Libros Cursos y talleres de escritura (Aprender a escribir un libro)

El caso es que el relato que puse aquí no era mío, queía pulsar vuestras reacciones :lol:. Como pista, no se parece nada a mi estilo de escritura. Un ejemplo de algo que sí que escribí yo hace mucho tiempo:

Desde ese mismo momento te odio, porque yo, que abría mi pecho a la noche, corría entre los titanes de las tormentas y tiraba de sus barbas, reía tan alto que humillaba a los truenos… me miré en ti y tuve miedo. Miedo de saber que tu vida y la mía estaban ligadas para siempre, como mi saliva y tu boca. La certeza de tener que protegerte, mirar hacia atrás en las callejuelas sucias del Carmen, agarrar tu mano como un paraguas de cristal, abrazarte hasta acompasar nuestros latidos y nunca más dejar que el viento te corrompa.
 
A mí también me puede el sentimentalismo

Nunca se veía sometido a sus deseos carnales pero ultimamente no podía evitarlo. Era el libro, necesitaba escribir una página, y otra y otra más narrando toda la jugada. Aún sudando sacó su boligrafo y sentado en la sucia y quebrada acera empezó a escribir. Como la había visto por primera vez saliendo de aquella lujosa casa, sus rizos castaños que apenas dejaban adivinar esos ojos luminosos, era una estampita perfecta de la jovialidad y la felicidad. Con el corazón aún acelerado pasa otra página y describe como provocó su encuentro, tras indagar concienzudamente en sus horarios. Como la violó salvajemente, destrozó sus ropas y la mató ahogándola con sus propias manos mientras sangraban sus ojos. Este libro traía mucha muerte pero a él le daba la vida. Se levantó y tras asegurarse que el cadaver de la niña estaba tapado recogió pesadamente el hatillo y partió a otra ciudad.
El de la fnac, que sinceramente espero que gane un forero para echarnos unas risas. De lo peorcito que he parido que las cosas decentes las atesoro para que las publiquen mis herederos una vez fenezca :lol:
 
:lol: Soy consciente, amén de haber palabras cambiadas a posteriori para el reciclaje del fragmento dentro de otra historia pero así se envió y así lo posteo.
 
No sé tú, yo no tengo gran interés la verdad, de crítico me valgo yo mismo y sé que es un relato correcto sin más y usando una pauta muy típica, de paso tú has hecho constar algo que sabía pero que agradezco y ya está.
Por otra parte hoy me he levantado a las 7 y a las 9 tengo que coger un bus a cantabria así que estaré toda la noche por aquí porque no creo que duerma.
Me estoy acabando ya El dios claudio..., de hecho lo estoy retrasando deliberadamente, me han encantado los 2, necesito algo similar, tengo mono.
 
Yo me cago un poco en las críticas, aunque creo que escribo bastante bien dentro de lo que me gusta, a saber: nunca seré capaz de escribir una historia dramática o trágica porque no me interesan, pero puedo hacer muchas otras cosas. Ahora tengo que atreverme con el relato largo, llego como mucho a las tres páginas.

Ahora te toca leerte Los Doce Césares, para más información.
 
Entiéndeme, me da un poco igual porque los textos los han leído gente que no ha visto 2001 o que el último libro que se compraron fue de Barco de Vapor. Pero las críticas de gente que entiendo me dan miedito, claro, aunque mi profesor dijo que mis últimos relatos eran redondos y muy buenos :oops:
 
Clark Gable rebuznó:
mi profesor dijo que mis últimos relatos eran redondos... :oops:


cero.jpg



:lol:
 
Aporto como complemento, otro decálogo. Este del desaparecido Roberto Bolaño:


"Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos.

1. Nunca abordes los cuentos de uno en uno, honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte.

2. Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.

3. Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes.

4. Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.

5. Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura.

6. Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así.

7. Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval!

8. Bueno: lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges.

9. La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra.

10. Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas.

11. Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas.

12. Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo."
 
