la oscuridad escondiera sus verdaderas intenciones de matarlas.

Cuando se le preguntó que hacia con estas víctimas, Pedro explicó que primero violaba a su víctima, y entonces la estrangulaba mientras miraba fijamente sus ojos. Quería tocar el placer más profundo y de la excitación sexual más profunda antes que su vida se marchitara. Siguió declarando que el horror continuaría aun después de su muerte.

Policía estaba inicialmente escéptica ante las espantosas confesiones, casi increíbles de Pedro, y los enlaces con Perú y Colombia era incapaz de demostrar lo contrario. Como Pedro se dio cuenta de que investigadores dudaron las pruebas de sus demandas, ofreció llevarlos a varios lugares donde él mismo había enterrado a los cadáveres por todas partes del país. Los investigadores estuvieron de acuerdo y dispuso el diseño de un plan de acción.

Los siguientes días después de su confesión inicial, se requiere a Pedro desde la comisaría principal para que pueda dirigir una caravana policíaca a sus sitios de enterramiento. Las dudas de los investigadores pronto empezaron a desaparecer cuando Pedro los llevó a un apartado área en la vecindad de Ambato, donde descubrieron los cadáveres de 53 muchachas, de edades comprendidas entre ocho y doce años. Durante todo el día Pedro los llevó a 28 nuevos sitios, y en cualquier lugar que realizaban excavaciones no se descubrieron otros cuerpos. Algunos de los investigadores opinaron que animales probablemente esparcieron los restos y las riadas habían “lavado” el terreno.

De regreso a la comisaría, se anotaron más de 57 cuerpos asesinados, de cualquier modo que Pedro repitió la cantidad de 110 como resultado de sus crímenes tal y como se registraron en sus confesiones. El director de asuntos de la prisión, Vencedor Lascano, más tarde explicó: "Si alguien confiesa autor de cientos de asesinatos y se encuentran más de 57 cadáveres, debemos creer lo que dice." Lascano también les dijo ese periodista, "pienso que su estimación de 300 es muy baja."

De cualquier modo, nunca se supo nada más de las declaraciones e investigaciones acerca de estos asesinatos. Lo que sí es conocido es que en 1980, se declaró culpable Pedro Alonso López del delito de múltiple asesinato y fue sentenciado a pasar el resto de su vida en prisión.

"Está parte del perfil," dijo una vez Robert Ressler, investigador criminalista del FBI. "De los asesinos múltiples muy a menudo se deben a obsesiones de algún género relacionadas con sus madres. Una relación de odio, en idioma popular. Estas madres, habitualmente no serán candidatas a madre del año. El hilo común parece ser el elemento sexual, madres que tienen muchos compañeros del sexo y el hijo es sabedor de esto. Por supuesto, los niños de prostitutas son los más probables prototipos si se les expone a este tipo de conducta, agresiva y desentendida por parte de la madre."
 
borovnia rebuznó:

Stephen King tiene un libro, junto con Peter Straub basado en Albert Fish, "el Pescador", que yo estoy leyendo ahora ;). Se llama "Casa Negra" y trata de un asesino que retoma en la actualidad los crímenes de Albert Fish, actuando de forma muy similar. Me está gustando mucho; realmente acojonante.

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Otra joyita made in Spain, violador y asesino de ancianas.

José Antonio Rodríguez Vega


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En su juventud, se había convertido en un agresor sexual, cometiendo varias violaciones en un número indeterminado, hasta que fue detenido e identificado como el célebre "violador de la moto". Fue condenado a 27 años de prisión, de los que cumplió solo ocho. Usando su poder de persuasión obtuvo el perdón de todas las mujeres que había violado menos el de una a la que no pudo engañar. No logró librarse de la cárcel, pero consiguió reducir su condena significativamente

A raíz de esa condena, su sorprendida esposa, le abandona y se lleva al único hijo de la pareja. Entonces él se buscó como compañera a una mujer disminuida mental.

Sigue con una vida conyugal claramente poco satisfactoria durante la que lleva a cabo una doble vida: se esfuerza de ser un marido modelo mientras es un violador al acecho.

José Antonio, joven, bien parecido, de maneras amables y gran seductor, es un hombre moreno de mirada penetrante, nariz aguileña y boca muy marcada. Además, se le suele caracterizar por un rasgo: su rostro de buena persona. Pero pese a su aspecto inofensivo, fue inculpado de al menos 16 asesinatos de ancianas, a las que previamente había violado.

A pesar de eso, durante un año (de abril de 1987 a abril de 1988), y sin la más absoluta impunidad, asesinó a dieciséis ancianas, aunque no se descarta algún otro crimen no denunciado.


Finalmente, cometería algunos errores que acabarían delatándole:

En la casa en la que mató a Margarita González de 82 años, la policía encontró signos de violencia en lo que otra vez parecía un caso de muerte natural.

En su siguiente crimen, otro error, nuevos signos de violencia, esta vez sangre en el cadáver de Natividad Robledo, una viuda de 66 años, que mostraba claramente haber sido violentada. A otra de sus víctimas de le encontró la dentadura postiza clavada dentro de la garganta.

Finalmente, en una de las casas fue hallada una tarjeta con el nombre y dirección del presunto culpable... y poco después se producía la detención.

La policía comprendió en fin que tantas muertes de ancianas no era una epidemia.

En alguna de las cartas enviadas por el propio José Antonio a los medios de comunicación, asegura:"No soy una persona de callar, de bajar la cabeza ni de esconderme, y mi caso no va a quedar así parado, por que responsables de justicia van a tener que responder ante unas muertes naturales..."

El 19 de mayo de 1988 José Antonio era detenido y confesaba sus fechorías a la policía. Cuando se registró su apartamento, la policía se encontró con un cuarto decorado en rojo en el que guardaba su secreto.

Antonio tenía expuesta una colección de fetiches pertenecientes a sus víctimas, su particular museo de los horrores: joyas, televisores, alianzas, porcelanas, imágenes de santos, cada uno de ellos en memoria de los crímenes que había cometido...

No lo guardaba por el valor de lo robado, sino por el valor que tenía para su morboso recuerdo.


Este hombre es una persona muy ordenada, podemos decir que casi maniático del orden, y aquélla habitación parecía una pequeña exposición, los objetos estaban colocados casi expuestos, a manera de fetichismo.

Sin embargo, durante el juicio celebrado en Santander a finales de noviembre de 1991, niega todo por lo que se le acusa, y dice que las 16 muertes por las que fue condenado eran debidas a causas naturales.

Rodríguez Vega se descubrió allí como un ególatra con afán de protagonismo que miraba fijo a las cámaras, sin huir ni taparse, deseoso de que se conociera su cara. Era sin duda el rostro de un asesino imperturbable, sonriente y cínico ante los insultos de los familiares de las víctimas, que alardeaba del perdón que le concedieron las mujeres que violó y de ser recibido después en las casas de esas mujeres

"Conserva inalterado su sentido de la realidad y es capaz de gobernar sus actos, siendo resistente a los tratamientos, lo que ensombrece su pronóstico: su peligrosidad es muy alta".

También alardeó de no tener problemas sexuales, afirmando que hacía el amor todos los días. Luego, declaró que actuaba movido por un sentimiento de odio hacia su suegra y hacia su madre, a la que temía por un lado y por la que se sentía atraído sexualmente desde niño por otro. Los psiquiatras tuvieron que discernir si se trataba de un psicópata desalmado o de un ser humano con las facultades mentales perturbadas.

Sus informes fueron concluyentes.

"Llegamos a la conclusión de que su imputabilidad era plena, por que su inteligencia era absolutamente brillante. Era un psicópata, con esa característica de ese grupo de psicópatas, esa frialdad clásica, sin remordimientos, no se conmueven, es un personaje verdaderamente hecho para el crimen..."

Estos informes psiquiátricos son determinantes, lo consideran un perverso sexual, una máquina de matar que distingue el mal, y por ello fue sentenciado a 440 años de cárcel, cumpliendo la pena máxima. Desde entonces, ha ido de cárcel en cárcel estudiando derecho, pues sigue negando los crímenes y se ha empeñado en demostrar que es inocente;

En Carabanchel, José Antonio intimó con otro conocido asesino en serie español, Manuel Delgado Villegas "El Arropiero".

Los funcionarios de la prisión comentaban asombrados y divertidos por la situación, cómo entre ambos se había producido una macabra rivalidad entorno a cómo habían acabado con la vida de sus víctimas...

Incluso había concedido entrevistas en las que se enorgullecía de sus actos y pronunciaba frases del estilo:

" Todos los hombres han sentido alguna vez deseos de violar a su madre".

"Yo digo 'hola' en un medio de comunicación y me pagan cien mil pesetas"

"Todas las víctimas me recordaban a mi madre y a mi suegra, que eran unas sinvergüenzas y veneno."

"Cuando recordaba a mi madre y a mi suegra me entraba una especie de excitación, de vergüenza inconsciente, de agresividad pensando en lo que me habían hecho. Tenía un temblor y escalofríos y me sentía llevado."

"Me sorprende cómo aún están vivas mi madre y mi suegra. Desgraciadamente, han pagado estas estimadas señoras."

"Con la mayoría de las ancianas que maté hice el amor con su consentimiento o me incitaron a ello."



"Tras hacer el amor o algunos manoseos les tapaba la boca a consecuencia del impulso que sentía, y desistía tras un rato."



"Desconocía si las ancianas quedaban vivas o muertas."

José Antonio, tiene 44 años, había llegado 48 horas antes a la prisión salmantina de Tropas, procedente de la prisión de Murcia. Desde que ingresara en prisión, el 24 de mayo de 1988, siempre estuvo calificado en primer grado, el reservado a los más peligrosos.

Jueves, 24 de Octubre de 2002, sobre las nueve de la mañana de ayer, Rodríguez Vega salió al patio de la tercera galería del módulo de aislamiento acompañado de siete reclusos. A las once y cuarto, se desató una disputa entre el 'asesino de ancianas' y tres internos: Felipe Martín Gállego, que le golpeó con un calcetín en cuyo interior escondía una piedra, Enrique del Valle González, Daniel Rodríguez Obelleiro , portaban sendos estiletes que clavaron una y otra vez en el cuerpo del psicópata de Santander, mientras el resto de los presentes se mantenía al margen.

El funcionario de servicio, al ver lo que sucedía, entró en el patio, pero FMG y DRO salieron a su encuentro, este último esgrimiendo el punzón. Uno de ellos le advirtió: "¡Qué quieres defender a un violador! Vete que te meto!". Mientras EVG seguía atacando a Rodríguez Vega, sin que el trabajador de prisiones pudiera hacer nada por evitarlo.

