lemikox
Freak
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Pues eso, que hasta los cojones de la gente que no respeta a los demás.
El viernes fui a la biblioteca de mi barrio porque quería probar que tal se estudiaba allí (silencio, luminosidad, tranquilidad… chorradas varias, ya saben);bueno, por eso y porque cuando hago los breaks puedo ojear alguna revistilla o leer por encima algún comic.
La biblioteca municipal consta de dos pisos; el primero incluye la entrada, baños, zona para los peques, sala de lectura* (esta habitación está separa-insonorizada de las demás y para acceder tienes que abrir una puerta de cristal)y dentro de esta hay otra habitación donde están las tuberías y los utensilios de la señora de la limpieza (o eso creo); y en el segundo tenemos la zona de estudio, más baños y una especie de secretaría.
*en la zona de lectura hay libros (obviamente), revistas, comics, música y películas.
Lo lógico hubiera sido subir al segundo piso pero… aunque sea una persona con sentido común e inteligencia antes que todo eso soy un “tío VAGO”; por lo tanto, mi decisión estaba clara: al piso de abajo (que no hay que subir todas esas putas escaleras).
ESE FUE MI ERROR, ahí comenzó mi calvario. A continuación relataré todos los pequeños sucesos que me ocurrieron:
1. Llegó el viejo impertinente, que se cree que la biblioteca es suya, y comenzó a saludar y hablar en voz alta a otro que estaba leyendo el periódico.
2. El otro viejo se leyó 4 ó 5 periódicos, cada vez que se levantaba y abría la puerta para dirigirse al mostrador (tienen que dejar el DNI para que las funcionarias les presten los periódicos) se ponía a hablar y comentar las noticias con la gente de recepción (las funcionarias); eso sí, la puta puerta la dejaba abierta para que todos nos enterásemos de las noticias de ese día.
3. En la zona de comics había una mochila en el suelo, estuvo ahí al menos un par de horas, y dentro de esa mochila se encontraba un puto móvil: sonó tres veces (aún sigo sin saber de quién coño era la mochila).
4. Apareció una chavala bastante rica. Yo pensé que mi suerte mejoraba pero… ¡NO! Y un cojón iba a mejorar. A la tía le dio el hipo, un hipo raro que en vez de expulsar lo mantienes dentro, era como si sufriera convulsiones. Ni que decir que todos los ojos de la biblio se clavaron en ella y la pobre se marchó ruborizada de allí.
5. En la calle estaban levantando las tapas de alcantarilla, y los currelas entraron un par de veces, como Pedro por su casa, a la habitación esa de las tuberías que he mencionado antes.
6. En la zona de lectura también hay música y películas. GÑE. Pues bien, todos los pobres del barrio estuvieron buscando películas para ver este finde; se llegaron a juntar hasta cinco personas mirando en una espacio de 1x2. Eso sin mencionar la pareja que se partía el nabo a grito pelao porque se le había caído un cd al suelo. Sí, yo también me parto.
7. Vino un infraser que olía a meado y se sento cerca de mí. Aparte de oler mal, el muy cerdo era una ametralladora pedorrera (al menos, ese tipo estuvo poco).
8. Vino una señora ENORME, del estilo de Falete, y como los espacios entre mesas y sillas son estrechos anduvo dando patadas y golpes a las sillas con su orondo cuerpo.
9. Otro humilde anciano se dedicaba a soplar las esquinas de las páginas de los periódicos para poder pasar las hojas mientras leía moviendo los labios y haciendo ruido. El sonido era el algo como esto: bsbsbsssbsbsbsssbsbs.
Pero eso no fue todo, lo mejor aún estaba por llegar.
Apareció un tipo en silla de ruedas y, por desgracia…o no, la puerta era pequeña y no podía pasar, así que ahí estaba el personaje: medio metido por la puerta cagándose en todo porque eso no era justo, que él también paga sus impuestos y mil mierdas más.