Siempre me han gustado estos decálogos. Aquí tenéis unos cuantos más:

Seis consejos para escribir de John Steinbeck

1) Abandona la idea de que terminarás algún día. Pierde la cuenta de las 400 páginas y escribe una página diaria, eso ayuda. Después, cuando hayas terminado, siempre te sorprenderás.

2) Escribe libremente y tan rápido como sea posible, echando todo el papel. No corrijas o reescribas hasta que hayas escrito todo el libro. Las correcciones hechas durante el principio de la creación son, por lo general, excusas para no seguir adelante. Además, influyen en el flujo y el ritmo, que solo pueden ser fruto de una especie de asociación inconsciente con el tema.

3) Olvida a tu auditorio general. Primero, ese auditorio anónimo y sin rostro te atemorizará terriblemente y, segundo, a diferencia del teatro, ese auditorio no existe. Al escribir, tu auditorio es un lector único; he descubierto que a veces resulta útil escoger a una persona: una persona real a la que conoces o una persona imaginaria y escribir dirigiéndose a ella.

4) Si una escena o parte te parece difícil y aun así piensas que la quieres incluir, déjala y continúa. Cuando termines de escribir la totalidad podrás regresar y quizá encuentres que había presentado tantas dificultades porque no se encontraba en su lugar.

5) Desconfía de una escena que te guste demasiado, más que las otras. Por lo general resulta ser una imposición.

6) Si escribes diálogos, repítelos en voz alta a medida que los vayas escribiendo. Sólo entonces obtendrás el sonido del diálogo.


Consejos para escribir ficción, resumen de Miquel Barceló, basados en consejos de los editores de la Asimov's Science Fiction:

1. Empiece con una idea.

2. Lleve esta idea a la vida por medio de un conflicto (no caiga en las disertaciones de profesor, son demasiado aburridas...).

3. Utilice los personajes que mejor puedan "dramatizar" el conflicto, y haga que cambien en su forma de ser o de pensar por efecto de lo que les sucede.

4. Establezca una secuencia de los hechos que ocurren, una trama, que pueda mostrar los pasos principales a través de los cuales sus personajes detectan el problema o los problemas, buscan las soluciones posibles e intentan llevar a la práctica dichas soluciones.

5. Prepare un buen entorno para rodear y ambientar todo lo que sucede en la historia. Haga que sea razonable. No hace falta que explique con detalle todo lo que haya pensado como entorno pero, como futuro escritor que quiere ser, debe tenerlo muy claro en su imaginación.

6. Si es posible, inicie la historia en mitad de un conflicto para atraer al lector. En la mayoría de los casos, el escritor debería tener clara la estructura general de la trama: planteamiento, nudo y desenlace según establece la tradición clásica, pero nadie le obliga a que la narración sea completamente lineal.

7. Busque un buen punto de vista para explicar la historia. (Conviene decir que éste es un apartado bastante complejo y que merecería un tratamiento aparte que ahora no es posible).

8. Déjese de teorías y... ¡escriba!


Los 11 consejos para escribir de Paul Léautaud:

1- Hay que escribir sobre lo que se vio, sobre lo que se comprendió, sobre lo que se sintió y sobre lo que se vivió.

2 – No me gusta la gran literatura, prefiero la conversación escrita.

3 – Me releo a menudo. De allí que escriba poco.

4 – Para escribir bien, sin pedantería ni malas artes, el instinto de la lengua es mucho mejor que el más sabio de los conocimientos.

5 – Nada mejor, para volverse modesto, que corregir las pruebas de un libro que se va a publicar.

6 – El verdadero escritor es aquel que sólo toma de la vida la matería de sus escritos.

7 - La literatura debe ser física, en un punto eso es todo.

8 – Cuando uno se lee impreso, se dice: ¿era esto nada más? Si se fuera sabio, no se retomaría jamás.

9 – El primer problema que debe sortear un escritor: no aburrir demasiado al que se arriesga y lo lee.

10 – Hablar de aquello que se conoce y callarse sobre lo que ignora es al menos la característica que demuestra un poco de espíritu.

11 – Todo libro que alguien más habría podido escribir es mejor dejarlo en el cajón.