Una vez consumada la sentencia, los reclusos, con absoluta tranquilidad, entregaron a los funcionarios sus armas. Los autores fueron llevados a celdas de aislamiento.

Vega, según la primera inspección ocular, tenía una treintena de heridas de arma blanca en el pecho, y hasta un centenar por el resto del cuerpo. Un impresionante charco de sangre rodeaba su cadáver.

José Antonio Rodríguez Vega recibió sepultura el 25 de Octubre e 2002 en un nicho común. En la ceremonia sólo estuvieron los dos enterradores.

Los asesinos de Rodríguez fueron vitoreados por un centenar de personas al declarar en un juzgado de Salamanca.
 
Ke se joda... la pena ke en vez de 30 no le metieron 300... por cabron
 
Los violadres y/o asesinos de niñ@s y ancian@s son dentro de la cárcel, lo peor de lo peor y los propios presos suelen ajusticiarles por su cuenta... como en este caso del asesino de ancianas.

Otro españolito

Joaquin Ferrándiz Ventura


Los vecinos de Castellón no daban crédito a sus ojos. Entre 1995 y 1996, habían hallado en su localidad los cuerpos sin vida de cuatro jóvenes, todos ellos con claros síntomas de agresión por parte de un mismo asesino.

¿Un asesino en serie? La policía y la Guardia Civil empezaban a sospechar que sí se trataba de un criminal múltiple, o por lo menos, todos los indicios con los que se habían topado señalaban hacia un mismo modus operandi...

A finales de 1998, cuando los crímenes seguían siendo un enigma para los investigadores, Joaquín Ferrándiz Ventura, natural de Valencia, asesino confeso de la profesora Sonia Rubio, se auto inculpaba así del asesinato, rapto y violación de otras cuatro mujeres más: Natalia Archelos, Mercedes Vélez, Francisca Salas y Amelia Sandra. Todos los cuerpos que habían sido hallados en Castellón entre 1995 y 1996.

Ferrándiz, a pesar de que ya había estado en la cárcel por agresión sexual, era un hombre normal a ojos de sus vecinos, educado y amable, de nuevo integrado en la sociedad. A sus 35 años de edad, seguía viviendo con su madre y trabajaba en una agencia de seguros.

¿Cómo un hombre así podía ser un asesino en serie? Esa era la pregunta que hacía dudar a los encargados de la operación Bola de Cristal, establecida para encontrar al hombre que había aterrorizado durante años a la población castellonense.

El pasado lunes 19 de octubre de 1998, sintiéndose acorralado por las investigaciones de la Guardia Civil, no pudo soportar más la tensión acumulada y decidió revelar su lado más oscuro.

Mostró un singular cerebro que todo lo sopesa y analiza. Es como una máquina: cociente intelectual por encima de la media, frío, sin sentimientos, calculador...

Una posible explicación a sus crímenes hay que comenzar a buscarla en 1989, año en que fue detenido por un delito de agresión sexual. Violó a una chica, pero la joven lo reconoció y tras una denuncia fue a dar con sus huesos en prisión. Durante todo ese tiempo, sólo pensaba una cosa: que la próxima vez no dejaría pistas, y concluyó que la mejor manera de llevar a la práctica su objetivo era matando a sus víctimas, callándolas para siempre.

Buscaría a sus presas en distintos estratos sociales, en ambientes opuestos: desde una profesora universitaria a varias prostitutas. Unas rubias y otras morenas. Todas con edades entre los 22 y los 28 años.

No tardó mucho en poner en práctica su plan. Ferrándiz salió de la cárcel el 4 de abril de 1995 en libertad condicional, tras cumplir seis de los catorce años de cárcel a los que había sido condenado por agresión sexual. Dos meses después, en julio de ese mismo año y siempre según su propia confesión, agredió sexualmente y mató a Sonia Rubio.

El caso de esta joven profesora de inglés, conmovió a toda la comunidad Valenciana. En su nombre se llevaron a cabo manifestaciones, sentadas y actos diversos pidiendo la liberación de la chica. Pero cuatro meses y medio después de su desaparición esas esperanzas se hicieron trizas: el cuerpo, con signos de violación, es hallado sin vida en un barranco de Oropesa del Mar.

La desaparición de esta joven levantó tales revuelos y alarma social que Ferrándiz, siguiendo al pie de la letra su estrategia, cambió de escenario. Siguió matando, pero fue a hacerlo a Vila-Real, localidad próxima a Castellón. Y cambió también el perfil de sus víctimas: puso el ojo en las toxicómanas que ejercían la prostitución a orillas del río Mijares.

Sus siguientes presas murieron igual que Sonia: asfixiadas por estrangulamiento. Todas tenían las manos atadas a la espalda con un nudo marinero (por cierto, el padre de Ferrándiz era marinero).

Mercedes Vélez, Francisca Salas y Natalia Archelos, prostitutas: sus cadáveres, esqueletizados, son encontrados en un barranco de Villarreal.

Cuando la policía comenzó a relacionar las muertes de las tres prostitutas, Joaquín dio un nuevo salto mortal: abordó a la salida de una discoteca de las afueras de Castellón a Amelia Sandra, de 22 años. Fue su quinta víctima mortal. Su cuerpo es descubierto claramente magullado, hinchado y con evidencias de violación meses más tarde en una charca de Onda.

El presunto autor de los crímenes tenía su táctica: elegía a sus víctimas en las discotecas de la zona. Rubias, veintipocos años y con vehículo propio. Después, manipulaba las válvulas de las ruedas. Cuando las chicas se daban cuenta de que el coche les daba problemas, acudía al socorro y aprovechaba para violarlas y luego estrangularlas. Todas tenían más o menos la misma edad y todos los cuerpos se encontraron varios meses después del asesinato.

El equipo investigador pudo comprobarlo el pasado julio (1998), cuando lo espió mientras quitaba el aire a las ruedas del coche de una joven.

Al final de mes, ingresó en prisión por un asunto ajeno a los crímenes: un caso más de violación no consumada a una joven cuyos gritos fueron oídos por todos los vecinos. Una vez identificado por la joven a la que intentó agredir, el juez autorizó el registro de la vivienda que compartía con su madre y en la que hallaron "evidencias" de sus crímenes: pertenencias de sus víctimas que guardaba como fetiches o unos esparadrapos iguales a los que fueron encontrados en el cadáver de Sonia. El interrogatorio fue implacable y Ferrándiz terminó confesando.

Conectar esas cuatro muertes fue cuestión de semanas. Todas las piezas casaron: el perfil de la víctima, el modus operandi, la manera de violar y asesinar... el autor de las muertes sin respuesta, era sin duda Joaquín Ferrándiz.

En 1998, ha intentado agredir sexualmente a otras dos mujeres. Aunque su defensa asegura que el detenido tiene "una personalidad problemática y psicopática" y que "no es normal", el psiquiatra Francisco Taver, director del hospital provincial de Castellón, explicó que "no es un psicópata ni un enfermo mental, sino un violador consciente de lo que hace y que mata a sus víctimas para no dejar huellas".

Todavía quedan por esclarecer en la Comunidad Valenciana los crímenes de dos mujeres, pero que en principio no responden al perfil criminológico del presunto asesino en serie.

Presunto, por la sencilla razón que todavía no se ha podido demostrar con certeza que todos los crímenes los halla cometido él, pues por otro lado existe un gran número de contradicciones... y que las fechas no cuadran.

Mientras Ferrándiz aseguró al juez que había cometido crímenes de las tres prostitutas entre agosto y septiembre de 1995, las autopsias realizadas a los cadáveres confirmaron que al menos una de las mujeres murió a finales de mayo de 1995.

Además, parece que el presunto asesino indicó al juez que la primera de sus víctimas fue Sonia Rubio asesinada en julio de 1995, y tampoco cuadra esta versión. Si hubiese matado a las tres prostitutas, como así lo confesó en el juzgado, la primera de las víctimas debería haber sido Natalia Archelós, una de las mujeres que apareció en enero de 1996.

Aquellos que defienden su inocencia, creen que Joaquín se ha confesado autor de algo que no ha cometido para conseguir algún beneficio jurídico y cumplir la condena en un psiquiátrico en lugar de en la prisión (lugar que lo marcó profundamente tras pasar seis años de cárcel por la violación de 1989).

Los demás aseguran que el presunto asesino de Sonia Rubio ha ofrecido algunos detalles (como la localización del lugar donde aparecieron los cadáveres) que avalan su auto inculpa, y que por lo tanto sí es el autor de los delitos.

Y para terminar de complicar las cosas, en estos momentos hay dos hipótesis sobre la mesa: la que defiende que Ferrándiz es autor de cinco asesinatos, y la que acusa a Claudio Alba H., un camionero de 51 años, actualmente procesado por los tres crímenes de las prostitutas.

La abogada de Alba, comentaba a la prensa que si su cliente se demuestra inocente, pedirá una indemnización: "Claudio nunca debió ser detenido, fue víctima de una aberrante barbaridad jurídica. A pesar de que las pesquisas policiales tenían sospechas fundadas de que otra persona podría ser la autora de estos crímenes, se insistió que los asesinatos estaban resueltos, que se trataba de un caso cerrado y que Claudio Alba era culpable".

Por otro lado, el fiscal del "caso del violador de Castellón", Juan Salom reprocha al Estado "el haber dejado libre a un criminal" confeso de cinco jóvenes. Afirmó que si Joaquín Ferrándiz es culpable de los cinco crímenes que se auto imputa pedirá la responsabilidad personal subsidiaria al Estado. Una indemnización millonaria para las familias de las víctimas, por la razón que los crímenes se cometieron cuando estaba en libertad condicional. Según sus palabras en una rueda de prensa: "si algo falló fue porque no se le vigilaba suficientemente".

Por ello, el Estado debería responder de las actuaciones del condenado, que según la sentencia debería haber abandonado la cárcel en 2003, si bien se favoreció de los beneficios penitenciarios que recoge el antiguo Código Penal
 
Los Sacamantecas

La leyenda del sacamantecas se popularizó a finales del siglo pasado y principios de este por la creencia popular de que, tanto las ruedas de los carros como la de los molinos y las máquinas a vapor debían engrasarse muy a menudo para que su mecanismo funcionase a la perfección.
Los rumores que se crearon entonces, eran que el mejor lubricante era la grasa humana tierna, porque la animal no era tan densa y no causaría el mismo buen rendimiento. Entonces, para satisfacer esta demanda de grasa humana se creía que merodeaban por la calle unos hombres siniestros, con sacos en el hombro, que secuestraban niños y los asesinaban para venderlos luego a un desollador, que se encargaba de extraer las mantecas y pagaban a los secuestradores una buena suma de dinero por cada presa que les traían.
El mito en España aumentó cuando se pusieron en marcha los nuevos ferrocarriles, y casualmente se contabilizaron algunas desapariciones de niños en Barcelona. Como era de esperar, pronto corrió el rumor de que no era casual y que había algunos sacamantecas por los alrededores que habían raptado a los niños.
Desde entonces, la fama del Sacamantecas se debe más que nada al uso del nombre para asustar a lo niños, a quienes los padres también amenazaban que si no se portaban bien vendría el Hombre del Saco a llevárselos.