Después de este momento Kodak vino el culmen: una señora con muletas hace acto de presencia. Entre que ella era torpe, andaba con muletas, la habitación estaba llena de obstáculos y que era mujer… El final era algo previsible: se tropezó y se estampó contra la mesa de delante y una de las muletas (al soltarla) fue, con mala baba, hacia el botellín de agua (abierto) que tenía un tipo cerca de mí. Me mojó la camiseta y un poco los pantalones. Ahí estallé.
- ¡¡¡Pero… MECAGONTUPUTAMADRE. PUTA MIERDA DE BIBLIOTECA. SOIS TODOS UNA PANDA DE MIERDAS!!!
- Oye tú…¡ Tranquilo, eh!
- ¡¡TRANQUILO TU PUTA MADRE, ZORRÓN DE MIERDA. ERES UNA PUTA FUNCIONARIA MALNACIDA. PON ORDEN EN LA PUTA SALA. LA PUERTA TIENE QUE ESTAR CERRADA. AL PUTO VIEJO ESE LE MANDAS CALLAR O QUE SE VAYA A SU PUTA CASA A LEER. LOS MOVILES TE LOS METES POR EL CULO, LA MUSICA Y TODOS LOS CDS TAMBIEN. HOSTIA YA!!!
Ahí ya era un todos contra mí, me imaginé al estilo Filimbi repartiendo hostias a rodabrazo pero claro, ellos no eran gitanos; eran viejos con artritis y mujeres con sobrepeso. Tampoco hay que abusar.
Recogí mis cosas mientras ellos me instaban a irme, repartí un par de insultos más gratuitamente. Un viejo se me medio encaró; pasé de él y alcancé la puerta. La puta de la funcionaria, una de ellas, me gritaba que no volviera más, que le diera los datos (yo estaba flipando). Le dije que si quería le daba ración de rabo y de cinturón y me marché.
Supongo que tendré la entrada vetada de por vida pero me la sopla. Bueno, me jode algo por los comics pero tampoco mucho.
Y eso es todo, quería defecar un poco y compartirlo con ustedes.
¿Alguien ha tenido momentos como este?
El viernes fui a la biblioteca de mi barrio porque quería probar que tal se estudiaba allí (silencio, luminosidad, tranquilidad… chorradas varias, ya saben);bueno, por eso y porque cuando hago los breaks puedo ojear alguna revistilla o leer por encima algún comic.
La biblioteca municipal consta de dos pisos; el primero incluye la entrada, baños, zona para los peques, sala de lectura* (esta habitación está separa-insonorizada de las demás y para acceder tienes que abrir una puerta de cristal)y dentro de esta hay otra habitación donde están las tuberías y los utensilios de la señora de la limpieza (o eso creo); y en el segundo tenemos la zona de estudio, más baños y una especie de secretaría.
*en la zona de lectura hay libros (obviamente), revistas, comics, música y películas.
Lo lógico hubiera sido subir al segundo piso pero… aunque sea una persona con sentido común e inteligencia antes que todo eso soy un “tío VAGO”; por lo tanto, mi decisión estaba clara: al piso de abajo (que no hay que subir todas esas putas escaleras).
ESE FUE MI ERROR, ahí comenzó mi calvario. A continuación relataré todos los pequeños sucesos que me ocurrieron:
1. Llegó el viejo impertinente, que se cree que la biblioteca es suya, y comenzó a saludar y hablar en voz alta a otro que estaba leyendo el periódico.
2. El otro viejo se leyó 4 ó 5 periódicos, cada vez que se levantaba y abría la puerta para dirigirse al mostrador (tienen que dejar el DNI para que las funcionarias les presten los periódicos) se ponía a hablar y comentar las noticias con la gente de recepción (las funcionarias); eso sí, la puta puerta la dejaba abierta para que todos nos enterásemos de las noticias de ese día.
3. En la zona de comics había una mochila en el suelo, estuvo ahí al menos un par de horas, y dentro de esa mochila se encontraba un puto móvil: sonó tres veces (aún sigo sin saber de quién coño era la mochila).
