Mis primeras experiencias de este mundo tan interesante del puterío fueron precisamente en la calle. Excepto la primera (un desastre total por falta de experiencia y nervios), os puedo decir que en general salí de ellas siempre muy satisfecho: implicación alta de las chicas, más inseguridad y prisas por mi parte (cliente) que por la suya y casi siempre tenían actitudes sumisas y muy poco chulescas (algo mucho más difícil de encontrar en los clubes o en los pisos, donde la protección del recinto a muchas les da alas).
Precisamente una de mis experiencias mejores fue con un chica callejera que para ganarse un dinerillo como estudiante salía unas horitas a la calle de vez en cuando. Cariñosa, sensible, conversadora, simpática y un cuerpo extraordinario, porque, y ése es otro tema, muchos piensan equivocadamente que las que tienen cuerpos de vicio siempre trabajan en pisos o en club de alterne de altíiiiisima calidad, cuando en realidad te puedes encontrar chicas 10 en la mismísima acera (la suerte y el destino no corre igual para todas...)
En otra ocasión recuerdo a una dominicana que casi me vuelve loco en una época en la que yo todavía era muy poco experto y con la que incluso tome unas copas en un bar cercano días después hablando de temas que nada tenían que ver con el asunto de días antes.
Os puedo asegurar que hay chicas en la calle (algunas bastante jóvenes) con un cuerpazo que ya quisieran para sí muchas de las escorts que se anuncian en las páginas webs. Y algunas incluso bastante guapas.
Existe, desde mi punto de vista, muchos prejuicios sobre la prostitución callejera y uno de los principales es éste. Muchos piensan que las callejeras son todas drogadictas, feas, gente "perdida" y peligrosa. Están muy equivocados. Es verdad que las hay, pero también es igual de verdad que hay chicas estupendas a poco que se busque un poco... lo mismo que hay auténticas drogadictas en sitios de reconocido "prestigio".
Quizás lo que no se atrevan a reconocer los clientes es que sienten una profunda vergüenza que les incapacita para dar el paso de acercarse a ellas, pedir por esa boquita y llegar al acuerdo. Lo queremos todo muy fácil: club o pisito, entrar, mirar y remirar y irnos con el cubatita en el cuerpo después de una hora de voyeur y sanseacabó. Cuando hay ganas, una chica bonita con buen cuerpo delante y dinero para gastar, lo esencial es sólo encontrar la mujer que se necesita. Ni más, ni menos.
Nunca he comprendido muy bien esa "persistencia" por reincidir en pisos donde muchas veces ni siquiera puedes elegir y tienes que conformarte con lo que te salga delante o lo que te pongan, a ciegas, o la supuesta escort de 24 añitos y 150€ la hora que puso una foto falsa es más vieja que una carroza de la época de Felipe IV, varices, celulitis o tiene ya más años que el hilo negro... Más calle y menos páginas webs.
Saludos