LOS VERDADEROS SACAMANTECAS

Uno de los personajes que han sido denominados como verdaderos Sacamantecas, vivió a finales del siglo pasado en España, y su apodo le fue dado por asesinar a seis mujeres (que son las muertes que se pudieron probar, aunque se piensa que hubo muchas más víctimas), lo que le convierte en el segundo asesino en serie español, después de su predecesor Manuel Blanco Romasanta, el hombre lobo de Allaríz.

Se llamaba Juan Diaz de Garayo, y cometió sus crímenes en Álava durante nueve largos años a finales del siglo XIX antes de ser capturado y condenado a muerte.

Sus víctimas variaban en edad, no seguía aparentemente un prototipo determinado. Eran sobre todo mujeres que ejercían la prostitución y mendigas de entre 13 y 55 años, a las que agredía sexualmente y en algunos casos llegaba a infligirles mutilaciones. También tuvo varios intentos de asesinato frustrados gracias a la resistencia de las víctimas, que posteriormente denunciaron la agresión.
Primero las abordaba y las forzaba a mantener relaciones sexuales con él, pero cuando las mujeres se resistían, las estrangulaba con sus propias manos y les desgarraba el vientre con un cuchillo de monte.

Su modus operandi siempre era el mismo, con la única variante, común en los crímenes en serie, que en cada nueva agresión se ve que la violencia con la que asesina y desgarra es mucho mayor, como si a cada muerte se confiase más, o como si su sadismo aumentase cada vez.
Si hacemos caso a las crónicas de la época, por que en la actualidad no se conservan muchas fotos en las que se duda que realmente sean retratos de Díaz de Garayo, el Sacamantecas era un personaje de apariencia casi monstruosa.
Tendría algunas deformidades, lo que le daban un aspecto simiesco y atípico. La descripción es la de un hombre fornido con apariencia de hombre primitivo, mandíbulas salientes y cráneo predominante con grandes asimetrías en la cabeza...
Esta descripción podría pasar por un ejemplo de los delincuentes que describía el criminólogo Césare Lombrosso cuando escribía sobre sus teorías acerca del Criminal Nato. Lombrosso planteaba que se podía llegar a identificar un delincuente por sus rasgos físicos, y este asesino Sacamantecas encajaría al dedillo en el prototipo de homicida sin escrúpulos.

Se sabe que fue a la edad madura cuando despertó su instinto criminal, tendría unos cincuenta años cuando empezó a matar, y hay quien dice que a causa de su herencia genética: su madre era alcohólica y sufría una neurosis aguda y su padre era también alcohólico. Por este motivo, su cerebro fue estudiado por distintos médicos, que no pudieron determinar el origen del instinto homicida, pero llegaron a la conclusión de que su capacidad mental no estaba oscurecida y que se trataba de un vulgar asesino con un grave trastorno de la sexualidad.

La caza al asesino fue constante por parte de las autoridades, y finalmente el Sacamantecas pudo ser detenido gracias a la ayuda casual de una niña pequeña, a la que los padres también amenazaban con llamar al Hombre del Saco si no era buena. La niña, sin haberlo visto nunca, pero imaginándose que alguien tan terrible debía tener aspecto feroz, se asustó al ver un día por la calle a Díaz de Garayo y comenzó a gritar “¡Es el Sacamantecas!”. Eso hizo que los vecinos creyesen que el hombre había tratado de agredir a la niña y lo acorralaron hasta que llegaron las autoridades para detenerle. En el interrogatorio rutinario, cual sería la sorpresa de la policía y de los vecinos cuando Díaz de Garayo confesó que él era el autor de los brutales asesinatos.

Le condenaron a la pena de muerte por seis asesinatos, aunque se sospechó que habían sido muchos más, por los largos intervalos de tiempo entre un crimen y otro, pero no pudieron ser demostrados más que esos seis. Murió en la horca en el Polvorín de Vitoria el 11 de mayo de 1881, y jamás dio muestras de arrepentimiento por los asesinatos que había cometido, aunque perfectamente consciente de cada uno de ellos.

EL CRIMEN DE GADOR

Otro hecho que despertó la leyenda del Hombre del Saco fue el llamado Crimen de Gádor, un pueblo a 15 km de Almería.
Allí se cometió un terrible infanticidio en el verano de 1910 con el fin de quitarle la sangre y la grasa a un niño de siete años para curar a un hombre enfermo de tuberculosis, que había pagado previamente una suma de dinero considerable para este fin.

La madre del niño había denunciado su desaparición a la Guardia Civil y casi todo el pueblo colaboró en el rastreo de los bosques, hasta que uno de los vecinos al que llamaban Julio “el tonto” se presentó en el cuartel de los guardias diciendo que había encontrado al niño muerto y tapado con piedras en un barranco.

El cadáver presentaba una serie de lesiones externas, que fueron determinadas en detalle tras la autopsia. Entre éstas, las más importantes eran: múltiples heridas en la cabeza con rotura craneal, pequeños cortes por todo el cuerpo, y una gran herida desde la boca del estómago al pubis que dejaba los intestinos al exterior del cuerpo y por donde se le había extraído todo el peritoneo con el saco seroso, es decir, toda la grasa, y además, parte de la sangre.

Las sospechas pronto recayeron sobre un vecino poco querido por los demás habitantes de Gádor, un curandero y sanador llamado Francisco Leona, pero este negó todos los hechos que se le inculpaban aludiendo como coartada que ese día no había salido del pueblo, y prefirió acusar a su vez a Julio “el tonto”, el que había encontrado el cadáver. Los agentes de la Guardia Civil empezaron a sospechar del curandero por la frialdad de su conducta, pues ni se había inmutado cuando fueron a interrogarle, pero también era sospechosa la actitud “del tonto”, y para quitarse de dudas detuvieron a los dos hombres.

Una vez en la cárcel fueron sometidos a numerosos interrogatorios, pero sin resultado en un principio. A veces los detenidos negaban la autoría del homicidio, se contradecían otras, se acusaban entre ellos, pero no aclaraban lo que en realidad había sucedido.
Finalmente, tras numerosos interrogatorios y presión de la Guardia Civil, el curandero se confesó autor de los hecho y “el tonto”, cómplice.

Tras esta confesión fue posible elaborar la reconstrucción del crimen, y lo más inquietante, el móvil, el porqué estas dos personas habían destripado a un niño de siete años. Como todos los vecinos sospechaban ya, el hecho de que se extrajese del cadáver el saco seroso, estaba relacionado con las extrañas prácticas del curandero.

La sangre todavía caliente, según confesó Francisco Leona, era un reconstituyente extraordinario para recuperar la salud que se administraba tras una dura enfermedad o en casos de vejez. El motivo que le hubiesen extraído la sangre al niño no tenía otro fin que el ofrecerla como bebida a un enfermo.
En el caso de las grasas, también se asociaba con la sanación, pero esta vez para casos específicos, como por ejemplo en emplastos para combatir la tuberculosis.
El enfermo para quién estaban destinados estos órganos resultó ser un vecino llamado Francisco Ortega “el moruno”, un hombre afectado por la tuberculosis y tremendamente obsesionado por su enfermedad, que tras visitar a varios curanderos sin que lograsen mejorar su salud, decidió recurrir a las medidas más extremas que le había propuesto Francisco Leona ofreciéndole una gran suma de dinero para que cometiese el infanticidio, si esto era capaz de curarlo.

Finalmente los tres hombres fueron condenados a muerte por el asesinato con premeditación y ensañamiento del pequeño de siete años.
 
Me encanta la historia del Sacamantecas, de hecho a los niños pequeños en Alava se les dice que viene el Sacamantecas y no el hombre del saco.

Los Sacamantecas eran mis preferidos de la lucha libre WWF jajaja


P.D: molaria tambien hacer un hilo sobre cosas paranormales, pueblos fantasmas y tal, esque me viene a la cabeza el pueblo fantasma este de Alava que tiene una historia fascinante, Ochate.
Tiene una leyenda que pone los pelos de punta :shock:

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hexethrone rebuznó:
Jack el destripador


Por último. hay una teoría (que fue llevada incluso al cine) que nos habla de un respetable cirujano que liberaba su parte “animal”. Se lo conoció como el Dr. Jekyll y su contrapartida era Jack el Destripador. Sea cual fuese la motivación y el propósito de esta mente enferma; desapareció después de su séptimo crimen para nunca más volver e instalarse en la triste categoría de macabro enigma, hace ya más de 100 años.

fue llevada al cine tras el exitoso cómic de Alan Moore From Hell, con johnny depp de protagonista

el título from hell hace referencia a la primera frase de la última carta que escribió jack the ripper...

el cómic, que se editó en capítulos a lo largo de 10 años (ahora se puede conseguir recopilado en un solo tomo), es alucinante

tiene un trabajo de investigación extensísimo, y narra en forma de ficción las historias de todos los personajes relacionados con la trama desde el punto de vista de una de las teorías más válidas hasta la fecha

en esta teoría se especula que fue un médico masón a las órdenes de la reina victoria; ésta querría acabar con un grupo de prostitutas (las asesinadas a posteriori por jack) que estaban haciendo chantaje por tener conocimiento de la existencia de un hijo bastardo de su hijo el príncipe albert

la historia es muy subyugante y trata muchas claves... cada página tiene anotaciones al margen que ocupan casi la mitad del tomo, explicaciones de TODO, el Alan Moore este es un genio

por cierto que la liga de los hombres extraordinarios fue creada por él... el cómic, claro
 
Grandioso Allan Moore. Uno de mis comics preferidos.
Ayer vi una de las pocas fotos que hay de el, y tiene una pinta de friki!!!!

La peli de From Hell, pssee...esque el comic se sale!
 
selene21 rebuznó:
Grandioso Allan Moore. Uno de mis comics preferidos.
Ayer vi una de las pocas fotos que hay de el, y tiene una pinta de friki!!!!