Los 8 consejos para escribir literatura de intriga de P.D. James:

1.- Centra bien tu misterio. Por encima de todo tiene que haber un misterio en el corazón de la novela. Normalmente hay un asesinato, un círculo cerrado de sospechosos con móvil, motivos y oportunidades para el crimen y un detective, ya sea aficionado o profesional, que llega cual deidad vengadora a resolverlo.
James pone el enfásis en la estructura de la novela. Ella siempre sabe el final de la intriga antes de ponerse a escribir. La tensión debe mantenerse siempre con pulso firme y no perderse en aburridos interrogatorios.

2.- Estudia la realidad. Una vez que hayas planeado tu novela, hay que darle vida. Y en esto reconoce James que está lo más difícil, combinar un rompecabezas creíble con una puesta en escena que cobre vida, un tema subyacente y un estilo literario distinguido.
¿La solución? Ir por la vida con todos los sentidos abiertos a la experiencia, tanto buena como malas Sentir empatía por los demás y creer que, para un buen escritor, nada de lo que ocurre se desperdicia.

3.- Crea personajes que enganchen. Los personajes son de capital importancia. Querrás que sean algo más que estereotipos. Los personajes deben ser auténticos seres humanos, cada uno de los cuales toma vida para el lector, no muñecos de pasta hechos para ser derribados en el último capítulo.

4. Investiga, investiga, investiga. Además de prestarle atención a la vida real, gran parte del trabajo del escritor consiste en investigar. Suele ser la mejor manera de que tus personajes parezcan reales: descubriendo aquello que se supone que deberían saber. James hace sus investigaciones personalmente, lo cual le toma normalmente meses. Revisita las escenas, se hace aconsejar por expertos, y consulta habitualmente tanto a la policía como al laboratorio forense.

5.-Sigue la regla del juego limpio. Asegúrate de que la información que tenga el lector sea la misma de la que dispone el detective. Para cuando acabe el libro, el lector tiene que haber podido llegar a la solución real mediante las pistas ofrecidas por la novela. Por supuesto, puedes darle un astuto giro engañoso a esas pruebas, pero siempre dentro de las reglas del juego.

6.-¡Lee! Parecerá un tópico, pero hay que leer para escribir. Primero, elige a tus autores, a los que vas a admirar y de los que vas a aprender. Los dioses particulares de James son Jane Austen, Wilkie Collins, Dorothy L Sayers, Graham Greene y Evelyn Waugh.
Lee siempre la buena prosa y aprende de ella. Las herramientas de tu arte son las palabras. Intenta siempre ampliar tu vocabulario leyendo. No es para usar frases más complejas o pretenciosas, sino para poder tener a mano la palabra precisa para cada frase.

7.- ... y escribe. James nunca ha experimentado el ‘bloqueo del escritor’, aunque admite haber tenido que esperar largo tiempo hasta encontrar la inspiración para escribir su siguiente libro. No te consideres bloqueado. Usa inteligentemente tu tiempo entre inspiraciones, y practica tu habilidad con obras cortas. Créate ejercicios que completar o toma clases. Escribiendo prosa y aprendiendo de la experiencia llegarás a desarrollar tu propio estilo.

8.- Sigue una rutina. P.D. James se levanta pronto, se hace el té y pasa unas dos horas escribiendo. No necesita una habitación especial, pero sí una mesa o despacho y una silla confortables, a la altura adecuada, y con espacio suficiente para su diccionario y su material de investigación. Necesita estar completamente sola. Cuando su secretaria llega, le dicta lo que ha escrito. Ella lo pasa a ordenador y lo imprime para editarlo y corregirlo.

Aunque prefieras empezar tarde y escribir durante horas en el ordenador de un cibercafé, la clave del éxito según James es tratar la escritura como un trabajo estructurado. Aségurate de tener un método en el que puedas apoyarte.

