Yo recuerdo la primera vez que una tipa se me meó encima al correrse.
Mi abuela vivía en un piso sola de alquiler. A ella le gustaba hacer vida diaria a su rollo y, por las tardes/noches, se venía a casa de mis padres a dormir, porque le daba miedo dormir sola. Con el paso de los años, la pobre mujer tuvo un bajón grande y yo me encargaba de ir un par de veces por semana a limpiarle la casa y, de paso, comer con ella. A cambio me agencié las llaves de la casa.
Su antigua casa se la cambiaron por una un poco más pequeña, porque el edificio estaba en una zona estudiantil y, de su antiguo piso de 4 habitaciones, salieron 3 apartamentos muy cucos.
Obviamente, fue mi picadero y el de algún amigo.
Llevaba yo dos semanas con una chica de instituto (de primero de bachiller) estando yo en segundo de carrera. Algo que no llegó a gran cosa pero que yo gocé como un cerdo. Venía de un viaje de fin de curso en Egipto donde tuve un pseudotrío (que alguna vez contaré) y estaba más cerdo que un mono.
Total, que si vamos a ver una película que si no sé qué. Y a casa de mi abuela que vamos. La tía, pese a su edad, era muy cerda. El segundo día ya me había metido en su casa, en su cuarto, a hacerme una manola mientras su madre hacía croché en la habitación de al lado.
A lo que voy, empezamos a ver la película y la tía, que ya por las escaleras se me había subido la falda un par de veces para enseñarme el tanga que llevaba (de éstos que en la cintura tienen dos gomas en lugar de una) y se lo había apartado para enseñarme su papo teen recién depilado, se me pone a rascarme la huevada. Me suena el teléfono y es un compañero de la facultad y la otra que se viene arriba y me empieza a acariciar la polla con la lengua. Corto la llamada como puedo y para la cama que me la llevo casi de los pelos.
Empezamos a frungir como los adolescentes que somos, cowgirl style. Y la noto yo que va muy encendida, pero como iba bebida lo justifico por ahí y me dejo llevar. La tia grita y se mueve como una cerda y, de repente, noto un chorro de humedad caliente cayéndome en el vientre.
Hostias.
La tía grita como una cerda, y a mí mi minipene se me esconde un poco. ¿Qué has hecho, tia? Me he corrido. Sí, y te me has meado encima, cabrona, avisa y pongo algo, que mañana viene mi abuela por aquí y esto hay que lavarlo.
Me hizo una paja culera para compensar, tenía culaco teen, obviamente. Y nos pusimos a lavar el edredón en la bañera.
No me han vuelto a mear encima, no sé si me moló o no.