La peli de From Hell, pssee...esque el comic se sale!


aqui tenéis al friki de alan moore:

alan_moore.jpg


alan_moore.jpg


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y el from hell:

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borovnia rebuznó:
Deicide rebuznó:
Hace tiempo vi un reportaje de asesinos en serie y salio un tal PITUSO (Norteamericano)
No me suena en absoluto. No tienes algun dato mas? seguro que ese era el nombre? :?

tampoco a mi.. revisda bien el nombre.. son demasiados asesinos en serie! y norteamerica es donde mas han habido casos de éstos...

por cierto, borovnia, gracias por tus aportaciones en el hilo! me has quitado la palabra de la boca en varias ocasiones jejejje gracias! :twisted:
 
Richard Chase
El vampiro de Sacramento


"A veces oigo voces por teléfono... ignoro qué voces... amenazas. Suena el teléfono y alguien me dice cosas extrañas...que mi madre me envenena poco a poco y que me voy a morir. Me siento observado.. sé que alguien me vigila...."

"...si devoré a esas personas fue porque tenía hambre y me estaba muriendo. Mi sangre está envenenada y un ácido me corroe el hígado. Era absolutamente necesario que bebiera sangre fresca.."

Estas declaraciones, forman parte de una entrevista psiquiátrica a Richard Tranton Chase, un asesino diagnosticado esquizofrénico paranoide tras disparar, apuñalar, descuartizar, y beber la sangre de seis personas en 1987, ganándose el apodo de " el Vampiro de Sacramento".

Desde muy joven, Chase es conocido por su conducta psicótica que alterna períodos de apatía con otros de agresividad. Esto, según algunos psicólogos estaría debido en gran parte a unos traumas infantiles por las constantes peleas entre su padre alcohólico y su madre, así como el posterior divorcio de éstos.

A los 21 años, se va de casa para compartir piso con unos amigos. Allí, continuamente drogado, empieza a obsesionarse con la idea de que una organización criminal trata de acabar con él, hasta tal punto que clava con tablas la puerta de su habitación, entrando y saliendo de ella por un pequeño agujero que había hecho en el fondo de un armario de pared.

Poco tiempo después, se afeita la cabeza y acude asustado al médico alegando que su cráneo se está deformando poco a poco y los huesos de éste le agujerean la piel. Al mismo tiempo dice sentir que se muere porque alguien le ha robado la arteria pulmonar, y nota que su sangre no puede circular. Es internado en un psiquiátrico, saliendo de éste al poco tiempo, pese a la opinión de algunos médicos que lo consideran peligroso.

Una vez sólo, deja de tomar la medicación que le habían prescrito y su conducta comienza a empeorar, pues creyendo que su sangre se estaba volviendo polvo y que necesitaba otra más fresca para sobrevivir, se inyecta y bebe sangre de conejo, tragándose además crudas las vísceras de los animales...

Poco después cae gravemente enfermo, y los médicos tras percatarse de su obsesión por consumir sangre, lo internan de nuevo diagnosticándole una fuerte esquizofrenia paranoide además de conducta peligrosa. Un año después, de nuevo en la calle, descuartiza a numerosos perros, gatos y vacas afín de beber su sangre y vísceras mezcladas con Coca-Cola a modo de cóctel, estando convencido que a causa de la falta de sangre, su estómago se empieza a pudrir, su corazón disminuye de tamaño y que los distintos órganos se desplazan en su interior.

Fascinado por los crímenes de los asesinos Kenneth Bianchi y Angelo Buono, guarda celosamente todos aquellos recortes de prensa que los menciona y se compra una pistola de calibre 22 dispuesto a imitarlos. A los 28 años, comienza una serie de crímenes disparando dos veces sin motivo alguno sobre un desconocido, que se convertiría en la primera de sus víctimas.

Su segunda víctima, una joven de 22 años, es salvajemente asesinada a pocos metros de su casa cuando se encontraba sacando la basura. Chase dispara tres veces sobre ella, y mientras agoniza, le abre el vientre para arrancarle los intestinos, que esparce cuidadosamente por el suelo.

Luego, le corta el hígado, el diafragma, un pulmón y los riñones, colocándolos encima de una cama. En un ataque de histeria apuñala varias veces el cuerpo sin vida y tras beber su sangre, se pinta la cara con ella. Finalmente, como toque final a su "obra", defeca sobre la boca del cadáver y abandona la casa, satisfecho.

Cuatro días después comete el más sangriento de sus crímenes entrando en una casa elegida al azar y disparando a la cabeza de una pareja de 27 años, un niño de 6 años y un bebé de 22 meses. Luego, llevándose el cuerpo de la mujer a una habitación, sodomiza el cadáver, le arranca un ojo y bebe su sangre. Momentos más tarde, es sorprendido en su macabra carnicería por alguien que llama a la puerta mientras vaciaba el cráneo del niño, y huye a toda prisa llevándose el cadáver del bebé. En su propia casa, decapita el cuerpo tras beberse la sangre y devorar el cerebro crudo. Esa misma tarde, la policía descubre la matanza y comienza una serie de investigaciones por toda la ciudad registrando cada rincón de la ciudad tratando de atrapar al psicópata asesino.

Cuando tres policías llaman a la puerta del vampiro no obtienen respuesta, pero oyendo ruidos en el interior deciden de vigilar el apartamento. Poco después, Chase sale de la casa con una caja de cartón bajo el brazo, que arroja al suelo para tratar de huir al ver a los agentes en la puerta. Su contenido se esparce por el suelo asombrando a los policías: se trata de ropa ensangrentada y trozos de cerebro humano... El asesino es finalmente detenido. Al registrar su apartamento, se encuentran además de un espantoso olor a putrefacción, manchas de sangre cubriéndolo todo, huesos humanos en la cocina y el salón, un plato con restos de cerebro encima de la cama y la nevera repleta de recipientes con órganos humanos y animales en el interior.

En el juicio trata inútilmente de justificar sus macabros crímenes diciendo que unas voces de seres extraterrestres y otras criaturas lo acosaban continuamente obligándole a matar...

Finalmente es condenado a pena de muerte aunque su ejecución en la cámara de gas nunca sería llevada a cabo, pues Richard se suicida pocos meses después en su celda con una sobredosis de antidepresivos en diciembre de 1980.
 
Richard Ramirez
The Night Stalker


Algunos psicólogos calificaron a Ramirez como un asesino fuera del grupo de los asesinos. El "merodeador nocturno" mato a 14 personas en Los Angeles entre 1984 y 1985.

Como la mayoría de los asesinos en serie, Ramírez fue en su adolescencia un chico problemático: a los 9 años ya comenzó a robar y mas tarde a consumir drogas en su estado natal, Texas.

Una vez en Los Angeles, comienza su carrera como asesino, sin unas pautas concretas lo cual hacia mas difícil su detencion: mataba a personas dándole igual sexo, raza, edad o condición. Las armas utilizadas iban desde un bate de béisbol a un puñal, pasando por varios tipos de pistolas.

Su modus operandi también oscilaba, ya que podía asesinar de una manera organizada sin dejar pista o matar sin ningún cuidado creyéndose amparado por su dios Satán, dibujando signos satánicos en las paredes , comiendo en casa de sus victimas, robándoles el dinero que llevaban encima o dejando las armas homicidas en el lugar del crimen
Su juego preferido era salir de caza, acompañado por un walkman, oyendo AC/DC, encontraba a su victima y entraba en su casa preparado para violar y matar.

Al principio, solo golpeaba y violaba, dejando incluso a la mayoría de sus victimas con vida, pero después se hace mas sádico, como por ejemplo, en el asesinato de una joven, que violo y la saco los ojos con una cuchara, matando a la chica después y enviándolos a su casa al dia siguiente.

Como muchas de sus victimas sobrevivían, una mujer le reconoció en Agosto del 85 por la calle, después de numerosos retratos robot enviados por la policía, y un grupo de gente a la voz de "matadlo" le persiguió y capturo mientras intentaba robar un coche, salvándole de ser linchado por una patrulla de policía.

El 4 de Octubre del 89, realiza las siguientes declaraciones: "...Yo no creo ni en la hipocresía ni en los dogmas morales de la llamada sociedad civilizada. Sólo me basta con mirar dentro de esta habitación, para conoceros tal y como sois: mentirosos, cobardes, asesinos, ladrones... y cada uno con su propia profesión legal. Sois unos gusanos hipócritas, me ponéis enfermo..."

"...No necesito oír todas los raciocinios de vuestra sociedad. Ya los he oído antes y los argumentos siempre son los mismos..."

"... No me entendéis. Tal y como suponía, no sois capaces de hacerlo. Yo estoy mas allá de vuestra experiencia. Estoy mas allá del bien y del mal..."

Finalmente es acusado de 14 asesinatos, 5 intentos de asesinato, 9 violaciones (entre las cuales 3 han sido a menores), 2 secuestros, 4 actos de sodomia, 2 felaciones forzadas, 5 robos y 14 allanamientos de morada.

En 1989 es condenado a la cámara de gas, y Ramirez no perdió su fe: "... !Legiones de la noche!, !Razas de la noche!, no repitáis los errores del Night Stalker y no concedáis clemencia alguna... Yo seré vengado. Lucifer esta con nosotros..."

Para mi, y es una opinión personal, Richard Ramírez es un personaje que ha hecho mucho daño a la imagen del satanista. Richard no tenia tapujos para hacer lo que el quería sin importarle las consecuencias que le acarrearían a EL, hasta aquí parece un comportamiento "moderadamente" aceptable pero el usar un arma de fuego, le ponía en una situación superior de fuerza y usaba este privilegio para abusar de sus victimas. A a mi no me parece un acto propio de un satanista, mas bien me parece un acto cobarde, si algún día quisiera enfrentarme a mis enemigos, lo haré usando mi fuerza y/o mi inteligencia y lo usare contra alguien merecedor de mi odio, no contra cualquier persona.
 
Finísimas personas, un ejmplo a seguir. :lol:

Art. :evil: :evil:
 
EL CULTO "NARCOSATÁNICO" DE MATAMOROS

Desde el rancho de Santa Elena, en la ciudad fronteriza de Matamoros (Méjico), Adolfo de Jesús Constanzo y su banda transportaban semanalmente una tonelada de marihuana al país vecino... pero el lugar no era sólo un centro de distribución de drogas. En 1989 fueron acusados de asesinar a más de una docena de personas durante unos rituales de Palo Mayombe, un culto afroamericano.

Los "narcosatánicos" habían convertido el rancho en una verdadera casa de los horrores.