Las 8 reglas de Kurt Vonnegut para escribir ficción:

1. Utilice el tiempo de un completo desconocido de forma que no sienta que lo está malgastando.

2. Déle al lector al menos un personaje con el que pueda identificarse.

3. Todos los personajes deben querer algo, aunque sólo sea un vaso de agua.

4. Cada frase debe hacer una de estas dos cosas: revelar al personaje o hacer que la acción avance.

5. Empiece tan cerca del final como le sea posible.

6. Sea sádico. No importa lo cándidos e inocentes que sean sus protagonistas, haga que les pasen cosas horribles (para que el lector pueda ver de qué madera están hechos).

7. Escriba para contentar únicamente a una persona. Si abre la ventana para hacerle el amor al mundo, o para hablarle, su historia va a contraer una neumonía.

8. Déle a sus lectores toda la información posible lo antes posible. Al diablo con el suspense. Los lectores deben tener una idea completa de lo que está sucediendo, del donde y del porqué, de manera que sean capaces de terminar la historia ellos mismos y las cucarachas se puedan comer las últimas páginas.


Las 10 reglas de Elmore Leonard:

1. Nunca comience un libro hablando del tiempo (clima).

2. Evite los prólogos.

3. Nunca use un verbo distinto de "decir" en los diálogos.

4. Nunca use un adverbio para modificar el verbo "decir".

5. Mantenga los signos de exclamación bajo control.

6. Nunca utilice la palabra "de repente". (En la versión original: "Never use the word "suddenly")

7. Use dialectos regionales con moderación.

8. Evite descripciones detalladas de personajes.

9. Ídem con lugares y cosas.

10. Intente omitir las partes que los lectores tienden a saltarse.
 
No es que no esté perfecto, es que da vergüenza ajena de primera.
 
He llegado a tiempo de leerlo.

Tampoco está tan mal. El problema es que, más que un relato, parece la típica carta carcelaria de un pederasta que se presenta como un pobre enfermo de apetitos irrefrenables para conseguir la indulgencia del jurado. Se percibe ahí una dosis excesiva de autodesprecio, cuando el narrador nunca tendría que juzgar ni despreciar al protagonista, todo lo contrario, debe justificar la conducta del pederasta tanto como pueda, y no limitándose a lugares comunes hipertrillados del estilo "infancia arrebatada" e "inocencia de los niños" (no me jodas, eso está muy visto).

Revisa también la utilización de la palabra "clítoris", que un clítoris no se penetra.

Venga, quiero la versión definitiva antes de las 9 de la noche. Esmérate, jodido pederasta.
 
Neutral Malvado rebuznó:
He llegado a tiempo de leerlo.

Tampoco está tan mal. El problema es que, más que un relato, parece la típica carta carcelaria de un pederasta que se presenta como un pobre enfermo de apetitos irrefrenables para conseguir la indulgencia del jurado. Se percibe ahí una dosis excesiva de autodesprecio, cuando el narrador nunca tendría que juzgar ni despreciar al protagonista, todo lo contrario, debe justificar la conducta del pederasta tanto como pueda, y no limitándose a lugares comunes hipertrillados del estilo "infancia arrebatada" e "inocencia de los niños" (no me jodas, eso está muy visto).

Revisa también la utilización de la palabra "clítoris", que un clítoris no se penetra.

Venga, quiero la versión definitiva antes de las 9 de la noche. Esmérate, jodido pederasta.

Bueno, en principio mi idea era la de justificar un poco el que abusase de los niños, aunque al final me salió algo como lo que tu dices, una especie de "memoria" que escribe dentro de la cárcel donde se arrepiente de lo que había hecho. Quería ser un poco cabrón y mostrar a un tío sin escrúpulos, pero tampoco estaba disgustado con el rollo que me había salido de que se arrepentía. Lo he revisado y he intentado recobrar un poco la idea inicial que tenia en mente, guardándome también la anterior.

Agradezco este tipo de criticas. Y también señalar que hace muy poco que he decidido ponerme a escribir "relatos". Hasta ahora había escrito canciones, incluso alguna poesía, pero narrativa no. Se que no es perfecto, y que me queda mucho por aprender, pero siempre hay que empezar. Agradezco tu critica Neutral.

