Pero estoy más jodido de lo que creéis. Estoy absolutamente obsesionado y empiezo a pensar que no es algo normal. Además, por culpa de esto, he comenzado a odiar Madrid, este Madrid veraniego en el que la luz hace que los colores se saturen hasta que parecen decirte "vete al puto mar". Odio Madrid desde Ciudad Universitaria hasta Ventas. Madrid es andar siempre cop las manos en los bolsillos, decía Ramón. Ojalá se quemaran la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales y el Círculo de Bellas Artes, ojalá se murieran los gilipollas de brazo en alto y bandera de España en el portón del todoterreno de Argüelles y los sucios de Lavapiés, ojalá ardiera todo, desde el puto cacho abandonado de la estación de Príncipe Pío hasta los chalets de Arturo Soria. Y sobre todo, ojalá ardieran las pijas de la Complutense y la Politécnica, las chicas que se ponen gafas de sol por tener más carisma y nada de misterio, más bien lo sintomático es su idiocia, la que les hace estar pegadas todo el puto día a la Blackberry. Capeas universitarias, fiestas privadas de colegio mayor, polos Lacoste en veinteañeros, no jodas. Ese es mi otro problema, que ahí es donde me muevo y ahí es donde no encuentro a ninguna. Y no es la ciudad, y podría ir de vez en cuando a la Nasti o al Ochoymedio, pero mis amigos se oponen a la acción, a mis amigos les gusta permanecer cada viernes en el mismo bar observándose a sí mismos, viéndose engordar y repitiendo las mismas bromas y los mismos comentarios sobre Schopenhauer y Baroja. Para ellos yo soy una especie de heraldo que vocea lo que ocurre fuera, yo soy el que se mezcla con la vida, y es difícil hacerlo así.
Pero bueno. Y me levanto y vuelvo a mirar su facebook. Hay por ahí una rusa que es modelo y con la que he establecido contacto. Me he dicho que lo que tengo que hacer es ligar con otras a toda costa y no sé si hago bien, porque, cuando lo hice, cuando conseguí follar en Eslovenia y en el festival, me sentó mal en cuanto cogí perspectiva. Yo quería follar con ella y pasamos dos noches puestos de M en la parte trasera de mi triste Peugeot 307 y lo único que hicimos fue mirarnos mal y alguna caricia. Para eso el subidón, con todo lo cachonda que estaría, sólo nos tocamos los brazos y nos acariciamos las caras, caricias mínimas, caricias diferenciales. En fin. La rusa es modelo y va de intelectual, la conocí en un concierto y yo ya empiezo con el discurso de siempre, con la tontería con "veo que no escribes mal" porque tiene un blog de mierda. Dice Juan Malherido, el que tiene un blog en el que arremete contra todo y contra todos los del mundillo literario, que para lo único que le ha servido leer ha sido para follarse a cuanta tía que tuviera tan poco criterio como para pensar que escribía bien y algún día publicaría. Y así son las cosas. Pero me da pereza, sobre todo porque la rusa de mierda es cándida y su discurso más o menos es el de "sí, soy muy intelectual y he leído a los clásicos y he aprendido mucho y ahora el mundo es un lugar maravilloso porque me da todo lo que me merezco y en Villareja de Alfarote (o cualquier otro sitio) me di cuenta de que la vida es un sufrimiento divertido y viva Kerouac." Agh. Si eres feliz eres deprimente, que dirían los amigos de Prongo.
En fin. Nunca pensé que nadie me fuera a afectar tanto y no quiero convertieme en lo que me recomiendan mis amigos, lo que recomendaría una mayoría de foreros, en un resentido, en alguien incapaz de sentir todo lo que he sentido con esta chica. Es que es eso, que sí, que había follado y había tenido rollos, pero con ella han sido varios fines de semana de cama y mar, varios períodos de 2, 3 o 4 días sin salir de la cama, sin dejar de tocarnos, disfrutando de alargar la espera hasta follar por saber que, durante muchas horas, lo podríamos hacer cuanto quisiéramos. Esa intimidad y ese recibir sus secretos al oído, sus numerosas taras, pero también la ternura que inspira cuando lo cuenta. Es difícil encontrar a nadie que se comporte de una manera tan opuesta a la impresión que da.
Pero estudiar. Estudiar para acabar el puto grado e irme a Berlín a hacer el máster. Eso será dentro de 2 o 3 años. Estar en Berlín siempre "on fire" en Panorama. Y volver con una novelita escrita. Una novela generacional, cualquier cosa de mierda como esto que escribo y que se diluye en foros y mensajes a amigos. Publicarla en Mondadori, hacerme amigo de Patricio Pron y que ella, dentro de 5 años y en el acto de presentación no tenga más remedio que follarme porque es obligación de las chicas como ella follar con quien publique en Mondadori o Blackie Books.
Más inmediatamente, no sé qué actitud tomar con ella este verano. Como no sé por qué sigo creyendo que sería posible volver a tener algo sano y normal cuando es evidente que no. Como no entiendo por qué después de los muchos enfados y de mandarnos "n" veces a tomar por culo ella siempre quiere recuperar una amistad que nunca hemos tenido, ella siempre quiere que nos volvamos a ver (incluso ahora con ese "ya nos veremos en verano y hablaremos"). Porque yo la conocí el verano pasado y porque lo único que he tenido con ella ha sido esto. No sé, supongo que para evitar estas cosas la gente se enfada muy violentamente y de esa manera evita seguir manteniendo el contacto.
Ah, y al chico con el que está ahora lo mandará a la mierda pronto. Es un tío normal. No me preocupa, en tres semanas ella se convencerá de que con alguien como él está contribuyendo a construir el orden moral de este mundo, se está bañando en lo convencional y se aburrirá. Lo mandará a tomar por culo y proclamará que la vida es horrible. Lo sé porque es lo que hizo con el tío con el que estaba antes que conmigo. Lo sé porque siempre sigue una progresión "tío normal"-"tío al que cree sublime sin interrupción como Baudelaire"-"tío normal"-"tío al que cree el nuevo David Lynch"-etc. Y yo soy incapaz de convencerme de que podría y debería hacer lo mismo con las tías. De que mi edad es para cambiar y no para estar así. Y de que no debería ser tan redundante y abusar tanto del punto y seguido.