Hoy hablando con un amigo que está deprimido por cuestiones externas, le dije algo parecido a esto:
Partiendo de la base de que somos seres que vivimos en el interior y no en el exterior, es un poco estúpido pretender ir por ahí con aquella mirada tan limpia que te hace sufrir; primero, porque hasta esa mirada tan presuntamente cargada de objetividad está podrida por una subjetividad negativa, segundo porque si eres inteligente, sabiendo esto, deberías ser más inteligente aún para adelantarte a eso y sacar provecho de tu mundo como voluntad y representación, adaptándote de forma que los golpes del exterior sean lecciones de las que aprender, o placeres en los que ser un poco feliz. A veces -y no hablo por Max, que su intelecto siempre ha estado de sobra demostrado- los más pesimistas y negativos, los interpretamos como inteligentes por aquella aureola que parece decir que están por encima de todo y todos, pero que en realidad refleja impotencia y carencia de habilidades, muchos se dejan seducir por esos agujeros de negatividad creyendo que son ejemplos a seguir, lo cual es un error a veces fatal; yo, después de haber pasado por muchas fases, incluso por aquellas pesimistas o de élite y de narcisismo sobredimensionado, he llegado a la conclusión de que el más astuto no es aquel que se lamenta por haber nacido en un mundo maldito, sino aquel que moldea ese mundo a su gusto haciéndoselo más amigable, sin tener que traicionarse a sí mismo para ello. Esto último es más complicado de lo que parece.
Por otra parte pienso que gran parte del mundo está construido a base de aquellas personas fallidas, que tomaron el sufrimiento como fuerza creadora. De cada mil malditos existe uno que traspasó su propia barrera e hizo que todo mereciera la pena, puede que también sean necesarios.
Mi conclusión de todo esto es que si somos seres subjetivos, que viven a través de sus sentidos, no pretendamos ser lo que no somos, no seamos gilipollas. Hacerse sufrir a sí mismo por haber nacido humano es una idiotez teniendo en cuenta todas las posibilidades que tenemos.