El 9 de abril de 1989, la policía mejicana detiene en un rutinario control, la camioneta que conducía David Serna Valdez, de 22 años, a la altura del kilómetro 39 en la carretera de Matamoros a Reynosa (Méjico) en el rancho de Santa Elena. En ella se encuentran restos de marihuana y una pistola del calibre 38, por lo que el joven conductor es detenido. Tras unas horas de interrogatorio confiesa su pertenencia a una secta de "magia negra" que utiliza el rancho para realizar sus sacrificios rituales con seres humanos, además del narcotráfico.

Estas sorprendentes confesiones obligan a la policía a registrar el rancho, hallando allí otros ciento diez kilos de marihuana... y algo mucho más macabro: un caldero de hierro de hedor pestilente que contiene sangre seca, un cerebro humano, colillas de cigarros, 40 botellas vacías de aguardiente, machetes, ajos y una tortuga asada. Alrededor de la casa, una fosa común con doce cadáveres descuartizados, a los que se había extirpado el corazón y el cerebro en algún extraño ritual.

Entre ellos se hallaba el cuerpo de Mark Kirloy, un estudiante de medicina desaparecido en marzo de 1989 al que habían amputado las dos piernas y el cerebro, y con parte de cuya columna vertebral el líder del grupo se había fabricado un alfiler de corbata que le servía de amuleto...

Los agentes de la policía judicial detienen a un grupo de personas implicadas, quienes confiesan haber matado a esos individuos por orden del "Padrino" Adolfo de Jesús Constanzo, de 27 años de edad e hijo de un americano y una cubana practicante de la Santería y Palo Mayombe, a cuyas artes mágicas había iniciado desde que tenía tres años.

En 1980, Constanzo comienza a vender sus servicios como mayombero en Miami, trasladándose posteriormente a Méjico en dónde obtiene un gran éxito con sus trabajos de magia negra. Su excelente reputación entre las altas esferas le sería debida a los poderes mágicos que le eran atribuidos, al misterio que continuamente le rodeaba y a su carismática personalidad.

Los rituales de purificación o limpias (ceremonias para limpiar "malas energías negativas") y de protección, le proporcionan entre ocho mil y cuarenta mil dólares entre sus clientes, la mayoría, importantes personalidades americanas.

Ávido por obtener más poder, comienza a efectuar sacrificios en sus rituales para dar mayor sensacionalismo y espectáculo, siempre ayudado por una joven divorciada que se convertiría en su musa y amante, la estudiante norteamericana de 24 años Sara Villarreal Aldrete.

Sara se convierte en gran sacerdotisa del culto y participará activamente en todas las sangrientas ceremonias, además de reclutar a nuevos miembros y explicarles las actividades de la secta.

Adolfo convence a los demás que serán completamente invulnerables a las balas y que tendrán el poder de hacerse invisibles si siguen al pie de la letra sus instrucciones: confeccionando una ganga o caldero mágico con unos ingredientes especiales además de secretos en los ritos de Palo Mayombe, como son la sangre y algunos miembros humanos mutilados, preferentemente cerebros de criminales o locos, a ser posible de hombres de raza blanca, pues supuestamente éstos son más influenciables por el verdugo. (Para el autor del asesinato la tortura a la víctima es un factor muy importante, pues el alma de la víctima debe aprender a temer a su verdugo por toda la eternidad con el fin de hallarse para siempre sujeta a él.)

El rito termina cuando los participantes beben la "sopa" del caldero formada con la sangre de la víctima, su cerebro y los demás elementos que completan la siniestra ganga... lo cual les dará todo el poder que los criminales deseen.

Los detenidos revelaron además la existencia de otra sede del grupo en otras ciudades mexicanas, en dónde se fueron descubriendo más delegaciones y sucediendo una serie de detenciones.

A partir de ese momento, más de trescientos policías participan activamente en la búsqueda de Constanzo y sus seguidores más próximos: Sara Aldrete, Alvaro de León Valdez, Omar Francisco Orea, y Martín Quintana, quienes emprenden una huida por todo México durante tres semanas.

Constanzo intenta negociar con las autoridades mexicanas amenazando con revelar todos los nombres de los personajes conocidos que participan en su culto, pero esto pesa poco comparado con la atrocidad de sus crímenes y la policía se muestra intransigente. (Estas negociaciones se han mantenido en secreto durante mucho tiempo por lo que más tarde saldría a la luz pública: que numerosos policías habrían estado implicados en la secta).

Mientras éstos eran perseguidos, las detenciones en distintas ciudades con narcosatánicos se multiplicaban. Sintiendo que el fin de sus crímenes estaba cerca, Adolfo y sus cómplices se refugian en una mansión de las más lujosas del Obispado de Monterrey, con un circuito cerrado con seis cámaras que vigilaban el jardín y accesos a la vivienda protegidos.

El 6 de mayo, son descubiertos por algunos agentes de la policía judicial que se hallaban registrando la zona, y sintiéndose acorralados, los cómplices del Padrino comienzan a dispararles desde una ventana del edificio en la calle Río Sena de la Ciudad de Méjico.

Al momento se presentan varias patrullas de refuerzo que pueden acercarse y llegar hasta el cuarto piso, desde dónde disparaban. Dentro se encontraban Constanzo y los demás, quienes habían hecho un pacto de suicidio mutuo si no lograban deshacerse de los policías.

Viendo la gran cantidad de agentes que les rodeaban y ganaban terreno a cada paso, desesperado, ordena a su compañero Valdez que le dispare con una ametralladora que le tiende, y Quintana, fiel con su líder decide de suicidarse con él. Ambos se meten en un armario ordenando disparar a Valdez.

Unos instantes después, son detenidos tan solo tres supervivientes, contabilizándose unos quince seguidores fieles de estos sangrientos cultos.

Según las aterradoras declaraciones de Sara a la policía, desde que conoció a Constanzo, mantuvo una doble vida comportándose como una chica normal con sus amigos y familia, y como una fría asesina por otro.
Ella misma se dedicaba a torturar a alguna víctima, entre las cuales Gilbert Sosa, un traficante de drogas. Delante de los demás miembros del culto, ordenó que se le colgase del cuello, con las manos libres para que pudiese sobrevivir agarrándose a la cuerda. Luego lo sumergió en un barril de agua hirviendo, mientras ella le arrancaba los pezones con unas tijeras.

Confesaría además otros crímenes brutales, cómo uno de los miembros de la secta mantiene a la víctima con vida después de haberle cortado el pene, las piernas y los dedos de las manos. Le abre el pecho de un machetazo y le agarra el corazón sin desprenderlo, lo muerde a dentelladas mientras el moribundo lo mira agonizando...

Más tarde negaría su participación en los desquiciados rituales, asegurando que el Padrino la retuvo contra su voluntad al haberse descubierto la matanza de Matamoros.

En la actualidad Sara Aldrete Villarreal purga una pena de 50 años por homicidio en una cárcel mexicana, sin siquiera saber que su historia ha inspirado la "Perdita Durango" de Alex de la Iglesia, película estrenada en septiembre de 1997.
 
Henry Lee Lucas & Otis Toole

Henry nace en Virginia el 23 de agosto de 1936, sufre una atormentada infancia por los malos tratos de una madre prostituta y un padre alcohólico. Sufre un total abandono, ninguna atención, desnutrición, además de malos tratos psicológicos.

A veces es obligado a presenciar las actividades sexuales de su madre con distintos hombres, y ésta lo suele vestir como una niña.

Desde muy joven tiene que aprender a valerse por sí solo. Las vejaciones a las que se ve sometido siendo tan joven, lo acaban transformando en un adolescente frío y visceral... en esa época empezará a maltratar animales y a experimentar relaciones zoofílicas, además de acosar sexualmente a su hermanastro adolescente.

Muy pronto entra en el mundo de la delincuencia, secuestrando y matando a una chica cuando sólo contaba con 15 años. Lo internan en varios correccionales de menores, pero siempre saliendo al poco tiempo.

Finalmente en 1960, en el transcurso de una violenta disputa con su madre Henry pierde un ojo accidentalmente, y preso de un ataque de ira le propina diversas puñaladas que acaban con su vida. Es condenado a la cárcel y posteriormente trasladado a un hospital psiquiátrico, en dónde se le diagnostica una psicopatía con desviaciones sexuales y sadismo.

Diez años después es de nuevo detenido por la tentativa de secuestro de dos adolescentes, pero su verdadera etapa como peligroso criminal comienza cuando, una vez en la calle, conoce a otro célebre asesino en serie, OTTIS TOOLE. En 1979, Toole se lo lleva a su casa y lo convierte en su amante.

Percatándose de sus problemas económicos, le propone que se quede a vivir con él, y ambos descubren su inclinación común: el asesinato. Con unos pocos dólares sacados en pequeños trabajos, se compran un coche de segunda mano, y sin preparar sus crímenes lo más mínimo, se dedican a recorrer la autopista I-35 a la búsqueda de autoestopistas o automovilistas con el coche averiado.

Conducen a las víctimas (bien hombres, mujeres o niños, les da igual) a un camino apartado, los matan, los violan para posteriormente mutilarlos y descuartizarlos. Toole siente inclinación por el canibalismo, y recoge algunas partes de los cuerpos descuartizados, como los brazos o piernas para asar en su barbacoa.

El caso de Henry, es muy típico en el de este tipo de personajes, tiene pánico al sexo y solamente puede hacer el amor con las víctimas desmayadas o muertas. Él las ejecutaba para gozar en diferentes partes de los cuerpos que había descuartizado. Consideraba a las víctimas como objetos destinados a despertar su deseo...

En los relatos de sus crímenes, si las declaraciones de ambos son ciertas, se constata que Henry mata casi siempre a mujeres, estrangulándolas o apuñalándolas, y Toole se encarga de matar a los hombres, generalmente con un arma de fuego, especialmente las de calibre 22. Los dos mutilan casi siempre los cadáveres, Lucas las muerde o las despedaza con un cuchillo, les corta las partes genitales e intenta decapitarlas... llegando a conducir en algunas ocasiones con una cabeza ensangrentada en el asiento trasero del automóvil.

Toole prefiere despedazar los cadáveres masculinos, especialmente las costillas, brazos, nalgas y piernas para cocer los trozos y comerlos. Henry no come la carne humana que cocina su compañero, por que según él:
"No me gustaba el sabor de la salsa picante con la que preparaba la carne..."

Ambos violan a sus víctimas, Henry a las mujeres y Ottis a los hombres. El 1 de noviembre de 1979 se descubre el cuerpo sin vida de una joven (todavía hoy sin identificar), cuyo único distintivo eran unos calcetines de color naranja. El cuerpo se encontró debajo de un puente en la autopista I-35.

Un sheriff texano encargado de investigar "el crimen de los calcetines naranjas", descubre en la prensa regional varios otros muy similares cuyas víctimas, de diferentes edades y sexo fueron violadas, estranguladas, apuñaladas o con el cráneo destrozado a golpes... y también halladas cerca de la misma autopista.