Y Bueno, aquí dejo la "versión final". Seguramente se me habrá pasado algún error ortográfico o de otra índole, pero no me considero bueno y aun me falta práctica. Pedobear seal of aproval of course.


Pasaron unos cuantos años y yo seguía en aquel trabajo que me permitía vivir cómodamente y sin preocupaciones. Parecía una persona completamente normal, con una vida anodina e insulsa, pero pronto comenzaron a cambiar las cosas, frente a mi casa habían construido un colegio. Al principio no me preocupaba, pero cuando comenzaron a corretear las primeras niñas por aquel patio mi vida cambió totalmente. Desde mi ventana las miraba, no entendía porque no podía dejar de mirarlas. Me tocaba mientras veía a los lejos aquellos cuerpos jóvenes, aquellas pieles suaves que me incitaban al mayor de los placeres. Había una niña con coletas y pequitas, era sin duda mi favorita. Me tocaba a diario pensando en ella, mientras mi manos rodeaban aquel cuerpo que se desarrollaba, había descubierto una droga. Soñaba con hacerla mía, con deleitarme con sus besos y sus labios deslizándose por mi pene en estado de erección. No sabia bien si debía seguir con aquella droga o no, pero esta era mas fuerte que yo, y por una extraña razón no podía abandonar aquella nueva adicción. Incluso llegué a pensar mas de una vez que no había nada malo en lo que hacia.

Una tarde, al salir del trabajo, me detuve ante esos barrotes que me separaban de aquel paraíso virgen, lleno de hembras puras y sin corromper. Por mi mente se sucedían pensamientos obscenos con todas las niñas a las que miraba. Finalmente volví en mí y decidí que ya era tarde y tenía que volver a casa.

Pronto las imágenes en mi mente necesitaron hechos, necesitaban hacerse reales. Al salir del trabajo me acercaba a la puerta de aquel colegio, y entre el barullo de crías y con una voluntad férrea en mi empresa, intentaba tocar todo lo que podía de sus pequeños cuerpos. Lo hacia siempre con mucha cautela, aunque no cesaba en mi empeño de disfrutar de ellas. Las madres de las criaturas estaban muy cerca, pero no por ello iba a renunciar al deleite que suponían aquellos cuerpos. Era sin duda el mejor momento del día, cuando entraba en el paraíso que era para mi aquel colegio. Aquellos pechos que comenzaban a formarse, aquellos culos prietos y pequeños, aquellas miradas que desprendían dulzura. Estaba enamorado de aquellas niñas.

Cerca de aquel colegio había un parque donde la mayoría iban a jugar. Yo solía acercarme y sentarme en un banco, mientras contemplaba sus movimientos, sus correteos y sus sonrisas. Eso me excitaba, tanto que a veces no podía controlarlo y metía mi mano por dentro del pantalón, buscando liberar todo el deseo que me poseía.

Esto, junto con las miraditas por la ventana y mis tocamientos a aquellas escolares a la salida del colegio, se convirtieron en mi único motivo para existir. Estas nunca notaron mi presencia en aquel parque, ni tampoco mis sobeteos cuando salían del centro de enseñanza. Era muy sutil y muy precavido, nadie tenia porque saber lo que hacia ni tampoco quería. Durante esos momentos recobraba aquella infancia que me había sido arrebatada y me invadía una sensación de felicidad indescriptible. Pensaba que habría mas gente como yo, que disfrutaría con esto, lo pensaba, y a mi me servia como sustento para seguir haciéndolo.

Estos placeres no levantaron sospecha alguna, pero yo necesitaba más. Observé a las niñas durante un tiempo y finalmente me decanté por una niña rubia de ojos marrones. Ella iba a ser la elegida para ser mi reina. La seguí observando durante algunos días mas, recreándome en su belleza y en su piel tersa y suave. Todas las noches me tocaba pensando en ella, imaginándola desnuda en mi cama. Masturbarme era de momento mi único alivio para toda aquella tensión sexual que se guardaba en mi interior. Las mujeres de mi edad no me interesaban, solo me interesaban ellas, y en concreto ella.

