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Las momias deben permanecer en su sarcófago tras su estudio arqueológico, paleontológico y anatómico. Jugar al vitalismo como aprendices de brujería tiene serios riesgos para la sociedad, hechizos de nigromantes suponen un peligro público, un apocalipsis si se lleva a la realidad desde la ficción, tal como Víctor Frankenstein o el parque Jurásico de Spielberg. La función civilizatoria de las momias no es otra que estudiar antiguas culturas, poner en contacto civilizaciones geográficamente dispersas, estudiar sus costumbres... más allá de eso nunca se debió permitir que mujeres menopáusicas de personalidades histéricas, con tendencias sociópatas y trastornos de salud mental, alcanzaran puestos de poder en organismos gubernamentales o lobbys de vigilancia y control de la vida pública.
La discriminación positiva con perspectiva de género a nivel institucional, en las administraciones estatales, no en ayuda de colectivos discriminados históricamente como los homosexuales o los gitanos o las familias de barriadas con rentas mínimas en umbral de pobreza y exclusión social, para obtener becas de estudios que ofrezcan las mismas oportunidades de estudiar y alcanzar trabajo cualificado, sino para favorecer un coladero de mediocridad donde las mujeres arribistas se colocan por agencia estatal o con paridad de género impuesta por positivismo jurídico, muestra las costuras de un Estado sociatafeminazi.
Sobre las actrices tan famosas del #metoo que salen ahora a decir que hace muchos años fueron íntimamente solicitadas a cambio de poder obtener sus papeles, hay que decir que su opción personal, y legítima, fue acceder a tales solicitudes a cambio de sus ganancias, y esto tiene un nombre, y no...
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“Hombre muerto no viola” es la pintada que más he visto en las paredes de Barcelona tras la esperpéntica manifestación del 8 de marzo, en la que las feministas consiguieron desfigurar a la mujer casi tanto como los mamarrachos de las carrozas a los homosexuales el día del Orgullo.
La dignidad no es un derecho, es una actitud y las que se tiñen el pelo no pueden pedir que les respeten la edad. Las actrices que eligieron su camino no pueden venir ahora a hacerse las ultrapuras. Sería menos cínico y más edificante que escribieran sus memorias y nos explicaren los detalles de lo que hicieron a cambio de lo muchísimo que obtuvieron. A un comercial como a mí, no hay cosa que me interese más que el valor de cambio."
"Lo que hicisteis nos lo podemos imaginar porque hemos visto dónde habéis llegado. Cuando Harvey Weinstein cumplió su parte del trato no pusisteis reparo, ni querella, ni dignidad. Vuestra dignidad. Si queréis saber dónde la perdisteis no la busquéis en el linchamiento del hombre que os orientó la carrera y os dio la fama, sino en el cheque con que pagasteis la entrada por vuestras mansiones californianas."
Va llegando a España el debate del MeToo o el de la censura en los campus universitarios. Nos van contando que Bannon es vetado, que algunos cómicos deben bajar el escenario o que Buruma dimite por publicar a un acusado de acoso sexual. Nos van alertando de los excesos de estas prácticas, de...
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Históricamente la condición humana ha demostrado que quien se siente en posición vulnerable, en situación de precariedad, no se vuelve una persona más solidaria con aquellos en sus mismas circunstancias vitales, ni tiene conciencia de grupo de población discriminada ni conciencia de clase social, antes pisotea a los demás aspirantes dado que no hay plazas vacantes para todas las personas que necesitan un sustento económico. Los tullidos son depredadores frustrados de colmillos mellados y garras retorcidas como su mente despiadada, suma de nulidades, apenas una veintena puede contra un ser humano de naturaleza agraciada y adaptativo fenotipo, cuando les conviene aliarse para atacar a un ser decente lo hacen; cuando compiten por un sustento o una pareja sexual/reproductiva se atacan entre ellos en su propia comunidad de inadaptados.
No nacieron con una naturaleza robusta, pero ninguna habilidad social o cultural han desarrollado de forma compensatoria o por lo menos, adaptativa. Todo es rencor y semilla de odio, es su hypocheimenon, de forma programática se revela con el paso del tiempo hasta la forma adulta, desemboca en la monstruosa freak parade. Los tullidos siempre a la búsqueda de víctimas propiciatorias, con su mentalidad sacrificial, el mundo entero está en deuda con ellos, acechan a quien sea más vulnerable o en indefensión, organismos mejor adaptados con malas decisiones o en horas bajas por algún fracaso económico o sentimental. El tullido nada daría a un indigente, porque cual hormiga se ocupó de ahorrar capital y hacer acopio de provisiones y víveres, mira por encima del hombro y lo machaca al menos con su desprecio, porque esa cigarra nació con mejor combinatoria genética.
Fingen ser víctimas maltratadas, cuando una persona decente si acaso se burla del tullido es por algún defecto físico, por sus orejas de soplillo, sus gafas con cristal de culo de vaso, de que nadie los besó jugando a la botella de adolescentes, pero son en cambio los tullidos quienes celebran el sufrimiento e incluso la muerte de los seres queridos de sus oponentes y enemigos políticos. En el país de los ciegos, el tuerto se cree - sin ser - el rey. La comunidad tullida, con quien departía la potra hedionda originaria de Chubut, nunca agradeció a la civilización occidental obtener su camuflado sonotone, siempre tenía ocasión para mofarse de las personas discapacitadas, tanto físicas como especialmente psíquicas, con síndromes o condiciones médicas que suponían minusvalía reconocida, no dudaba en burlarse del eufemismo de la diversidad funcional, a pesar de su hándicap objetivado.
