A lo largo de los siglos decenas de civilizaciones y quien sabe cuantos pueblos (es una lástima la poca dignidad que le transmite su otro significado a esta palabra, en contraste con el Volk alemán) han encarado el mundo de distintas formas.
Desde la tribu solo preocupada por la caza y lo incomprensible (enfermedad, muerte, entorno), pasando por la edad del mito, la teocracia monoteista, el grandioso humanismo y la degenerada época actual, los centros en torno a los cuales gira el hombre han ido variando. Líder, Amo, Dios, Hombre, Sentidos, Progreso... cual debemos seguir?
Mi poco humilde propuesta:
Objetivos
-Mantenimiento de la tradición
-Excelencia obligada
-Una sociedad elástica y fuerte, capaz de soportar golpes y devolverlos
-Desarrollo cultural
-Eliminación de las amenazas a los cuatro pilares anteriores
Por lo cual, la libertad personal debería ser seriamente recortada en un primer momento, en el cual la sociedad estaría gravemente degenerada y solo una élite habría llegado al poder (mediante fuerza o engaño) y se mantendría en él (mediante la eliminación de las amenazas, que serían muchas).
Una vez conseguido el poder, dicha élite, que debería ser suficientemente fanática como para resistir las tentaciones asociadas, podría ir extendiendo sus valores mediante el adoctrinamiento de los infantes. Dicho proceso tardaría por lo menos cincuenta años en dar unos resultados cuasi plenos, pero a cambio no haría falta eliminar la institución familiar, pilar de la sociedad y parte del alma humana.
Durante este periodo, toda amenaza externa debería ser eliminada. Dando por sentados espionaje y tal vez invasiones externas, el principal peligro serían los creadores de antivalores: publicistas, guionistas, escritores, incluso diseñadores de juegos infantiles, han irradiado durante décadas mensajes que debilitan la sociedad. Mediante la ley la mayor parte cesarían en su actividad, pero no dudeis que algunos no son espontaneos, sinó gente que creen en aquella mierda que están generando, los abogados de la tolerancia, el mestizaje, el pacifismo, las adicciones individuales y colectivas, la drogadicción, la vagancia... desde Duchamp hasta Voltaire, pasando por Bakunin -y miles que no tienen categoría para ser nombrados-, muchos han dañado la fortaleza de la sociedad. Las emisiones desde los medios de masas exteriores deberían ser bloqueadas. La ley debe prohibir lo desviado hasta que el pueblo en su totalidad lo encuentre tan aberrante como matar a Dios.
Valores para el adoctrinamiento:
Tradición. El venerar por las expresiones propias del pueblo, danza, lengua, incluso dicción, ropajes, estilos constructivos, leyes y rituales. La foto debe ser fija, pues en este campo el concepto de progreso es inaplicable.
Familia. Adoración a los padres y familiares de mayor rango. Obediencia absoluta al padre de familia, señor del hogar. Había antes una bonita tradición, no sé si exclusiva de estos lugares, consistente en besar la mano al abuelo antes de ir a dormir. Que vuelvan esos tiempos. El problema de esto sería que el cambio de valores viejos a nuevos costaría más. Este punto debería adoptarse más lentamente que los otros.
Moderación. El hombre es un pico, rodeado de abruptas pendientes por las que es facilísimo deslizarse. Sin embargo, cuando más se profundiza en la naturaleza del pequeño espacio llano, mayor se hace este, siendo al final un plano infinito en el que el hombre centrado encuentra la libertad y al mismo tiempo la estabilidad.
Renuncia. El privarse de los placeres fortalece la voluntad. Un hombre sin voluntad es un pelele de trapo o un moro, lo que prefirais. Leed Camino. Tener pocas propiedades y placeres también garantiza una mayor estabilidad en los valores.
Perfección. Desde el nacimiento todo error ha de ser corregido. Y evitado merced al horror que el adoctrinamiento habrá generado en el niño. Cultura, estudio, trabajo, deporte, moderación, técnicas, habilidades de todo tipo, el nuevo hombre tendría que ser más que renacentista. Universal.
Unidad. El mejor ejército nacerá el día que todo un pueblo pueda tener sus mentes en fase, y ante la agresión se alce como un solo hombre, corriendo los propios civiles desarmados a parar dos o tres balas en horda hasta que estas se terminen y el enemigo sea masacrado, de ser necesario tal sacrificio. El pueblo que sin líderes pueda moverse en una sola dirección, sin generar esas eternas y odiosas discrepancias de acción, no será derrotado. Y llegado el caso tampoco necesitará ley ni líder, pues será su propio tirano. Y será feliz.
Cultura. Cierta ministra-cuota ha desacreditado mortalmente la palabra. No importa. Se tendrían que mejorar sin fin todas las disciplinas. Como el judío que compila y refunde comentarios antiguos sobre la Torá, los genios crearían dentro del mosaico de cada disciplina nuevos matices, como el detalle infinito y creciente de un fractal, generando un universo que nadie podría terminar de aprender jamás. En eso residiría su belleza, en poder perderse en una biblioteca de infinitas paredes, pisos y escaleras, en poder adorar cada átomo de esa montaña enorme y generar otras. Por otro lado, el objetivo último de la ciencia sería esquivar la muerte térmica del universo, pero vigilando bajo lupa cada nuevo avance.