La espié para saber donde vivía y donde podía entablar “conversación” con ella. Me di cuenta de que no vivía muy lejos de aquel parque y que volvía sola a casa. Al descubrir eso me sentí aliviado y envalentonado, estar cerca de ella no sería tan difícil pensé. Un día cuando se fue del parque la seguí. Me puse detrás de ella y aligeré un poco la marcha. De repente, cuando estaba a su lado, le cogí de unos de sus brazos. Ella intentó resistirse y chillar, pero yo ya le había tapado la mano con la boca. Me sentía poderoso y en aquel momento estaba aun mas concienciado de que hacia lo correcto. La llevé hacia un callejón cerrado que había en aquella calle, mientras ella pataleaba y movía las manos. En ese callejón la puse contra la pared, mientras que con una sonrisa en mi rostro restregaba mi cebolleta contra ella. En aquel momento, como en los otros, me invadía la sensación del deber cumplido conmigo mismo. No me ponía trabas ni normas morales, hacia algo que los demás condenaban pero que yo disfrutaba. Era consciente de que ella realmente estaba sufriendo, que la estaba violando y arrebatándole su inocencia, pero en aquel momento solo podía pensar en mi y que lo que imaginaba se estaba haciendo realidad. Por otro lado pensaba que quizás estaba exagerando y que a lo mejor incluso le estaba gustando. Mi propia percepción bastaba en ese momento para justificar el acto que estaba cometiendo.

Como pude me desabroché el botón del pantalón y me bajé el calzoncillo. Mientras le agarraba la boca con una mano para que no chillara, con la otra, lentamente, le bajé las braguitas blancas que llevaba y le remangué aquel vestido tan precioso. De aquella manera y como pude le introduje mi miembro. Mientras hacia eso, primero poco a poco, y después con más violencia, en sus ojos se notaba el dolor, pero yo no podía parar. Le hacia daño, mucho daño, aunque yo en aquel momento pensaba que no, que quizás estaba dramatizando un poco, y de hecho a día de hoy tampoco pienso que lo estuviera pasando del todo mal. Iba a seguir así hasta que lograse acabar el trabajo, pero antes de que pudiera terminar un señor que pasaba por allí vio la escena y corriendo se apresuró para socorrerla.

Extasiado por haber podido cumplir mi sueño no me di cuenta de que aquel señor me estaba apalizando por lo que había hecho, y que la policía estaba de camino. Finalmente la policía llegó al lugar y me detuvieron, mientras yo seguía ajeno a todo. Me llevaron a juicio y me condenaron a veinte años de cárcel por pederastia y violación de menores.
 
Si es un relato humorístico sobre una mala traducción es cojonudo, en cualquier otro caso es una puta mierda.
 
Nada, sigue siendo una reputísima mierda -moral, conceptual y argumentalmente-, aunque no esté del todo mal redactado.

Eskizoide rebuznó:
Me llevaron a juicio y me condenaron a veinte años de cárcel por pederastia y violación de menores.

Y he aquí la moraleja, el colofón, la guinda del pastel, el inesperado desenlace. Joder macho, para llegar a esa conclusión no hacía falta tanta parrafada. Mejor hubiera sido terminar con un final inesperado, como que a la niña le gusta follar, o ya tiene pelos en el coño, o en realidad es un niño y tiene pene, o algo.

Mi conclusión final: Tentativa pseudoliteraria juvenil que versa sobre un protagonista que ni siquiera aprecias y sobre una historia que te la suda olímpicamente. Simple y llano afán de escandalizar. Escribe sobre algo que verdaderamente sientas o hayas vivido. No caigas en esas imposturas, hombre. Y madura de una puta vez.

De nada.

Y ojo, que conste que yo tampoco tengo ni puta idea de escribir narrativa.
 
Neutral Malvado rebuznó:
Mi conclusión final: Tentativa pseudoliteraria juvenil que versa sobre un protagonista que ni siquiera aprecias y sobre una historia que te la suda olímpicamente. Simple y llano afán de escandalizar. Escribe sobre algo que verdaderamente sientas o hayas vivido. No caigas en esas imposturas, hombre. Y madura de una puta vez.

