Para que me lleve un buen recuerdo de una chica, es necesario que haya habido buen feeling. Yo soy muy cariñoso y lo mismo espero de ellas, que para estar con una tía fría, mejor te compras una muñeca hinchable (¡¡¡que horror!!!) y a la larga te sale más barato, o te haces una paja, que también es un gran placer. Salvo las de la Casa de Campo y las callejeras en general, y con algunas excepciones, no hay persona más limpia que una puta, están todo el día lavándose y volviendo a lavarse, y a conciencia. Puede que el cliente anterior se haya corrido en su boca, y a mí me gusta mucho hacerlo si la chica lo permite, y las que me dejaron hacerlo se fueron enseguida a cepillar y enjuagar la boca con esmero, señal de buenas prácticas higiénicas.
Yo también soy fanático de las Brasileñas. Esas garotas son los mejores recuerdos de mi vida puteril (y tengo bastante experiencia). Me acuerdo especialmente de una con la que estuve en Bilbao hará dos o tres años, tenía 43 años, cuerpo muy juvenil y estaba buenísima (pelirroja con pecas, millones de pecas y las besé todíííísimas, qué rica). Acordamos una hora y al principio me arrepentí: quería besarla en la boca y me ponía la mejilla, una y otra vez, ni siquiera me concedió un piquito. Pensé que esto empezaba muy mal, que me había equivocado, que en dicho piso había otras chicas con las que me lo habría pasado mejor, aunque, de guapa, ésta no tenía nada que envidiarles a las otras, más jóvenes. La cosa cambió cuando empecé a comerle la almeja (al parecer, se me da muy bien), y a partir de entonces quién no dejó de morrear al otro fue ella, hasta tal punto que, entre las sesiones de cunnilingus intenso y los morreos, al día siguiente tenía agujetas en la lengua (jejeje...). Aquel día me había tomado un par de copas, estaba en el punto justo como para estar como un toro, con una erección tremenda pero sin llegar a eyacular (ese estado me encanta, el polvo dura más que las pilas Duracel), y la hora se alargó a dos, persiguiéndonos en la cama y por toda la habitación, magreándonos, besándonos, con penetración por todas partes y en todas las posturas imaginables. Es uno de mis mejores recuerdos.
Otro, también con una Brasileña, y también hace un par de años, en Madrid, la primera vez que citaba a una chica en el hotel. Ésta no tuvo reparos en que nos besáramos, con lo que el ambiente fue muy bueno (una novia, de alquiler, pero igual o mejor que una novia). Hicimos un 69, yo abajo y ella encima, me la chupaba que daba gusto y yo le estaba comiendo el coño que mojaba y mojaba... Llegó un momento en que me dí cuenta de que había dejado de chupármela, entonces acariciándole el cuerpo me enteré de que estaba medio erguida, tensa, disfrutando en silencio, pero gozando una barbaridad. Estaba triunfando, le estaba dando un orgasmo de los buenos, y no hay mayor satisfacción para mí. Fueron dos polvos de antología, disfrutando ambos, muy a gusto los dos.
Cuando se acabó, le digo que le invito a un café en el bar del hotel, donde me dijo que le esperaba una amiga suya, que resultó ser otra Brasileña que también se anunciaba en internet por aquel entonces. Mientras pedía las consumiciones al camarero, empezó a hablar con la otra en portugués (mira que tengo mucha facilidad para los idiomas, pero a éste estoy totalmente cerrado, no lo distingo del polaco...). El caso es que, cuando "la mía" acabó de hablar, la otra giró la cabeza y me miró con un brillo en los ojos que sólo he visto tres veces en mi vida en la mirada de una mujer. Aunque no entendí nada de lo que estuvieron comentando, esa mirada me dijo mucho y me acabó de convencer de que mi encuentro con aquella Brasileña había sido todo un triunfo, de lo que saco un enorme orgullo.
Se véis que la chica es limpia, no dudéis en besaros con ella, y si sabéis comer un coño como Dios manda (a mí me enseñó a hacerlo una antigua novia), es dificil que una mujer normal, por muy profesional que sea, se resista a esa divina caricia. En el caso de las Brasileñas, es posible que haya estado con cien (por decir un número). Sólo recuerdo una que fuera fría (no me toques el coño, los besos para mi marido, etc., total que la chica era guapísima - de revista - pero no valía para nada). Pero en general, a poco que las estimules, arrancan como un Ferrari y te dan un polvo alucinante, haciéndote disfrutar y disfrutando ellas mismas.
Perdón por extenderme tanto, pero quería compartir estas experiencias.
Que folléis mucho y muy bien.
Christian