4. Apareció una chavala bastante rica. Yo pensé que mi suerte mejoraba pero… ¡NO! Y un cojón iba a mejorar. A la tía le dio el hipo, un hipo raro que en vez de expulsar lo mantienes dentro, era como si sufriera convulsiones. Ni que decir que todos los ojos de la biblio se clavaron en ella y la pobre se marchó ruborizada de allí.
5. En la calle estaban levantando las tapas de alcantarilla, y los currelas entraron un par de veces, como Pedro por su casa, a la habitación esa de las tuberías que he mencionado antes.
6. En la zona de lectura también hay música y películas. GÑE. Pues bien, todos los pobres del barrio estuvieron buscando películas para ver este finde; se llegaron a juntar hasta cinco personas mirando en una espacio de 1x2. Eso sin mencionar la pareja que se partía el nabo a grito pelao porque se le había caído un cd al suelo. Sí, yo también me parto.
7. Vino un infraser que olía a meado y se sento cerca de mí. Aparte de oler mal, el muy cerdo era una ametralladora pedorrera (al menos, ese tipo estuvo poco).
8. Vino una señora ENORME, del estilo de Falete, y como los espacios entre mesas y sillas son estrechos anduvo dando patadas y golpes a las sillas con su orondo cuerpo.
9. Otro humilde anciano se dedicaba a soplar las esquinas de las páginas de los periódicos para poder pasar las hojas mientras leía moviendo los labios y haciendo ruido. El sonido era el algo como esto: bsbsbsssbsbsbsssbsbs.
Pero eso no fue todo, lo mejor aún estaba por llegar.
Apareció un tipo en silla de ruedas y, por desgracia…o no, la puerta era pequeña y no podía pasar, así que ahí estaba el personaje: medio metido por la puerta cagándose en todo porque eso no era justo, que él también paga sus impuestos y mil mierdas más.
Después de este momento Kodak vino el culmen: una señora con muletas hace acto de presencia. Entre que ella era torpe, andaba con muletas, la habitación estaba llena de obstáculos y que era mujer… El final era algo previsible: se tropezó y se estampó contra la mesa de delante y una de las muletas (al soltarla) fue, con mala baba, hacia el botellín de agua (abierto) que tenía un tipo cerca de mí. Me mojó la camiseta y un poco los pantalones. Ahí estallé.
- ¡¡¡Pero… MECAGONTUPUTAMADRE. PUTA MIERDA DE BIBLIOTECA. SOIS TODOS UNA PANDA DE MIERDAS!!!
- Oye tú…¡ Tranquilo, eh!
- ¡¡TRANQUILO TU PUTA MADRE, ZORRÓN DE MIERDA. ERES UNA PUTA FUNCIONARIA MALNACIDA. PON ORDEN EN LA PUTA SALA. LA PUERTA TIENE QUE ESTAR CERRADA. AL PUTO VIEJO ESE LE MANDAS CALLAR O QUE SE VAYA A SU PUTA CASA A LEER. LOS MOVILES TE LOS METES POR EL CULO, LA MUSICA Y TODOS LOS CDS TAMBIEN. HOSTIA YA!!!
Ahí ya era un todos contra mí, me imaginé al estilo Filimbi repartiendo hostias a rodabrazo pero claro, ellos no eran gitanos; eran viejos con artritis y mujeres con sobrepeso. Tampoco hay que abusar.
Recogí mis cosas mientras ellos me instaban a irme, repartí un par de insultos más gratuitamente. Un viejo se me medio encaró; pasé de él y alcancé la puerta. La puta de la funcionaria, una de ellas, me gritaba que no volviera más, que le diera los datos (yo estaba flipando). Le dije que si quería le daba ración de rabo y de cinturón y me marché.
Supongo que tendré la entrada vetada de por vida pero me la sopla. Bueno, me jode algo por los comics pero tampoco mucho.
Y eso es todo, quería defecar un poco y compartirlo con ustedes.
¿Alguien ha tenido momentos como este?