Alarmado, convoca una conferencia el 28 de octubre de 1980 a la que acuden varios policías de diversas jurisdicciones, e intercambian los informes y todos los datos acumulados para mantenerse al tanto y colaborar en los casos, que sospechan que están relacionados.

El 11 de junio de 1983, Henry es detenido por posesión ilegal de armas, y confiesa ser el autor de los crímenes. Es sometido al detector de mentiras, y los resultados confirman las declaraciones, sin embargo los policías siguen sin pruebas para poder inculparlo. Después de confesar varios centenares de crímenes a la policía, cambia su estrategia retractándose y asegura que sus confesiones son un embuste, que sólo ha asesinado a su madre.

Es un gran manipulador, pues sabe que así los crímenes no aclarados serán cerrados. Tras numerosos interrogatorios, se retracta e inculpa en sucesivas ocasiones mintiendo descaradamente, y como el polígrafo no es considerado como una prueba ante el juez, la policía se ve obligada a dejarle en libertad por falta de evidencias materiales.

De todos modos creen que es responsable de ciento cincuenta y siete asesinatos, de los cuales ciento ocho los cometió en compañía de Ottis.
Además de la crueldad de sus crímenes, los dos personajes confiesan otro hecho muy inquietante: Ottis asegura tener relación con una secta satánica, para la cual los dos asesinos secuestrarían niños, con los cuales se llevarían a cabo sacrificios rituales, pornografía dura e incluso películas snuff, en las cuales se tortura a la víctima y se la mata lentamente mientras una cámara graba las escenas en un plano fijo.

Según unas declaraciones de Toole:
" Hubo una época en que ganábamos dinero vendiendo niños a México, que empleaban para películas porno... otros los vendían directamente a gente rica... teníamos una especie de altar y les rajábamos la garganta, bebíamos la sangre y a veces cocíamos los cadáveres... a veces los nuevos miembros cortaban los cuerpos antes de follárselos... y después follaban a los animales y los mataban... y después había una gran fiesta durante la cual comíamos a alguien y a los animales..."

Cuando estaba en prisión un día llamo al guardia y le contó que había una luz que le estaba hablando, y le pidió papel y lápiz para escribir una carta al sheriff en la que garabateo: "he intentado conseguir ayuda, y nadie me creerá, he matado a una chica que amado con toda mi alma, llevo matando durante los diez últimos años y nadie me creerá"

Fue juzgado por 10 crímenes a 6 cadenas perpetuas, 1 pena de muerte, 2 penas de 75 años y otra de 60 años de cárcel.

En diciembre de 1990, Henry es condenado a la pena de muerte por cuatro asesinatos en Florida y otros veinte en las jurisdicciones vecinas. Se le fija por primera vez una fecha para la ejecución el 3 de diciembre de 1990, pero la Corte de Apelaciones Penales opta por aplazar la orden cinco días antes.

Todavía se le considera sospechoso de 126 asesinatos, en 27 estados diferentes. Hoy por hoy asegura ser inocente de todos los crímenes, y dice que a su madre no la mato, si no que solo golpeo. La policía en un expediente confeso que Henry apuñalo a su madre diversas veces y que una vez muerta la violo repetidas veces.

En 1998 después de 13 años de espera en el corredor de la muerte para ser juzgado con la inyección letal, George, Bus jr le conmuto la pena de muerte por cadena perpetua.

El viernes 26 de junio de 1998, el gobernador de Texas, George Bush, conmutaba la pena de muerte a Henry Lee Lucas, uno de los psicópatas más sádicos entre los asesinos en serie.

El gobernador, que en muy pocas ocasiones ha mostrado este tipo de clemencia, admitió la recomendación de la Junta de Revisión y Perdón de Texas, quién aconsejaba no ejecutar al asesino por haber encontrado lagunas sobre su completa culpabilidad. (La prensa, la policía local de Texas y algunos políticos los habían acusado de haber cargado a la cuenta de Henry muchos crímenes sin resolver).

A pesar de dicho indulto, Henry tendrá que cumplir los doscientos diez años de cárcel que tiene pendientes, así como seis cadenas perpetuas por los nueve crímenes que sí se le han reconocido. El mismo Bush declaraba a la prensa: "Mientras Lee Lucas es culpable de cometer una larga relación de horribles crímenes, existen serias dudas, sin embargo, acerca de su culpabilidad en alguno de los casos"

Su retrato fue llevado al cine, por el director de cine, John McNaughton en Henry, Retrato de un asesino(1986) y Henry, Retrato de un asesino 2.
 
AILEEN L. WUORNOS

Ailen Wuornos es una de las pocas mujeres que se incluyen en la lista negra de las asesinas seriales. Esta mujer, desde 1988 asesinó a tiros a más de siete de sus clientes mientras ejercía de prostituta, torturando previamente a uno de ellos. “Se lo merecían, lo siento por sus familiares, pero lo único que hice fue defenderme”, afirmaba Aileen.

Aileen Lee Wuornos espera en el Corredor de la Muerte del Condado de Broward, al ser declarada culpable del asesinato de seis hombres. Esta incriminación es considerada como polémica y muchos colectivos reivindican la absolución de Wuornos, quienes creen que ésta no miente al decir que todos esos hombres la habían violado o intentado violarla, y que si los mató fue en defensa propia.

En el juicio, aseguró que en el momento de los crímenes estaba trabajando como prostituta de carretera, y que todos los hombres que mató, eran hombres que la habían escogido a ella y que posteriormente la habían atacado violentamente. Lee tuvo muchos otros clientes durante este período y nunca les hizo el menor daño. Incluso muchos de esos clientes que testificaron en el juicio, la apoyaron jurando ante los jueces que se habían pasado días o semanas con ella y tan siquiera les había amenazado.

Los abogados de la defensa basaron sus argumentos en documentos apropiados para el caso: una serie de estudios y estadísticas sobre un grupo de prostitutas que explicaban el por qué estas mujeres tienen más posibilidades de ser violadas que las mujeres que ejercen otros trabajos (un promedio de 33 veces por año).

Además, la policía nunca o casi nunca investiga las agresiones hacia este grupo marginal, y menos los crímenes, los cuales son achacados al consumo o tráfico de estupefacientes o ajustes de cuentas.

Aileen Wuornos sólo ha sido procesada una vez por el asesinato de Richard Mallory, pero ha sido declarada culpable de seis asesinatos.

En su confesión, una cinta de video que era el testimonio más importante del juicio, Lee dijo más de 60 veces que ella actuó en defensa propia. La defensa aseguró que Mallory no tenía ningún antecedente por delitos de violencia sexual, pero poco después se demostró, que al contrario, se había declarado culpable de tentativa de violación en Maryland, y había amenazado dañar a otras mujeres. Estos testimonios no han sido presentados en el juicio, siendo ocultados a los jueces.

Cuando estas evidencias fueron por fin presentadas, el juez las declaró inadmisibles entonces por ser demasiado tarde. Además, los abogados del primer juicio tampoco interpelaron a varios testigos quienes habían ofrecido información que corroboraba el testimonio de Wuornos.
 
GEORGE GROSSMAN
EL MONSTRUO ALEMAN


Georg Karl Grossman fue uno de los personajes más desagradables de la historia de Alemania.

Grossman era un monstruo en la vida real y estaba dominado por perversiones tan depravadas que parecen sacadas de las películas gore más atroces. Nació en Neurupen en 1863 y fue un degenerado sexual y un sádico desde joven.

En 1921 la policía fue alertada por un vecino de Grossman, que había oido unos golpes y gritos la casa de al lado. Cuando llegó la policía los golpes habían cesado, los gritos también. Pero cuando entraron en la casa de George hallaron una joven muerta, aun caliente, preparada para ser asada y consumida en una barbacoa.

Grossman llevaba 8 años viviendo en aquel apartamento y el número de chicas de la calle que pasaron por allí para satisfacer el apetito de George era estremecedor.

George sabía sacar provecho económico de sus placeres y convertía a sus víctimas en perritos calientes que posteriormente vendía en la estación de tren. George Karl Grossman ahorraba dinero consumiendo sus propios productos.

En cuanto a los restos inservibles, se limitaba a arrojarlos al río Spree.
No se sabe cuantas víctimas (todas mujeres) cayeron a manos de George; Grossman acabó suicidandose en su celda mediante el ahorcamiento.
 
FRITZ HAARMAN
EL VENDEDOR DE CARNE


Fritz Haarmann era homosexual, de 45 años con un historial delictivo importante.

El día de su juicio se le acusó de 27 homicidios. La lista víctimas, todas ellas muchachos entre los 12 y 18 años era tan larga que cuando se la leyeron a Haarmann se vió obligado a decir: "Podría ser" o "No estoy seguro de ese".

Mataba a sus víctimas de un mordisco en la garganta; después separaba la carne de los huesos, y vendía la carne en el mercado negro para el consumo humano.

La fuente víctimas de Fritz era la estación de tren de Hanover donde acudían en masa niños que habían perdido sus raices y jovenes que huían de hogares destrozados por la guerra. En una ocasión hubo una investigación policial en la casa de Haarmann y la policía hizo un examen tan penoso que se les pasó por alto la cabeza de un joven envuelta en papel de periódico, que estaba detrás de la cocina.

Finalmente las sospechas de los vecinos que veían entrar cantidad de muchachos en su casa pero que no volvían a salir llevó a la policía a investigar la casa de Fritz otra vez. En esta ocasión se encontraron un montón de objetos personales de gente que se consideraba desconocida y algo mucho más acusador: las paredes estaban cubiertas de sangre. El propio Fritz pidió al juez ser condenado a pena de muerte.

El tribunal le concedió su deseo y Haarmann fue decapitado el 20 de Diciembre de 1924 en Alemania.
 
HENRY LEE LUCAS
EL ASESINO DE LA AUTOPISTA


Quizás sea uno de los asesinos más famosos de la historia americana. Se le atribuyen más de un centenar de crímenes, pero la realidad es que quizás solo haya perpetrado entre 5 y 10.

Henry es el tipo de psicópata sádico con un historial realmente sangriento, y si nos remontamos a su niñez descubrimos una infancia en un entorno familiar totalmente desestructurado, abusos, crueldad y humillación.

Su padre, alcohólico, se suicidó después de un sin fin de humillaciones por parte de su esposa, prostituta, la cual obligaba a Henry a observarla cuando estaba con sus clientes. Esta sería una de las primeras víctimas de Henry, a la cual después de asesinarla con un cuchillo viola su cadáver.
Henry en unión de Ottis Toole siembran de cadáveres el país, siendo sus víctimas en su mayoría autoestopistas.

