Precisamente lo que más mola de una final en lo que respecta al aficionado es el desplazamiento, es como irse a ver el fútbol con los amigotes (imaginarios) pero en vez de un par de horas, todo el puto día (o más de un día depende) y encima en otra ciudad, desfasandote y poniendote hasta el culo de todo.
Conversaciones de fútbol en el autobús, en el tren, en el avión, en cualquier terraza de bar, con gente que ni conoces, ni te importa una mierda. Simplemente llevan una bufanda de tu equipo (incluso del rival). Ese día se convierte en la fieshta del fútbol
Este año eso ocurrirá con los de un equipo sólo. Los del otro comerán con la familia, como cada sábado, echarán cuatro ronquidos en el sofá, y cuando acabe Cine de Barrio: "Mari! Ponme un bocata que me voy al Fútbol y pierdo el metro", " Vale pero llevate una chaqueta que luego refresca"