Lo que siempre me sorprenderá de la mujer es su impudicia, es decir, esa facilidad que tienen para mostrarse semidesnudas sin ningún tipo de pudor y vergüenza. Lo digo porque esta tarde he ido a la playa con dos amigas y las muy desvergonzadas se han quitado el sostén y se han puesto a hacer toples delante de mí. Evidentemente, les he reprochado esa actitud irrespetuosa hacia mi persona. No voy a negar que no me gustase lo que tenía delante de mis ojos, pero si saben que soy hombre y, por lo tanto, débil, ¿por qué se desnudan delante mía, provocándome? En esa situación me he sentido agredido por su desnudez y así se lo he hecho saber a las dos. Y, claro, ellas, en lugar de darme la razón (¿alguna mujer la da cuando no la tiene?), han comenzado a reírse. Obviamente, mientras censuraba su proceder, miraba para otro lado muy avergonzado, y, claro, viendo ellas que las recriminaba, pero que mientras lo hacía no me atrevía a mirarlas, han comenzado a reírse aún más, con lo que mi desasosiego no tenía fin. Al final he tenido que claudicar, aunque no han parado de reírse de mí en toda la tarde.