Estoy de escapada en Roma, y flipas el nivel de café que hay aquí, y mira que en España es bueno, o al menos mejor que muchos otros países, pero aquí en general se lo toman muy en serio.
Para empezar lo normal es que los expresos sean diminutos pero tengan dinamita, o sea, potentes que te cagas. Son casi chupitos.
Los capuccinos, bien de espuma, aun no he probado ninguno malo, es la hostia. En concreto me recomendaron una cafetería cerca del Panteón que se llama Tazza d'Oro, sus putos muertos qué cosa más rica, hoy vuelvo otra vez fijo. Acojonante.
Y luego está la versión para maricones, el latte macchiato, que también lo hacen muy bien y para después de cenar pues oye, entra fetén, es básicamente lo que en el sur de España se conoce como leche manchada, pero incluso con menos café.
Nivelón los putos spaguettis en este sentido, sí señor.