Henry se auto inculpó de muchos crímenes estando en prisión, pero tiempo después se fue descubriendo que era su afán de notoriedad lo que le inducía a declararse culpable.

Hoy en día niega sus crímenes y asegura que es inocente.
En 1.983 el gobernador de Texas le conmutó la pena de muerte por cadena perpetua.

Henry Lee Lucas, un niño no deseado, era golpeado frecuentemente por su madre, Viola Lucas, y sometido a varias crueldades psicológicas, continuamente lo vestían como niña, y lo forzaban a ver a su madre trabajar como prostituta. La madre también golpeaba a su alcohólico padre, Anderson Lucas, un pobre desgraciado que no pintaba nada en la familia al que le faltaban las 2 piernas y utilizaba un carrito para desplazarse. Desnutrido y jamás educado, nunca desarrollo una habilidad para darle valor a la vida.

Sus primeras experiencias sexuales fue con animales, violaba ovejas y perros, y desde el primer momento relacionó el sexo con la muerte: cuando se corría le rajaba el cuello al animal.

En 1950 murió su padre en extrañas circunstancias, éste tuvo una discusión con Viola y abandonó la casa, y al día siguiente lo encontraron congelado en el bosque. Tras la muerte de su padre Henry abandonó definitivamente su casa e inició una prolífica carrera delictiva con pequeños robos ingresando pronto en reformatorios y finalmente en la cárcel, dónde probó el sexo con humanos por primera vez. Salió en libertad por poco tiempo en 1959, al salir volvió a su casa y tras una fuerte discusión con su madre terminó rajándole el cuello con una navaja, e hizo realidad una fantasía que tuvo desde siempre; acabó realizando el acto sexual con el cadáver de su propia madre.

Fue sentenciado a ir a prisión y luego 5 años a un hospital psiquiátrico, donde fue descrito como un psicópata suicida, sádico, y con desviaciones sexuales. Aún con estos síntomas, fue puesto en libertad en 1970. Se fue a vivir con su hermana Opal y con el marido de ésta, que ya le creían rehabilitado hasta que poco tiempo después les mató al perro, y algo más tarde La siguiente reincorporación al mundo real fue diferente, Henry tenía ganas de formar una familia: una mujercita que cuidase de él y unas preciosas hijas que le mostrasen su afecto, a poder ser de la forma más explícita. Cómo no podía esperar a crearla y engendrar las hijas y todo eso, fue directamente a por una familia ya formada, y en 1977 se casó con la amiga de una hermana que tenía 2 hijas (Cindy de 8 años y Kathy de 9).

El panorama era perfecto; mientras su mujer salía a trabajar Henry se quedaba en casa todo el día "cuidando" de las niñas. Su idea era fornicar con ellas todo el día, pero la menor tenía mal carácter y se tuvo que conformar en hacerlo sólo con la mayor, eso sí obligaba a Cindy a mirar cada vez que lo hacía con su hermana. Aprovechó al máximo esta situación pero acabó aburriéndose de la rutina sexual por lo que acabó largándose por las buenas sin dar ninguna explicación.

Empezó a vagar con su coche por América y fue en Miami donde se encontró con el que iba a ser su inseparable amigo Ottis. Ottis no tenía nada que envidiar a Henry, era pirómano, homosexual, aspirante a transexual, asesino y ligeramente retrasado.

Tenía un pasado bastante potente, empezó vistiéndose de niña a los 7 años, a los 11 tuvo una larga relación sexual con su hermana Drusilla hasta que ésta ingresó en un reformatorio. Luego se lió con un vecino homosexual combinando sus aficiones homosexuales con las de pirómano: incendiaba una casa y cuándo esta ardía Ottis se masturbaba contemplando el espectáculo. A los 13 ofrecía felaciones gratis a los borrachos de su barrio: le excitaba sentirse utilizado. Cometió varios robos y acabó en el reformatorio. Entrando y saliendo varias veces más de la cárcel por diversos motivos; en una ocasión le pillaron en un parque intentando practicar sexo a homosexuales, el muy imbécil se insinuó a un poli que iba de paisano. A pesar de ello Ottis tenía responsabilidades, por la noche se corría sus juergas pirómanas o gays y por el día cumplía religiosamente con su jornada laboral.

Henry y Ottis formaban una pareja perfecta, Henry no era demasiado fuerte pero sí muy inteligente y Ottis era capaz de tumbar de un puñetazo a cualquiera, además al no ser demasiado inteligente vio en Henry a una especie de iluminado.

La autopista I-35 que cruzaba todo el país se convirtió en su particular coto de caza privado. Nunca mataban a 2 personas en el mismo sitio y después de sus matanzas solían descuartizar los cadáveres y repartir los miembros por todo el país, lo cuál hizo muy difícil la reconstrucción de los casos por parte de la policía. La especial habilidad de Henry para matar y no ser descubierto les permitió cometer sus atrocidades bestia por toda América durante varios años. A Henry lo que le gustaba era asesinar a mujeres de ojos grandes y buenos senos. Primero fornicaba con ellas, se quedaba insatisfecho, las acuchillaba o retorcía el cuello y luego las volvía a penetrar obteniendo entonces el placer, disfrutaba mucho más fornicando con un cadáver que con un ser vivo.

Por su parte Ottis como era homosexual prefería violar a un hombre, obtener placer sexual y luego le mataba a tiros, no le gustaban los cuchillos, se lo pasaba mejor con la pistola y disfrutaba con la sensación de cowboy que recorría su cuerpo después de matar a alguien a bocajarro. Otras veces, en señal de amistad Henry ayudaba a Ottis en sus actividades piromaniacas. La vez que más se divirtieron fue cuándo quemaron una casa con un viejo dentro. Contemplaron desde la calle como el anciano pedía ayuda por la ventana y moría abrasado, Ottis culminó la experiencia masturbándose allí mismo.

Viajaban en destartalados coches y para ahorrar gastos solían vivir y dormir en el coche, cómo nunca se lavaban ni se cambiaban de ropa el coche les iba bien para ir tirando. Pero a pesar de su mal aspecto y su mal olor eran simpáticos y sabían congeniar con las personas, por lo que cuando se ganaban la confianza de alguien le mostraban el otro lado de su oscura personalidad matándole, abusando sexualmente de él y descuartizándole.

Cuando Ottis volvía a su casa para trabajar unas cuantas semanas Henry seguía en solitario, pero al no cargar con Ottis podía dedicarse exclusivamente a las mujeres. En una ocasión en el 78 conoció a una chica en el parking de un edificio, ésta le invitó a subir a su casa. Con la única ayuda de su "encanto" personal Henry la convenció para hacer sexo, ella aceptó pensando que Henry era un tipo normal, cuando Henry comprobó, como de costumbre, que no podía llegar a la eyaculación, la acuchilló, volvió a penetrarla y tras el clímax le clavó una navaja por el ano.

A principios de los 80 entró en escena la sobrina de Ottis, Becky Powell. Tenía 15 años pero se comportaba como si tuviese 10. Ottis la invitó a acompañarles en sus viajes y Becky aceptó encantada. Con ella innovaron en sus técnicas, el nuevo procedimiento consistía en enviar a Becky a llamar a las puertas de las casas, esperar a que abriesen y entonces entrar todos en manada. Becky se lo tomaba como un juego y pronto les cogió mucho cariño, especialmente a Henry, el cuál la convirtió en novia oficial. Esa relación trajo problemas en la amistad entre Henry y Ottis, ya que Henry decidió tomarse en serio su nueva relación y estuvo unos meses sin matar a nadie deseando encontrar algo de paz interior.

Al poco tiempo la pareja empezó a trabajar cuidando a una anciana, Kate Rich, estuvieron varios meses hasta que Henry decidió reemprender camino de nuevo, acabaron viviendo en una granja de predicadores denominada House of Prayer. Vivieron un tiempo allí hasta que Becky sintió nostalgia de su hogar y pidió a Henry que la dejase ir a Florida a ver a su familia, la idea no le gustó a Henry ya que sabía que si Becky iba con su familia ésta le apartaría de él, pero al final acabó cediendo.

Iniciaron el viaje en auto-stop hasta que tuvieron una discusión en medio de la autopista, Henry zanjó el asunto clavándole un cuchillo en el corazón, seguidamente fornicó con el cadáver en el que, según comentaría posteriormente, fue el mejor polvo con Becky. Acababa de cometer el mayor error de su vida y no contento con ello fue a ver a Kate Rich diciéndole que Becky quería verla, en el camino hacia la granja Henry acuchilló a la anciana sin ningún motivo.

El arresto ya era sólo cuestión de tiempo ya que no era difícil relacionar lo acontecido. Y sucedió, la poli no tardó en dar con él y tras un par de interrogatorios descubrieron que tenían ante sí probablemente al "serial killer" más sanguinario de la historia de América. Henry estaba cansado, ya no tenía ganas de seguir matando, había llegado el momento de recrearse recordando los buenos tiempos.

Confesó los asesinatos de Becky y Kate Rich y docenas de asesinatos más de los que ni siquiera era sospechoso. Ottis también fue arrestado por pirómano y confesó haber acompañado a Henry en muchas de sus matanzas. Ottis fue condenado a cadena perpetua y Henry espera su turno para ser ejecutado. La sentencia estaba fijada para 1988, pero fue aplazada a última hora.

No se sabe que oscuros pensamientos cruzan su mente en la actualidad, pero lo que sí es seguro es que no se arrepiente de haber cometido ninguno de los 360 asesinatos que se cree que ha cometido, aunque en algunos interrogatorios asegura haber cometido unos 900.
 
ADOLFO DE JESUS CONSTANZO

Desde el rancho de Santa Elena, (ciudad fronteriza de Matamoros, Méjico), Adolfo de Jesús Constanzo y su banda transportaban semanalmente una tonelada de marihuana al país vecino, el lugar no era sólo un centro de distribución de drogas. En 1989 fueron acusados de asesinar a más de una docena de personas durante unos rituales de un culto afroamericano.

Habían convertido el rancho en una verdadera casa del terror.

La policía detiene en un rutinario control, la camioneta de uno de los miembros del rancho, encuentran restos de marihuana y una pistola, por lo que es detenido. Tras unas horas de interrogatorio confiesa su pertenencia a una secta de magia negra que utiliza el rancho para realizar sus sacrificios rituales con seres humanos, además del narcotráfico.

La policía va a registrar el rancho, hallando allí otros 110 kilos de marihuana... y algo mucho más macabro: un caldero de hierro de hedor pestilente que contiene sangre seca, un cerebro humano, colillas de cigarros, botellas vacías de aguardiente, machetes, ajos y una tortuga asada.