Pues no vas mal desencaminado. Simplemente lo tomé como un ejercicio de escritura, escribir sobre algo que no me despertase mucho interés, algo que me despierte indiferencia en la realidad, para ver que me salía. Diversión sin ningún tipo de pretensión, nada mas. Podría haber sido con un maltratador, aunque me decanté por el pederasta. Si lo puse es porque la temática casaba con el espíritu del foro en general, pero no por nada en especial.

Mis géneros favoritos, sobre los que gustosamente escribiría y tengo pensado escribir, distan mucho de esto que he escrito. A mi me encanta la Ciencia Ficción (sobre todo) y la Fantasía. Ya tengo historias pensadas para ambos géneros, pero hasta que no las tenga claras en mi cabeza no las comenzaré a escribir. Bueno, hay una historia de fantasía que si la tengo pensada como una novela, pero por el momento prefiero escribir "relatos" o pequeños textos para practicar ante que embarcarme en algo que me produce mucho respeto y que o se hace bien o no se hace.

En serio, yo soy un neonato que no sabe y lo asumo gustosamente. Lo que a mi me gustaría ver es a gente como Ruben o al cualquier forero postear algo escrito por ellos mismos(Neutral anímate si quieres). A mi me ha costado mucho ponerlo, no estaba seguro, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) porque sabía que me lloverían piedros y me dirían que es una mierda y tal, pero es algo a lo que inevitablemente alguna vez hay que enfrentarse.

También agradecería que no os limitarais a decir que es una mierda y que fueráis mas específicos como ha hecho Neutral, ayuda más.
 
Eskizoide rebuznó:
También agradecería que no os limitarais a decir que es una mierda y que fueráis mas específicos como ha hecho Neutral, ayuda más.

Es una mierda en cuanto a estructura, pobre léxico, primera persona de redacción "mis vacaciones" en primaria, ¿Por donde andan los tiempos verbales?, ¿los atajos engañosos, vericuetos, el transepto bastardo?, el "in crescendo" es de risa, la finalización plana como todo el texto.
En serio, empieza a leer cosas con enjundia y deja lo de escribir a otros más dotados.
 
Eskizoide rebuznó:
En serio, yo soy un neonato que no sabe y lo asumo gustosamente. Lo que a mi me gustaría ver es a gente como Ruben o al cualquier forero postear algo escrito por ellos mismos(Neutral anímate si quieres). A mi me ha costado mucho ponerlo, no estaba seguro, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) porque sabía que me lloverían piedros y me dirían que es una mierda y tal,

En el hilo de Lecturas Recomendadas (:lol:) puse un cacho del relato que me ha hecho ganar 300 euracos en un concurso local y del que estoy bien contento, aunque sea una mierda. Dime qué te parece y critícalo:

La puerta se cerró tras Natalia. Un instante antes, miró detenidamente el hielo, porque sabía que nunca más lo volvería a ver.

Cuando era pequeña, odiaba la nieve. Recordaba las largas ausencias de su padre y el frío que le acompañaba cuando, creyéndola dormida, se acercaba a su cama a besarla. Siempre se quedaban a esperar que viniera del laboratorio, su madre viéndola jugar con los huskys que holgazaneaban en los días tranquilos, ella durmiéndose en el regazo de lana con botones de mamá. En los días en los que arreciaba la ventisca y las paredes crujían, Natalia entraba en el refugio, se acurrucaba en el sofá a mirar el lejano mundo exterior en la televisión y a sentirse segura en su pequeño universo blanco. Tenía miedo de mirar por la ventana y ver amontonarse aquella maldita nieve que, una vez más, lo cubría todo. ¿Por qué tenía ella que haber nacido allí?