Y siempre, siempre, el adoctrinamiento.
Desde la tribu solo preocupada por la caza y lo incomprensible (enfermedad, muerte, entorno), pasando por la edad del mito, la teocracia monoteista, el grandioso humanismo y la degenerada época actual, los centros en torno a los cuales gira el hombre han ido variando. Líder, Amo, Dios, Hombre, Sentidos, Progreso... cual debemos seguir?
Mi poco humilde propuesta:
Objetivos
-Mantenimiento de la tradición
-Excelencia obligada
-Una sociedad elástica y fuerte, capaz de soportar golpes y devolverlos
-Desarrollo cultural
-Eliminación de las amenazas a los cuatro pilares anteriores
Por lo cual, la libertad personal debería ser seriamente recortada en un primer momento, en el cual la sociedad estaría gravemente degenerada y solo una élite habría llegado al poder (mediante fuerza o engaño) y se mantendría en él (mediante la eliminación de las amenazas, que serían muchas).
Una vez conseguido el poder, dicha élite, que debería ser suficientemente fanática como para resistir las tentaciones asociadas, podría ir extendiendo sus valores mediante el adoctrinamiento de los infantes. Dicho proceso tardaría por lo menos cincuenta años en dar unos resultados cuasi plenos, pero a cambio no haría falta eliminar la institución familiar, pilar de la sociedad y parte del alma humana.
Durante este periodo, toda amenaza externa debería ser eliminada. Dando por sentados espionaje y tal vez invasiones externas, el principal peligro serían los creadores de antivalores: publicistas, guionistas, escritores, incluso diseñadores de juegos infantiles, han irradiado durante décadas mensajes que debilitan la sociedad. Mediante la ley la mayor parte cesarían en su actividad, pero no dudeis que algunos no son espontaneos, sinó gente que creen en aquella mierda que están generando, los abogados de la tolerancia, el mestizaje, el pacifismo, las adicciones individuales y colectivas, la drogadicción, la vagancia... desde Duchamp hasta Voltaire, pasando por Bakunin -y miles que no tienen categoría para ser nombrados-, muchos han dañado la fortaleza de la sociedad. Las emisiones desde los medios de masas exteriores deberían ser bloqueadas. La ley debe prohibir lo desviado hasta que el pueblo en su totalidad lo encuentre tan aberrante como matar a Dios.
Valores para el adoctrinamiento:
Tradición. El venerar por las expresiones propias del pueblo, danza, lengua, incluso dicción, ropajes, estilos constructivos, leyes y rituales. La foto debe ser fija, pues en este campo el concepto de progreso es inaplicable.
Familia. Adoración a los padres y familiares de mayor rango. Obediencia absoluta al padre de familia, señor del hogar. Había antes una bonita tradición, no sé si exclusiva de estos lugares, consistente en besar la mano al abuelo antes de ir a dormir. Que vuelvan esos tiempos. El problema de esto sería que el cambio de valores viejos a nuevos costaría más. Este punto debería adoptarse más lentamente que los otros.
Moderación. El hombre es un pico, rodeado de abruptas pendientes por las que es facilísimo deslizarse. Sin embargo, cuando más se profundiza en la naturaleza del pequeño espacio llano, mayor se hace este, siendo al final un plano infinito en el que el hombre centrado encuentra la libertad y al mismo tiempo la estabilidad.
Renuncia. El privarse de los placeres fortalece la voluntad. Un hombre sin voluntad es un pelele de trapo o un moro, lo que prefirais. Leed Camino. Tener pocas propiedades y placeres también garantiza una mayor estabilidad en los valores.
Perfección. Desde el nacimiento todo error ha de ser corregido. Y evitado merced al horror que el adoctrinamiento habrá generado en el niño. Cultura, estudio, trabajo, deporte, moderación, técnicas, habilidades de todo tipo, el nuevo hombre tendría que ser más que renacentista. Universal.
Unidad. El mejor ejército nacerá el día que todo un pueblo pueda tener sus mentes en fase, y ante la agresión se alce como un solo hombre, corriendo los propios civiles desarmados a parar dos o tres balas en horda hasta que estas se terminen y el enemigo sea masacrado, de ser necesario tal sacrificio. El pueblo que sin líderes pueda moverse en una sola dirección, sin generar esas eternas y odiosas discrepancias de acción, no será derrotado. Y llegado el caso tampoco necesitará ley ni líder, pues será su propio tirano. Y será feliz.
Cultura. Cierta ministra-cuota ha desacreditado mortalmente la palabra. No importa. Se tendrían que mejorar sin fin todas las disciplinas. Como el judío que compila y refunde comentarios antiguos sobre la Torá, los genios crearían dentro del mosaico de cada disciplina nuevos matices, como el detalle infinito y creciente de un fractal, generando un universo que nadie podría terminar de aprender jamás. En eso residiría su belleza, en poder perderse en una biblioteca de infinitas paredes, pisos y escaleras, en poder adorar cada átomo de esa montaña enorme y generar otras. Por otro lado, el objetivo último de la ciencia sería esquivar la muerte térmica del universo, pero vigilando bajo lupa cada nuevo avance.
Y siempre, siempre, el adoctrinamiento.