Alrededor de la casa, una fosa común con 12 cadáveres descuartizados, a los que se había extirpado el corazón y el cerebro.

Los agentes de la detienen a un grupo de personas implicadas, quienes confiesan haber matado a esos individuos por orden del "Padrino" Adolfo de Jesús Constanzo, de 27 años.

Constanzo comienza a vender sus productos de magia. Su excelente reputación entre las altas esferas le sería debida a los poderes mágicos que le eran atribuidos, al misterio que continuamente le rodeaba y a su carismática personalidad. Ávido por obtener más poder, comienza a efectuar sacrificios en sus rituales para dar mayor espectáculo, siempre ayudado por una joven que se convertirá en su musa y amante, Sara Villarreal. Sara se convierte en gran sacerdotisa del culto y participa activamente en todas las sangrientas ceremonias, además de reclutar a nuevos miembros y explicarles las actividades.

Adolfo convence a los demás de que tendrán el poder de hacerse invisibles y mas si siguen al pie de la letra sus instrucciones: confeccionando un caldero mágico con unos ingredientes especiales en los ritos de Palo Mayombe, como son la sangre y algunos miembros humanos mutilados, preferentemente cerebros de criminales o locos, a ser posible de hombres de raza blanca, pues supuestamente estos son más influenciables por el verdugo.

El rito termina cuando los participantes beben la sopa del caldero formada con la sangre de la víctima, su cerebro y los demás elementos... lo cual les dará todo el poder que deseen. Los detenidos revelaron la existencia de otra sede del grupo en otras ciudades mexicanas.

A partir de ese momento, la policia los busca incansablemente, Constanzo intenta negociar con ellos, ya que gente importante pertenecía a su secta... pero fue en vano. Constanzo y sus mas cercanos seguidores deciden esconderse en una mansión de un Obispado. Al poco tiempo son descubiertos, y tras haber hecho un pacto de suicidio mutuo sin no logran deshacerse de los policias, se encierran en un armario ordenando a otro seguidor que dispare. La policia detiene a 3 de sus seguidores.

Según las declaraciones de Sara, desde que conoció a Constanzo, mantuvo una doble vida: una chica normal con sus amigos y familia, y una fría asesina por otro. Ella misma se dedicaba a torturar a alguna víctima. Delante de los demás miembros del culto, ordenaba que se colgase del cuello a la víctima, con las manos libres para que pudiese sobrevivir agarrandose a la cuerda. Luego lo sumergia en un barril de agua hirviendo, mientras le arrancaba los pezones con unas tijeras.

Confesaría además otros crímenes brutales, como mantener a la víctima con vida tras cortarle el pene, las piernas y los dedos de las manos; abrirle el pecho de un machetazo y agarrarle el corazón sin desprenderlo, morderlo a dentelladas mientras el moribundo lo mira agonizando...
Más tarde negaría su participación en los rituales, asegurando que el Padrino la retuvo contra su voluntad al haberse descubierto la matanza de Matamoros.

En la actualidad Sara cumple una pena de 50 años por homicidio, sin saber que su historia ha inspirado la película "Perdita Durango".
 
ALBERT DE SALVO
EL ESTRANGULADOR DE BOSTON


Entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964, se cometieron trece asesinatos por estrangulamiento en la ciudad de Boston. Las víctimas, todas mujeres, casi siempre mostraban haber sido violadas reiteradamente.

Seis de entre ellas tenían entre 55 y 75 años. Las otras cinco tenían entre 19 y 23. Además, existen otras dos víctimas de 85 y 69 años de edad, pero no se ha podido demostrar que haya sido el mismo asesino.

La primera de una larga serie de víctimas sería Anna Slesers, de 55 años. Fue hallada por su hijo, estrangulada con el cordón de su bata. Su vagina mostraba evidencias de un ataque sexual con un objeto desconocido. Su apartamento mostraba indicios de haber sido saqueado... o más bien como si el agresor se hubiese esforzado en hacer que la escena pareciese de un robo...

A las dos semanas fue asesinada Nina Nichols, de 68 años. La mujer había sido estrangulada con sus medias y tenía síntomas de haber sido asaltada sexualmente. El lugar del crimen presentaba un aspecto similar al de la primera víctima: cada cajón estaba revuelto y todas las cosas esparcidas por el suelo a modo de robo, pero la Policía encontró varios dólares y algunos objetos de valor en el suelo, que el "ladrón" no se había molestado en llevar.

Ese muy mismo día, a unas quince millas, Helen Blake, de 65 años, encontró una muerte similar. Su apartamento también había sido "saqueado".

La policía hizo sonar la alarma advirtiendo a todas las mujeres en el área de Boston a cerrar con llave todas sus puertas y ser extremadamente cautas con los extraños, mientras se daba comienzo a una dura investigación.

Los detectives bostonianos comenzaron a interrogar a todos los hombres con antecedentes en el ámbito sexual: exhibicionistas, violadores, agresores, mirones...

Lo que buscaban era una persona con trastornos mentales, posiblemente con un complejo de Edipo o que odiase a su madre (o a su mujer), y que por sus agresiones a hembras de edad considerada tratase de borrar la imagen de esa madre temida.

Mientras la investigación se llevaba a cabo, siguieron apareciendo más cadáveres, todos ellos extrangulados y con salvajes muestras de violación. Pero no todas las víctimas eran mujeres blancas de edad avanzada. Las siguientes víctimas eran estudiantes de 20 y 30 años, entre las cuales también se hallaba una chica de color. En esta ocasión, el asesino dejó restos de semen en una alfombra cerca del cuerpo, y una vecina afirmó haber visto un hombre extraño en el edificio, que describió así: de unos 30 años, estatura media, pelo ondulado, chaqueta oscura y pantalón verde oscuro de trabajo.

No mucho después, la policía encontró un nuevo cadáver con 22 puñaladas, además del estrangulamiento típico, pero no mostraba signos de violación. El cuchillo de la agresión fue hallado en la cocina.
Los meses pasaban y la policía de Boston comenzaba a desesperarse. El asesino no dejaba pistas considerables para poder atraparle, y las mujeres seguían abriendo las puertas de sus casas a desconocidos a pesar de las advertencias de los agentes.

El Fiscal General de Boston (USA), incluso acudió a Peter Hurkos, un sensitivo con capacidades de videncia, en 1961, para pedir su colaboración en la búsqueda del estrangulador de Boston.

Para cuando Hurkos se unió a la policía, "el estrangulador" ya se había cobrado 11 de sus 13 víctimas.

La policía entregó al "detective psíquico" las medias y pañuelos –con doble nudo- que "El estrangulador" utilizaba para asesinar a sus víctimas, con los que llegaba a acostarse toda la noche para "impregnarse de su energía". Además facilitaron a Hurkos más de 300 fotografias de las víctimas y el lugar de los crímenes. En honor a la verdad debemos reconocer que Hurkos consiguió sorprender a los agentes, al facilitar datos concretos sobre algunos de los crímenes, que no se habían filtrado a la prensa ni –teóricamente- Hurkos podía conocer.

De hecho Hurkos tocaba las fotografías por el reverso, y era capaz de describir las escenas que recogían sin verlas. Más aún, llegó a identificar una foto que no tenía relación con el caso, y que la policía había colocado entre las demás para sondear la autenticidad o falsedad de sus poderes. Así que, tras ganarse la confianza de los investigadores, no les faltó tiempo para proceder a una detención cuando el vidente apuntó a un fetichista, Thomas O´Brian, como el presunto homicida múltiple... No deja de ser interesante, desde el punto de vista criminológico, que la policía se decida a ejecutar una detención basada en el testimonio de un vidente... Esto es relativamente compresible si analizamos en detalle el informe de Hurkos sobre O`Brian (en realidad un nombre falso facilitado por la policía para proteger la identidad del detenido).

Es cierto que los datos aportados por Hurkos sobre Thomas O´Brian resultaron absolutamente precisos. Lamentablemente no se trataba del asesino. Al menos no para la policía de Boston.

Un día, una mujer dio la alertó a la policía que patrullaba por una de las calles bostonianas. Un hombre acababa de entrar en su casa y al ver que su marido también se encontraba allí, había huído corriendo. La descripción coincidía con el hombre que buscaban, y al poco tiempo Albert DeSalvo, El Estrangulador de Boston, fue detenido.

DeSalvo era un hombre de 29 años, casado, con dos hijos y trabajaba como empleado en una fábrica de caucho. Nació en Chelsea, Massachusetts, el 3 de septiembre de 1931. Sus padres, Frank y Charlotte tenían cinco otros niños. Su padre era un hombre gravemente abusivo que regularmente pegó a su esposa y niños. Pronto Albert se convirtió en un pequeño delincuente, y fu arrestado más de una vez.
Su madre volvió a casarse y prefirió dejar al joven delincuente de lado para no tener problemas en su nueva relación.

Cuando estuvo en edad, Albert se alistó en el ejército, y en Alemania conoció a su esposa, Irmgard Beck, una mujer atractiva de una familia respetable. Cuando tuvieron su primer hijo, la mujer tuvo tantos problemas en el parto que le aterraban las relaciones sexuales, cosa que enojaba a DeSalvo, cuyo apetito sexual era anormalmente voraz y solicitaba sexo muchas veces al día.

Confesó que no recordaba haber cometido ningún crimen, que sólo recordaba como iba a trabajar y volvía rápidamente a casa para jugar con sus hijos antes de que fueran a dormir. Además, se sentía muy disgustado por los crímenes que le contaba la policía.

Un psiquiatra que colaboraba con la policía, James A. Brussels, llegó a hablar de personalidad múltiple, para luego determinar que era muy extraño que DeSalvo, si tenía personalidad múltiple no las mostrase en el curso de los exámenes psiquiátricos. Concluyó que en su caso, la causa de perturbación que le llevaba a olvidar lo que había hecho anteriormente era sin duda debido a una esquizofrenia. No un desdoblamiento, pero sí una ruptura de la personalidad.

DeSalvo fue considerado demente, pero fue condenado a cadena perpetua en 1966. En el psiquiátrico penitenciario murió apuñalado por un compañero de celda en 1973.
 
Fritz Harmann lo tenemos repetido, hexe :D lo posteé yo esta tarde y tú después. Ración de información extra para los lectores ávidos de asesinos :wink:

La verdad es que la lista es interminable.........

El tema de "Pituso" lo ha descubierto Mastuerzo y he posteado su historia (la del asesino, no la de Mastuerzo :P ) Se trataba del argentino Cayetano Santos Godino, llamado "petiso orejudo".
 
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