REINCARNATIONMAN
Forero del todo a cien
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- 6 Abr 2007
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Otoño es el crepúsculo del año, "the cruelest of seasons" (la más cruel de las estaciones), decía Elliot, la estación que lleva los meses al ocaso y la luz a su final.
Un servidor ha aprovechado para viajar lo que ha podido en la pasada época estival: Ibiza, La Costa del Sol, Las Islas Afortunadas...
La oportunidad de volver a relacionarme con mujeres de los cinco continentes ha venido a confirmar mis sospechas sobre LA TERRIBLE VERDAD: la española es bajita, mandona, impertinente, analfabeta, engreída, basta, consentida y, sobre todo, gilipollas, suerte que apenas deje descendencia: se reproduce poco y mal.
Pero el camino del Tao es el retorno y cada cosa, llegada a un punto máximo, se torna en su contrario. Del mismo modo que la noche empieza a mediodía, que es cuando el sol empieza a bajar, el verano empieza en Navidad, que es cuando el sol, en su órbita anual, comienza a subir. La luz ha muerto y renace ahora. ¿Qué mejor acompañamiento astronómico para enmarcar el advenimiento de un nuevo Hombre sobre la Tierra?. Todas las grandes religiones han adaptado el solsticio invernal al nacimiento de su dios solar.
Aquí mi llamamiento a todos esos puercos que aún se arrastran por un coño a que cambien de estrategia para follar. Los astros están de nuestro lado, la Naturaleza ya celebra a su manera el nacimiento de la luz: estos días de otoño son un espectáculo fastuoso para los amantes melancólicos de los cielos crepusculares que adornan el esplendor del ocaso y despiden a la coñocracia con sus mejores galas.
Un servidor ha aprovechado para viajar lo que ha podido en la pasada época estival: Ibiza, La Costa del Sol, Las Islas Afortunadas...
La oportunidad de volver a relacionarme con mujeres de los cinco continentes ha venido a confirmar mis sospechas sobre LA TERRIBLE VERDAD: la española es bajita, mandona, impertinente, analfabeta, engreída, basta, consentida y, sobre todo, gilipollas, suerte que apenas deje descendencia: se reproduce poco y mal.
Pero el camino del Tao es el retorno y cada cosa, llegada a un punto máximo, se torna en su contrario. Del mismo modo que la noche empieza a mediodía, que es cuando el sol empieza a bajar, el verano empieza en Navidad, que es cuando el sol, en su órbita anual, comienza a subir. La luz ha muerto y renace ahora. ¿Qué mejor acompañamiento astronómico para enmarcar el advenimiento de un nuevo Hombre sobre la Tierra?. Todas las grandes religiones han adaptado el solsticio invernal al nacimiento de su dios solar.
Aquí mi llamamiento a todos esos puercos que aún se arrastran por un coño a que cambien de estrategia para follar. Los astros están de nuestro lado, la Naturaleza ya celebra a su manera el nacimiento de la luz: estos días de otoño son un espectáculo fastuoso para los amantes melancólicos de los cielos crepusculares que adornan el esplendor del ocaso y despiden a la coñocracia con sus mejores galas.