Es el triunfo de las neomamás anti Emmanuelle de Perpignán, aquellas que fueron sometidas al yugo del tardofranquismo y sus copitas de Soberano. Han conseguido crear toda una subespecie de pusilánimes afeminados, un ejército de mariconcillos con menos testosterona que el palo de la escoba. Son los "mejores amigos" de las focapijas pelomorado de guardia, con unas lombricillas en la entrepierna que no se ponen en marcha salvo que lo autorice la Mamá (con la que viven y peinan canas, claro).
No debería entristecernos, ¡oh, hombres medios!. Aún al contrario, que ya hay pequeñas furcias como Jenny G implantando sabiduría de la buena en los encéfalos de las retrasadas de chocho húmedo e ideas inconexas.