Todos tienen la edad de la primera hornada de My Friend Ánsard. Fue poner pie a tierra en la España que Iba Bien y hale, a cagar conejillos españoles.
Dais por hecho que por haber nacido aquí tienen la nacionalidad y no tiene porqué ser así si los progenitores no son nacionales.
El jueves estaba por el centro de Valencia y se me cruzó un grupo de escoria multicultural, panchiespañola, no había moros ni negros en este caso.
Encabezaba el grupo un niño rata de manual, con sus gafas y cuerpucho, pero que al tener tatuajes por la cara y cuello, dejaba de ser fornitero a proyecto de traficante, llevaba bajo su brazo a una zorrupia de unos 16 con el coño ya dado de sí, por varios del barrio seguramente.
Y rezagados iban 3 tías, dos agarradas y un cani agitanado de esos enanos, porque para la edad que tendrían16 o así, ya no había estirón, de hecho eran unos marginales mal alimentados porque eran más bajitos que yo, 175, y los chavales de ahora suelen ser como yo mínimo con 15 años.
La cuestión es que el sujeto estaba diciendo con una voz ronca por la cantidad de porros y alcohol que ya se habría metido:
- Buah que han vuelto a meter a mi padre en la cárcel loco.
Pero el tono y la cara sonriente tatuada con un Louis Vuitton en la sien, denotaban orgullo por tener a su padre en la cárcel, cómo si le diera caché en ese grupo de escoria con futuro delictivo sin remedio.
Y aquí está la cuestión de la puta multiculturalidad que nos explota en la cara. Esos chavales no han crecido en sus países de mierda, si no aquí en España, tienen la misma educación que el hijo de tu vecino de pedigrí español, que sin ser como la japonesa, no se enseña a ser un delincuente en ningún caso, de hecho está pensada para crear amariconados y seres sintientes.
Es su puta cultura, transmitida de padres a hijos la que les hace ser la escoria que son, y encima contagiar como un virus a nuestra sociedad, que mas o menos a finales de los 90, el estado del bienestar había conseguido domesticar a base de rentas vitalicias a nuestros negros, los gitanos.
Yo de pequeño he ido con escoria, por crecer en un barrio de mierda, el Cabañal, pero mis padres no eran basura como los de gente con la que iba, y mi padre me ha dado buenas hostias por hacer el vándalo. Ya en los 80, lo de que un padre vaya a la escuela a pegar al maestro por castigar a su nene, no era infrecuente, y más en zonas de gitanos.
Y entro en el punto de lo que ha mencionado atrás el socio de diego creo, sobre la reinserción. Es muy difícil reinsertar a quien ha crecido, podría decirse, lleva en el ADN, ser un hijo de puta. Con 15 años que estén haciendo eso, se les puede considerar perdidos, pero es que no se debería invertir ni una gota de esfuerzo en ese tipo de escoria, cuando hay personas en situaciones mucho más salvables. Además opto por la deportación incluso de los familiares en estos casos de delincuencia.
Quiero recordar también para los votantes, que esto se viene avisando desde mucho antes de este vídeo que pongo, pero sirva como referencia su fecha 2018, y el lugar, una comisión parlamentaria, para que no pongan la excusa de que no se podía saber.
Aquí dice claramente que vamos de cabeza a esto que está sucediendo.