Hasta que cumplió los 13 años, Natalia vivió en tierra de nadie. Siempre le dijeron que era argentina, pero ese país que salía en televisión no se parecía en nada a su mundo. En su mundo las casas eran pequeñas y naranjas, no crecía la hierba donde pastaban las inmensas vacas, no había árboles. Aprendió a leer y escribir con otros 9 niños más en la pequeña escuela Presidente Roca, niños que como ella, eran hijos de las famosas familias del plan antártico de Reorganización Nacional. Por orden del general Jorge Rafael Videla, Argentina debía reclamar posesión de la Antártida por su inmenso valor estratégico y táctico, y por supuesto, para su explotación minera en caso de encontrarse fuentes de energía suficientes; así pues, como acto de afirmación de las pretensiones soberanistas del país sobre la región, fueron enviadas ocho familias civiles para vivir de forma estable en la base antártica Esperanza. Un conjunto de módulos anaranjados de tejados negros fue su hogar durante la infancia. Pingüinos y focas merodeaban por el Fortín Sargento Cabral, indiferentes a los ladridos de los perros que, reemplazados por las modernas motos de nieve, mataban el tiempo persiguiéndolos.

Porque si algo sobraba para un niño en el Fortín, era tiempo. Las eternas ventiscas, con fuerzas cercanas a los 200 km/h, paralizaban toda actividad y obligaban a permanecer en los refugios y esperar a que amainase la tempestad, quizá cinco minutos, quizás horas, hasta que se decidía enviar a los snowcats a modo de taxi privado, una mole naranja y negra de tres por 6 metros, con enormes ruedas oruga triangulares. A pesar de la tormenta, estaban tranquilos y resignados, porque sabían que siempre iban a volver a casa. Leían cuentos, jugaban libremente en el suelo de goma y madera o se sentaban a escuchar cómo el señor Lobato tocaba canciones de Gardel o María Elena Walsh. Siempre que la meteorología era favorable, salían al patio a jugar con la nieve, o hacía excursiones a la pingüinera cercana. Ataviados con los reglamentarios polares con parches e insignias de la base, gruesas botas claveteadas, gafas polarizadas y gorros o capuchas protectoras, jugaban a ser sus padres y excavaban agujeros cilíndricos en la nieve, o en temporada, se acercaban hasta Caleta Choza o Faro Esperanza en barco a ver a las ballenas. Aquellos animales le fascinaban y siempre que podía escapaba con sus padres a contemplar sus evoluciones en el agua, con una mezcla de admiración y respeto: ¿cómo un animal tan enorme podía vivir en el agua? ¿Cómo dormían? ¿Qué cantaban? En las seminoches de ventisca, cuando el vendaval hacía temblar las paredes de su habitación, escuchaba entre los silbidos glaciares el canto de las ballenas, y se sentía segura y resguardada por ellas, que asustaban al viento con sus columnas de agua.

Todos los niños que habían nacido en el Fortín de Base Esperanza eran hijos de científicos o militares. En la base se estudiaban fenómenos sísmicos, geológicos y glaciológicos, biológicos y mareográficos que intentaban explicar tormentas, ayudar a la predicción de terremotos o averiguar el sistema de comunicación de las ballenas para aplicarlo a fines militares. Así, entre un manto de nieve y montañas heladas, Natalia vivió su infancia. Cuando dejó la base antártica Esperanza para ir a la verdadera Argentina, juró nunca volver a ver el hielo. Y cumplió su promesa durante 12 años, hasta que Manuel la llevó a ver las estrellas.
A saber cómo serían las otras, pero mira, con la tontería me voy a comprar una Wii.
 
¿Esto es un relato? ¿Dónde está el nudo y el desenlace? Yo sólo veo un prólogo, y por cierto, demasiado wikipédico.

Macho, si por este copy y paste de la Wikipedia os dan 300 eypos, tendré que volver a plantearme el sueño juvenil de ser escritor, que la crisis está muy mal...
 
Ah bueno, vale, que dices que sólo es un cacho. Entonces está bien. Ponlo entero si eso. ¿O te da vergüenza porque es demasiado cursi para el foro?

Madre mía, estáis aquí insultando como cosacos y cuando os ponéis a escribir relatos sois más cursis que Danielle Steel. Otro mito que cae...
 
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