¿Qué compensación ofrecen para aportar algo bueno a la sociedad? Lo único que he observado en toda mi vida es la predisposición de las mujeres tullidas a practicar virguerías en la intimidad del dormitorio, perversiones sexuales para impresionar a su partenaire. Conozco a un hombre horripilante lleno de cicatrices, que aceptó quedarse con una coja porque nadie más la sacaba en la pista de baile. Ella se lo compensó con creces respecto a la sexualidad, gimiendo como una puta por todas las estancias, especialmente los sábados, se folla por obligación. Permitió todo, incluso las palizas de muerte que propinaba a su niña, al golpearla y arrastrarla por todo el piso. Si los tullidos pudieran nos aplicaban a la mayoría de la población una política de eugenesia, ¿qué sería de la humanidad en los siglos venideros si sucumbiéramos a la venganza de la gente tullida y resentida que ya ocupa puestos de poder en lobbys y órganos gubernamentales?
Las mujeres hacen lo mismo para pescar marido rico, cantos de sirenas que no de doncellas marinas, para quedarse embarazadas cual educación sentimental de folletín decimonónico a la telenovela, tres veces, ni uno más ni uno menos, el prestigio social es tener tres larvitas, tras agarrar al mejor partido, dar el braguetazo o bien cuando aspiran a obtener un puesto de trabajo entre varias aspirantes, el sexo bello, que nunca débil, utiliza lo que tiene: su cuerpo como objeto sexual, su valor transaccional de uso y cambio, un tipo de servicio puntual para convencer al examinador: maquillaje, escote hasta el ombligo, minifalda y taconazos. Miradas asesinas de hiena, harpía y súcubo a las demás mujeres aspirantes, suspenden durante la competición laboral y reproductiva aquello de la sororidad y la solidaridad feminista.
No fue Bell la única prostituta en dejarse usar como muñeca sexual por el directivo de las webcam pornográficas. No son actrices hollywoodienses, cine y series televisivas, todas las mujeres que recibieron proposiciones indecentes para obtener el puesto laboral, entre la miseria y el glamour hubo muchas actividades económicas, muchas profesiones, niveles socioeconómicos intermediarios, donde las mujeres utilizaron la sexualidad para hacer descarrilar a otras mujeres contra quienes competían de la manera más rastrera, traicionera e insolidaria, se despellejaron a zarpazos para quedarse con el puesto.
Con el paso de los años, el envejecimiento hace estragos, engordan, se cae la piel, salen canas, el ciclo de eterno retorno de lo idéntico, una nueva generación de chicas jóvenes de cuerpos turgentes se abren paso en la puerta del director de la empresa, las otrora sirenas se rasgan las vestiduras pasados los cuarenta como feministas conversas que ya nada tienen, pues todo lo que tuvieron fue la sensualidad de su cuerpo, por haberse vendido al mejor postor en su juventud.
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Las mujeres se han sentido subyugadas, oprimidas en dependencia al varón, han obtenido derechos civiles y protecciones jurídicas según el hombre ha considerado a partir de la Ilustración y la Edad contemporánea, aunque el Derecho consuetudinario todavía hoy no lo considera necesario en los países con la Sharia como ley islámica. En los Estados de Derecho europeo romano sacrogermánico napoleónico, como en la Common Law anglosajona del imperio de la ley, tenemos desde la transición constitucional de finales del siglo XX un modelo invertido: la mujer es titular de los bienes, el marido se somete a su voluntad desquiciada, la mujer controla la educación de los hijos y sale cuando quiere de viaje con sus amigas mientras el marido es el amo de la casa para hacer las tareas domésticas, agradecido porque tiene los únicos momentos para que sus progenitores conozcan a los nietos.
La deriva demuestra que las tortilleras querían eso: dar la vuelta a la tortilla, invertir el modelo jerárquico en la convivencia conyugal. No buscaban justicia social y reconocimiento histórico, libertades fundamentales, derechos civiles, igualdad de oportunidades en la vida política, mujer como sujeto político sin confinamiento en la esfera reproductiva y doméstica, tener voz y voto en la vida social, etc. Un discurso hueco para esconder los planes que maquinaron, una venganza fría y calculadora.
Las dirigentes feminazis, bolleras resentidas, sedientas de linchamiento contra el varón, rencor e inquina infinita por ser varón, por aquello de los milenios de opresión patriarcal, eligen a sus peores representantes en aras de la sororidad internacionalista e universal, caterva depravada que las jalea en turbamulta para sus propios intereses partidistas, sea una maruja friecroquetas como Carmen Calvo, falsificadora de documentos estatales, sea una antisistema verbenera como Ada Colau, encantada de convertir la alcaldía de Barcelona en su negocio familiar, al tiempo que da carta blanca y patente de corso a los mossos d'esquadra y la guardia urbana para secuestrar, torturar e incluso asesinar, se olvidó de sus años de gualdrapa okupa y escrache en casas ajenas.
"No se puede parar, no nos van a poder parar"... todo son reformas laborales de sociatas, pero poco han hecho por las medidas de protección hacia las mujeres en riesgo de violencia machista, cuando un juez prevaricador negaba las órdenes judiciales de alejamiento o medidas cautelares de protección a la víctima con libertad vigilada para el agresor que finalmente la asesinó.